[ame]http://www.youtube.com/watch?v=UTwGZMd4I3U[/ame] A las 19:18 horas de este miércoles 13 terminó el calvario del ex futbolista de Regional Atacama y Cobresal, Franklin Lobos, quien estuvo durante 70 días atrapado a cerca de 700 metros de profundidad en la mina San José de Copiapó, junto a sus otros 32 compañeros de labores en el árido Desierto de Atacama. Lobos, de 53 años, con tranquilidad tomó la cápsula Fénix 2 para comenzar su ascenso desde el refugio, a 622 metros de profundidad, a las 19:07, aunque sólo sesenta segundos más tarde comenzaría su izaje hacía la libertad, y donde fue ayudado por un viejo conocido, Manuel González, que fue el primer rescatista de la Operación San Lorenzo en llegar a la oscuridad. ¿Cómo se conocían? González también fue futbolista y enfrentó a Lobos en 1984 vistiendo los colores de OHiggins. Tras minutos de silencio y faltando menos de 100 metros para llegar a la superficie, uno de los rescatistas le gritó en qué condiciones venía en su estrecha travesía por el ducto que perforó la T-130 del denominado Plan B. ¡Bien, bien, gracias! No me han llorar antes que salga, gritaba al exterior Franklin Lobos. Ahí empezó a terminarse la última parte de tensa espera del Caqui y de sus familiares duró sólo diez minutos hasta que Lobos logró volver a ver la luz natural, con los lentes especiales para preservarle la vista, después de más de dos meses de encierro involuntario. Con ansias su hija, Carolina, esperaba al ex volante conversando con las autoridades apostadas a un costado del ducto, especialmente con el ministro de Minería, Laurence Golborne. Luego de ello, apareció la cápsula con los colores blanco, azul y rojo con el ex futbolista. En ese instante se desató la emoción y luego que Lobitos se quitó las amarras se fundió en un entrañable abrazo con su primogénita. Gestos de amor que dieron paso al abrazo con el Presidente de la República, Sebastián Piñera, con quien sostuvo un breve diálogo. Gracias por llegar, bienvenido a la vida, digo el Primer Mandatario, a lo que Lobos respondió: Gracias, luchamos mucho por esto. Palabras más, palabras menos con las autoridades presentes, mientras que de los costados empezaba a sonar la arenga ¡Olé, olé, olé, Caqui, Caqui! Ese grito de aliento dio el pie para que Carolina le entregara un balón autografiado para que su padre lo dominara, como en sus mejores tiempos sobre el césped del fútbol profesional chileno. Fue un partido duro, agregó el Presidente Piñera, a lo que Franklin Lobos agregó antes de posar su cuerpo en la camilla: El más duro de mi vida. Sin dudas, Franklin Lobos ganó la mayor ovación de su vida. VEA AQUÍ FOTOS DE FRANKLIN LOBOS EN REGIONAL ATACAMA
Le gano el mano a mano a la muerte, dribleo la desesperanza y anoto su gol mas importante (de tiro libre como fue su especialidad) volver a nacer. saludos don Franklin