Aprovechando que el domingo fue es el clásico universitario, me anoto con un post arquitectónico, con la historia del que alguna vez pudo ser el estadio de la Universidad de Chile (madres) El cambio favorecía comprar un estadio mecano fuera de Chile y no gastar en arquitectos, materiales y mano de obra en nuestro país. Molina Reyes fue a Brasil y adquirió una estructura metálica (1.100 toneladas de fierro) en dos millones de dólares. El lugar elegido para emplazarlo era avenida Américo Vespucio y hasta tenía un nombre tentativo: Estadio José Miguel Carrera, con capacidad para 22 mil personas. Los hinchas de la U bramaban de felicidad, sería la inexpugnable caldera azul. Pero tamaña inversión había que pagarla. Para esto, la directiva vendió palcos, plateas y asientos de galería. Uno de los entusiastas seguidores universitarios que compró su localidad de por vida fue Mario V (solicitó reserva de identidad), contador y fanático del Chuncho. No podía más de alegría: nunca más iba a pagar entrada, ni hacer cola, ni sentarse en la escalera para ver a su equipo. Pero la venta de asientos no pagaba la inversión. Por tanto los dirigentes organizaron una gran rifa llamada la Gananga. Televisores color, radiocassettes, cocinas, bicicletas, refrigeradores y más de 100 apetecidos furgones utilitarios se contaban entre los premios. El costo total en organizar, publicitar y comprar los premios fue de 53.337.643 pesos (más de un millón de dólares de la época). La recaudación por venta de números fue 48.583.900 pesos, es decir, una pérdida de 4.753.743 pesos. Desastre, los dirigentes vendieron premios para amortizar la deuda, muchos ganadores no pudieron cobrar lo ganado, algunos sorteos no se hicieron. No hubo espacio para reclamos ni escándalos, los hinchas azules se quedaron de una pieza sin entender que el club los había cartereado a plena luz del día y sin disimulo. Mientras, el mecano estadio llegaba al puerto de Iquique. Rolando Molina estaba desesperado, tenía la estructura, tenia el terreno, pero no tenía dinero para pagar los impuestos de internación. El tiempo pasó, llegó el invierno de 1982, el dólar triplicó y hasta cuadriplicó su precio. Las deudas azules estaban en divisas y, de golpe, subieron hasta el cielo. El estadio acumulaba óxido en Iquique y el tiempo pasaba. Molina tocó las puertas del gobierno y le fue muy mal. Busqué exenciones de impuestos, pero no lo logré. Tuvimos que rematarlo y venderlo, contó años más tarde. Mientras, Mario V se quedó con su diploma, su carnet de socio vitalicio y el número de un asiento fantasma.
ya y? ahora monja sacas habla?? ya tendremos estadio y tendremos mas historia que tu caga de equipo. MONJA si no salen campeones me reire de uds como siempre.
ojalá algun dia las mamis tengan un estadio genial me encanta ese tipo de estructuras, ademas forma parte de los equipos importantes de chile, no tener estadio NO es opcion
aver monja ql...veamos quien rie ultimo ctm.... hablai pura basuraaaaa preocupate de tu kga de equipooooo....
mmm una monja hablando de equipos mas grandes q el... pfff una pena... bueno su historia seguira siempre terminar segundo bajo colocolo..!!!! monja anda al estadio a acompañar a esos 50 wns que derepente van!!! en vez de hablar detras de un computador... hincha de pc nomas, apuesto que tiene fotos de su equipo en fasebuk y msn jajajjajaj me rio de esos wns q ni alientan a su supuesto equipo de sus "amores"...