¿Cambiar la vida de alguien?

Porfavor, no sean tan exigentes, es la primera vez que escribo en este subforo si que sean buena onda xd (Y)


Esta historia paso hace ya muchos años, los cuales recuerdo como los mejores tiempos en lo que respecta laboralmente. Hacía ya 2 años que me había titulado de pedagogía en historia, y lo único que me interesaba era encontrar trabajo, cualquier trabajo bien remunerado me servía para costear mi crédito fiscal

Lo único que encontré fue un liceo, que se encontraba a 20 kilómetros de donde vivía, en un pueblo pequeño, con gente pobre. Por lo que me intereso, para poder impartir conocimientos a los niños y jóvenes de la comuna.

Los primeros meses de trabajo fueron difíciles, los jóvenes de 4to Medio no tenían disciplina, no oían mis explicaciones y menos anotaban la materia, por lo que tuve que comenzar a poner mano firme. Pero siempre había una excepción, una joven morena, de pelo negro, y tez blanca, siempre se sentaba en el rincón de la sala, trataba de escuchar atentamente la clase, pero sus compañeros se lo impedían. En su rostro se notaba cierta pena, la cual yo culpé a sus compañeros, debido a que la aislaban.

Un día, tras un tarde larga de trabajo, me iba de camino hacia mi cuidad, cuando divise a la misma joven tranquila, caminando por un sendero, que llevaría debajo de un puente. Yo, preocupado, me baje del auto y la seguí.
“Cristina, ¿Qué estás haciendo”- pregunté. Ella, anonadada respondió “¿Profesor? Nada, solo quería estar sola”. Su rostro estaba nervioso, mas o menos tenso pero insistí. “¿Te llevo a tu casa?”, “No, gracias. Estoy bien” respondió rápido. “Entonces que harás ¿quedaste la noche aquí?”, “Si…”, “¿Y tus padres?” pregunté, “Mis papas? Para ellos ni existo, ni cuenta se darían.”. No quise seguir insistiendo por el asunto de sus padres, por lo tanto sugerí si prefería irse a dormir a mi casa, a la cual se negó al principio, pero más tarde asintió.

Se subió al auto, y la note algo incomoda al principio, se tranquilizo con el pasar de los minutos.

Fue en ese día lo que entendí su problema, no era tanto sus compañeros, ni su aislación al curso, si no mas bien los problemas con sus padres, ella me conto aquella noche sobre como la explotaban emocionalmente, la menospreciaban, y la trataba con insultos. Yo, sorprendido lo único que pude hacer por ella es darle consejos, para poder desarrollarse socialmente y entablar una mejor relación con sus padres. Se noto muy emocionada, y satisfecha con los consejos. Por lo que se fue a dormir, al igual que yo.
Al otro día, cuando me desperté, ella ya no estaba, dejo una nota arriba de la mesa que decía: “Muchas gracias por todo, no sabe cuánto me ayudo”.

En el liceo, la encontré, se veía mas sonriente. En mi clase comenzó a sentarse adelante, así podía escuchar tranquila, sin problemas, se noto un gran cambio en ella, un cambio positivo.

Pasaron rápidamente los meses, y el día de la licenciatura llego, y mientras todos se saludaban con sus familiares, ella se acerco a mi, mirándome a los ojos me dijo: “Muchas gracias profesor, usted no sabe como me cambio la vida”, yo sorprendido le respondí “¿Yo?, cambiarte la vida?. Acaso ahora soy Dios?, tu te cambiaste la vida, yo solo di el empujoncito para que te dieras cuenta sobre quien eres tu”, “Usted no entiende profesor, el día que usted me encontró, debajo de el puente, yo me iba a suicidar. Estaba harta de los problemas, de que nadie pudiera escucharme, y ahí apareció usted, para cambiar mi destino.”

La vida siempre nos hace elegir entre diferentes caminos, lo mas bien ese dia pude haber seguido el camino normal, hacerme el “loco”, y que nada estaba pasando, pero esa no era la idea, nunca se deben subestimar los detalles, ya que son esos, los que ayudan a cambiar la vida a la gente y darle sentido a la vida.