Las "cascadas de sangre" también se da en hielos continentales patagónicos, y se producen por la presencia de microalgas de la especie "Chlamydomonas nivalis", entre otras, que producen pigmentos carotenoides: astaxantina por ejemplo, que entrega el característico color rojizo y no necesariamente por la presencia de compuestos fèrrosos. Es posible, igualmente, encontrar manchas verdes en los hielos con el mismo origen.