Un hombre se convirtió en un travestí enloquecido por el sexo y se endeudó por £ 400.000 en la compra de coches y días de juerga, después de sufrir alucinantes efectos secundarios por culpa de un medicamento, que le recetó su médico de cabecera. Pete Shepherd, empezó a tomar el medicamento después de ser diagnosticado con la enfermedad de Parkinson. Las pastillas le ayudaban a aliviar los síntomas de la enfermedad, pero también lo convirtió en un violento y jugador con delirios de grandeza. El Sr. Shepherd llegó a tener 15 tarjetas de crédito para pagar su juerga, superando lo que podía gastar, perdió a su esposa, su casa y trabajo. Pete, dijo que empezó a desarrollar una serie de extrañas obsesiones, compulsiones e intereses. Me obsesioné con el juego, el gasto, y diversos fetiches sexuales en exceso. Sufría de delirios de grandeza, de exhibicionismo, paranoia y alucinaciones y me puse violento y suicida. Yo estaba día y noche en pistas de carreras, apuestas, casinos y burdeles. He desarrollado una tendencia travesti y gastaba decenas de miles de libras en ropa de mujer para mí. Está bajo libertad condicional desde hace un año cuando un juez aceptó que la nueva droga lo llevó a cometer un fraude por £ 45.000 en eBay. Su tendencia travestí que dice es efecto secundario, lo hizo vestirse con tacones de aguja y medias y frecuentar los aparcamientos en busca de sexo. Así también, como la compra de coches con placas personalizadas para adaptarse a su estilo de vida, además de alquilar coches de lujo como Bentley, Ferrari, Porsche, Jaguar y TVR. Pete fue diagnosticado con la enfermedad de Parkinson en 2001. También se hizo pasar por un millonario en un crucero por el Caribe y se hospedaba en hoteles de lujo en Nueva York, Florida, Tenerife, Túnez, Marruecos y la República Dominicana. Finalmente, descubrió un vínculo entre su conducta y la droga utilizada para curar su enfermedad, al realizar búsquedas en el Internet en el 2008. Luego de dejar de tomar la droga su vida volvió a la normalidad. En octubre del año pasado admitió seis cargos de fraude y un cargo de lavado de dinero después de estafar a 172 personas por £ 45.718, al vender entradas para un concierto que nunca existió. Fuente: thesun
Un medicamento no puede cambiar la conducta a ese nivel, quizás le produjo ciertos estímulos, pero de allí a estafar ya es un acto propio de valor. Por consiguiente los impulsos pueden tener una causal en la medicación pero las estafas no.