Guía para el mochilero ecológico El entorno natural es parte fundamental de la experiencia de quienes en verano recorren el país con su equipaje a cuestas, poca plata y muchas ganas de pasarlo bien. A continuación, los docentes de la carrera de Ecoturismo de la Universidad Andrés Bello, Jelenia Osses y Andrés Jorquera, enseñan como disfrutarla al máximo sin dejar rastro en el medio ambiente, y recomiendan destinos económicos y poco explorados que vale la pena conocer. Ya sea atraídos por la mística del interminable desierto en el norte o para disfrutar de la calidez y hospitalidad de la gente del sur, el paisaje natural enmarca las aventuras de miles de mochileros que cada año recorren el país, principalmente en verano. Para que el impacto de su paso por la naturaleza sea mínimo, y así las futuras generaciones también puedan disfrutarla, los académicos de la carrera de Ecoturismo de la Universidad Andrés Bello, Jelenia Osses y Andrés Jorquera, entregan consejos y recomiendan destinos para estas vacaciones. "La previa" Siempre es bueno hacer una planificación previa o itinerario del viaje, considerando diferentes aspectos. "Hay que conocer el clima de la zona a visitar, preguntar a los lugareños y personas que ya lo conocen. Llevar mapas de fácil lectura de las rutas a recorrer, siempre protegidos de la lluvia con una bolsa plástica", recomienda Jorquera. Averiguar datos sobre transporte, entradas, permisos, costos, horarios y presupuesto necesario para la realización del viaje es un punto esencial en la planificación. En cuanto a la seguridad, afirma la docente, "avisar la ruta a seguir a algún familiar, tener un contacto telefónico de emergencia y un plan de evacuación es fundamental cuando se está en lugares aislados". También es recomendable andar con un celular cargado para usar sólo en casos necesarios, manteniéndolo apagado y envuelto en polar o lana para cuidar la batería. Lo que no puede faltar en la mochila Gorro para el sol; bloqueador solar factor 30 mínimo; colchoneta; saco de dormir; linterna con pilas de repuesto; recipiente o botella para el agua de 2 litros aproximadamente; un buen calzado acorde a la actividad "que sea cómodo y nunca nuevo, porque puede ocasionar lesiones en los pies"; ropa de recambio, en especial calcetines; ropa de abrigo y sandalias son parte del equipamiento básico de un mochilero. "Para el sur se recomienda protección contra la lluvia, ya sea una parka impermeable y proteger la ropa y en especial el saco de dormir guardándolos en bolsas plásticas dentro de la mochila", agregan los docentes. Uso del agua y del fuego Al acampar en lugares naturales, es importante utilizar el mínimo de pasta de dientes, y no usar detergente, jabón, lavalozas ni shampoo para evitar la contaminación del agua. En cuanto al uso del agua en campamento, no lavar las ollas con comida sobrante en la misma toma o directamente en el río. Colar el agua del lavado y botar los restos a la basura. Hacer fogatas sólo en lugares autorizados y siempre con trozos de leña seca. "Por lo general en recintos de CONAF proporcionan madera con este fin", aseguran los expertos. "Es bueno evaluar si es prudente hacerla cuando hay mucho viento o hay vegetación que pudiera dañarse o incendiarse". Al irse a dormir, apagar completamente el fuego con agua o tierra. Manejo de la basura Este aspecto es relevante tanto para la conservación y disfrute del lugar como para proteger la salud y no dar una fuente de alimento para la fauna existente en el lugar. Consiste en reducir los envases de la mercadería antes de salir de casa para no andar acarreando basura. Evitar el uso de vasos, servicios, platos y otros elementos desechables y preferir aquellos que se puedan lavar y reutilizar. No botar basura de ningún tipo en los senderos, llevarse todo de vuelta hasta un lugar donde estemos seguros de que será evacuada. Tampoco se debe dejar basura ni restos de comida en los platos y ollas fuera de las carpas, ya que atraen a perros, zorros y roedores a alimentarse. Además está el riesgo de contagio de alguna enfermedad. A falta de baño Cavar con ayuda de una piedra, un palo o una pala pequeña un agujero de aproximadamente 20 cms. de profundidad, idealmente en un lugar donde haya humedad que facilite la descomposición. Al terminar de usarlo taparlo con la misma tierra extraída y ponerle una piedra encima. Orinar siempre sobre la tierra, ya que al hacerlo sobre rocas el olor no se va. Nunca en ríos o fuentes de agua. No botar el papel higiénico, enterrarlo ni quemarlo. Hay que llevarlo de vuelta en una bolsa especial, idealmente con cierre hermético.