Mi excitante y caliente madre

Ya desde pequeña, siempre observé a mi madre despreocupada respecto a la posición de sus piernas a la hora de sentarse. La recuerdo sentada en el sillón o en la silla con las piernas completamente abiertas. Por lo tanto siempre le veía las bragas y sus muslos. Nunca reparé en ello, pero desde hace algún tiempo hacia aquí no dejo de mirarla. Cuando se sienta en esa posición estoy deseando ver su entrepierna. Suena el timbre:

-Hola mamá ¿Cómo estás guapa?
-Estoy bien cariño, pero cansada. He andado mucho rato con estos zapatos de tacón alto que me he tenido que poner para una entrevista de trabajo. ¿Te gustan?
-Sí mama. ¡Son preciosos! ¿Quieres que te de un masaje en los pies?
-¿Serás capaz? ¡Te lo agradecería mucho!

Sentada en el sofá mi excitante madre con sus piernas bien separadas se dispone a recibir un masaje en los pies.

-¡Mamá! Te daré el masaje por encima de las medias.
-Como quieras nena ¡Tú mandas!

Antes de empezar me fijo en su entrepierna y observo que sus bragas están con un ligero brillo que posiblemente sea sudor y también percibo un leve olor a orina mezclado con su desodorante íntimo. Como leyéndome la mente dice:

-Nena, ¡Es cierto! Las tengo sudadas y además mojadas de pis, en el autobús venía sentada frente a una chica hermosa y me he dejado escurrir un poquito de orina para provocarla ¡Ha sido genial! Tienes una madre muy caliente.
-Mamá ¿Te gustan las mujeres?
-Sí nena, ¡Cada día más y más! Mas no desprecio una polla como la de tu padre o la de tu marido.
-¡Has probado la de mi marido!
-No te preocupes. ¡Aún no lo he hecho! –Se sonríe-

Esta faceta de mi madre la desconocía, sabía que era un poco lanzada pero no tan caliente y excitante. Además confiesa ser bisexual. Con esta noticia me he puesto un poco cachonda. Mi marido viaja mucho y cada vez me hace menos caso, está perdiendo interés en mí, al igual que yo lo estoy perdiendo en él. Mi madre puede ser una alternativa para satisfacer mis deseos sexuales. No me gustan las mujeres pero con mi madre me atrevería a probar:

-Mamá. ¿Me dejas que te dé un masaje en tu vagina?
-¡Qué me dices! ¿También a ti te gustan las mujeres?
-No, pero tu eres interesante y además eres mi madre ¿Me dejas que pruebe?
-¡Sí cariño, hazme lo que te apetezca!

Como le había prometido empecé dándole un masaje en sus pies, su olor me excitaba, eso era una señal de que ya estaba excitadísima. Desde sus pies fui avanzando hacia sus muslos pasando por pantorrillas y rodillas. Cuando le acarició los muslos por su lado interior casi rozo su vulva con mis dedos. Ella suspiró, yo suspiré. La miré a los ojos y los tenía cerrados. Le pregunto:

-¿Mamá, en qué piensas? ¡No será en mi marido!
-No nena, estoy pensando en lo bien que lo vamos a pasar. Tu marido no me importa en absoluto, lo de antes ha sido una broma. ¿Y a ti, te importa tu marido?
-Para nada, estoy pensando en separarme. Ya hace casi 6 meses que no hacemos el amor, estoy desesperada.
-Nena, ¡Prepárate, te lo voy a hacer pasar bomba! Hoy no necesitaremos hombre.

Dicho y hecho, mi caliente y excitante madre cogió las riendas, me condujo hacia mi dormitorio y me dijo que me tumbara sobre la cama. Como somos de la misma talla te voy hacer un pase de tu ropa interior que hará que te pongas al 100 por ciento. Dice:

-¿Te gusta la idea?
-Sí mamá. ¡Es una idea fantástica! Hay prendas que no me las he llegado a poner. A mi marido antes les excitaba ¡Pero últimamente!
-Olvídate de tu marido, yo a tu padre ni lo recuerdo. ¡Ponte cómoda!

Estuvo más de media hora poniéndose y quitándose prendas de mi ropero. Sus bragas nada más despojarse de ella me las lanzó nada más empezar el desfile, las estuve oliendo y me encantaba el aroma a sexo de mujer madura, de mujer caliente. Cuando terminó el desfile se quedó vestida con un traje de nylon que le cubría todo el cuerpo (bodystockig) Que junto con sus zapatos de tacón alto hacen que luzca hermosa. Dice:

-Nena ¿Te ha gustado el desfile? ¡Me encanta este traje!
-Sí, Me ha gustado. Si te gusta el traje te lo puedes quedar. Yo no tengo con quien utilizarlo. Como no me lo ponga para masturbarme.
-Ay mi amor, ¡Qué falta de cariño que estás! Ahora te haré disfrutar un buen rato.

Lo hizo, y lo hizo perfectamente, me beso por todo el cuerpo me masajeó mi vagina con su ávida lengua y con sus expertos labios me masturbó de tal manera que todavía siento placer. Nos fundimos en un sesenta y nueve y nos dimos placer mutuo, pero ella a diferencia de mí, sabía que hacer para que me corriera. Al correrme le solté un buen chorro de jugos o de orina ¡No sabría concretar! Lo que sí que sé es que mi madre lo ha aprovechado en su totalidad. Ella también se ha corrido, pero no ha soltado mas que flujo vaginal, ha sido excitante, y lo he limpiado todo con mi boca. Bien:

-Nena ¿Te lo has pasado bien?
-Sí mamá ¡Lo tenemos que repetir!
Siguió durante más de 1 hora haciéndome cosas que me hicieron vibrar de placer. Desde ahora cuando tengo falta de sexo, no tengo mas que llamarla. Se ha vestido y se ha marchado a casa con mi padre tras haberme dado un beso en la boca que ha reconocido todos mis rincones con su legua. Me encanta tener una madre caliente y excitante.