Växjö: La icónica ciudad sueca de la sustentabilidad y el cuidado ambiental.

Tema en 'Naturaleza y Medio Ambiente' iniciado por bartchondo, 25 Ago 2014.

  1. bartchondo

    bartchondo Usuario Casual nvl. 2
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    La ciudad sueca de Växjö se calienta gracias al musgo y a los conos de los pinos, mientras que los autobuses funcionan con los residuos de los alimentos reciclados.

    “Comenzamos muy temprano, nuestros funcionarios han hecho desde los años 60 que la ciudad estuviera en el auge entre los lagos limpios. Estos habían sido contaminados por la industria textil, seguida por la expansión de la ciudad”, recuerda el responsable medioambiental del municipio de Växjö, Henrik Johansson.

    Ubicada entre lagos y bosques de pinos en el sur del país, Växjö ha empujado hasta el momento los principios de la energía renovable, el transporte limpio y ahorro de electricidad, transformándose según los expertos, en “la ciudad más verde de Europa”.


    La rehabilitación del lago más contaminado de todos ellos, el Trummen, conocido desde el siglo XVIII por la peste, ha servido como catalizador para los proyectos ambientales más ambiciosos.


    Por la década de 1990, mientras que el público en general apenas estaban interesados ??en el cambio climático, el Ayuntamiento había establecido objetivos ambiciosos: para abandonar los combustibles fósiles en el año 2030 y reducir a la mitad las emisiones de CO2 en 20 años.


    ¿El resultado?

    En la actualidad, las emisiones de dióxido de carbono se reducen a la mitad en comparación con 1993. Se encuentran entre los más bajos de Europa, con 2,7 toneladas por habitante al año y a la mitad por debajo de la media sueca, que ya es baja.


    ¿Cómo?

    La ciudad reemplazó a los hidrocarburos utilizados, por calefacción mediante uso de biomasa.
    La ciudad cuenta con una red urbana que proporciona calefacción y agua caliente para todas las viviendas desde una caldera central. Y fue pionera en la fabricación del combustible con los residuos de la industria forestal.


    En la central ubicada en las afueras de la ciudad, su director Björn Wolgast recoge un puñado de ramas enredadas de musgo y corteza, con olor de pinos, mientras que una excavadora deposita un montón de este material en una cinta de correr.
    “Esta es una energía totalmente renovable. Los bosques suecos producen más de lo que necesitamos”, dice. “Y enviamos las cenizas para fertilizar el bosque”.
    La central da calefacción y agua caliente para el 90% de la ciudad, de unos 65 mil habitantes y proporciona el 40% de la electricidad. Con los filtros, las emisiones son casi insignificantes, siendo 20 veces menor que el límite autorizado.


    La ciudad promueve la conversión de tierras agrícolas en la agricultura ecológica y la reducción del consumo de papel.


    Cuando la ciudad comenzó a recoger residuos orgánicos, dos tercios de los hogares se han ofrecido de forma voluntaria (a cambio de un menor cobro de facturas por la recolección de basura). Hoy en día, todos los autobuses urbanos funcionan con biogás de origen local, producido por el reciclado de los residuos de alimentos y aguas residuales.


    Växjö tiene una peculiaridad. Se ha convertido en uno de los centros de referencia en la implantación de energías renovables, tanto a nivel teórico -la universidad tiene varios especialistas en bioenergía- como, sobre todo, práctico. Ahora mismo la energía renovable cubre ya más de un tercio de las necesidades de la ciudad.

    Menos CO[SUB]2[/SUB], más crecimiento económico

    La tendencia es común en toda Suecia, donde se ha decretado una campaña global contra el petróleo: cada año consiguen reducir la emisión de CO[SUB]2[/SUB] mediante la sustitución de combustibles fósiles por energías renovables. En la ciudad de Växjö han bajado el consumo un 32% per cápita entre 1993 y 2007. Y todo ello, sin dejar de crecer económicamente, porque, de hecho, la economía de la ciudad ha aumentado en un 50% en este periodo.


    Las emisiones actuales están ya, por tanto, muy por debajo de la media europea, y los planes en marcha tienen el objetivo de reducirlas, respecto los niveles de 1993, en un 50% para el año 2010 y en un 70% para el año 2025. El programa ambiental adoptado por la ciudad en 2006 va mucho más allá de la Agenda 21 o de otros compromisos internacionales, y se fija como objetivo final llegar a ser una ciudad totalmente libre de combustibles fósiles previsiblemente para el año 2050.


    Calefacción por biomasa

    Una de las claves principales para esta drástica reducción de emisiones de CO[SUB]2[/SUB] ha sido el cambio en los sistemas de calefacción en un área donde el consumo, debido al tipo de clima que soportan, es obviamente muy elevado. Hoy por hoy, el 90% de esta energía térmica se obtiene a partir de la biomasa. Básicamente se utiliza leña de la misma área, proveniente de los bosques de los alrededores en una explotación controlada de este recurso natural, y gestionada según criterios que permiten certificarla como madera sostenible. Los combustibles fósiles han quedado relegados así sólo para los vehículos de motor, aunque cada vez se incrementa más el uso de biodiesel y se incentiva a los ciudadanos para que compren coches de bajas emisiones.


    Estos sistemas de calefacción de fuentes renovables, además, se han adaptado para ser usados en barrios pequeños, lo que los hace más eficientes que un sistema individual o los de distritos demasiado grandes. La red de calor por biomasa alcanza el 84% de viviendas particulares y empresas, y para las residencias de las afueras que no se pueden beneficiar de este sistema se subvenciona la sustitución de antiguas calderas de petróleo por otras de biomasa.


    Otras medidas

    Además, la difusión de todas estas medidas y la educación de la población para que sean más responsables ambientalmente han conseguido la implicación de buena parte de los ciudadanos.


    ECOpresupuesto

    Para garantizar la continuidad y el crecimiento de las acciones para hacer de Växjö una ciudad totalmente sostenible y libre de combustibles fósiles, cada año el ayuntamiento aprueba un presupuesto económico para la ciudad, y, con el mismo nivel de compromiso, otro de ecológico. Este ECOpresupuesto incluye el porcentaje que de producción y consumo de alimentos ecológicos debe tener la ciudad, la cantidad de papel que debe usarse en las escuelas y oficinas -intentando que la cifra baje año tras año-, o qué número de viajeros deben utilizar los transportes públicos en sustitución de los particulares. También se contempla la compra de productos certificados ecológicos y de vehículos menos contaminantes, así como la protección del entorno natural y la gestión del área forestal.


    Los diferentes departamentos del ente local y las empresas municipales deben tomar medidas adecuadas para que, a finales de año, este ECOpresupuesto se haya cumplido. Además, se cuenta con la colaboración de algunas empresas privadas y de diversas organizaciones no gubernamentales que se implican también en este objetivo común. A mediados de año se hace un balance del presupuesto para evaluar el efecto de las medidas en marcha y cómo modificarlas para conseguir las metas marcadas, y los resultados anuales son de consulta pública, al igual que los del presupuesto económico.


    Växjö como modelo de referencia

    El año pasado se publicaron más de 500 artículos en todo el mundo sobre el sistema energético de la ciudad de Växjö, lo que da una idea del interés que ha despertado este modelo de gestión ambiental. Los titulares de prensa destacan el hecho de que se haya considerado la ciudad más verde, pero también se la califica como “el lugar del cual incluso el Al Gore estaría orgulloso” y se valora el hecho de que se hayan cumplido todos los compromisos que se han ido marcando desde que en 1996 tomaron conciencia de la necesidad de reducir emisiones.


    Pero además de las visitas de los periodistas, las de expertos ambientales de otros países que quieren conocer el funcionamiento in situ se han convertido en una constante. Tanto es así que el ayuntamiento ha tenido que crear un departamento específico para atender las visitas de técnicos y mostrar las plantas de producción de energía o la construcción de nuevos edificios de madera y alta eficiencia energética. Växjö es también un modelo de referencia y ha servido de ejemplo a otras ciudades en cuanto a la gestión de los bosques, y en áreas sociales como el cuidado de las personas mayores y las políticas de igualdad de género. Y este peculiar turismo ha beneficiado también el nivel de negocio de la ciudad.


    Allí parece que no se lo esperaban, pero esta ciudad sueca se ha convertido sin duda una parada obligatoria para entender cómo se puede reducir CO[SUB]2[/SUB] directamente desde el ámbito local.
    http://www.eldivisadero.cl/noticia-29475
     
  2. Diego.andres

    Diego.andres Usuario Nuevo nvl. 1
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    la wea bkn, faltaron sus fotitos si, peor las buscare buen post
     
  3. Viejo del Quaker

    Viejo del Quaker Invitado

    Buena, aunque faltaron sus imágenes... se agradece :weena: