[HU] 7 increíbles curiosidades sobre la decapitación

Cuando pensábamos en una decapitación, las guillotinas de la Revolución Francesa era lo primero que se figuraba en nuestro imaginario. Sin embargo, las noticias de hoy nos muestran que no necesitamos remontarnos tan lejos en la historia.

Sucesos tan impactantes como el del reciente caso de la ISIS, en Siria e Irak, donde aún se aplica la decapitación para dar muerte a los enemigos y prisioneros de guerra, nos dejan verdaderamente atónitos.

7. Las cabezas de los santos podían continuar hablando



En diversos relatos fantásticos y mitológicos de la antigüedad se menciona la figura de los Cefalóforos, santos que una vez decapitados eran capaces de tomar su cabeza para seguir hablando. Los Cefalóforos aparecen en arte religioso y, entre los santos a los cuales se les asigna tan curiosa cualidad, están Pablo de Tarso, Nicasio de Reims y Dionisio de París, además de muchos otros.

6. Decapitación interna



Contrariamente a lo que solemos pensar, para morir decapitado no es necesario que la cabeza se separe del cuerpo, pues existe lo que se llama decapitación interna, algo que suele darse en accidentes fatales. En la decapitación interna, el cráneo se separa de la médula espinal. Si bien, lógicamente, suele ser mortal (y extremadamente doloroso), hay gente que ha sobrevivido, quedando con secuelas.

5. Auto Decapitación



Si bien la decapitación suele darse en manos de terceros o accidentes, se han registrado suicidios en los que, deliberadamente, la persona logra morir decapitada. La auto decapitación se realiza de varios modos. La forma más habitual ocurre cuando las víctimas se colocan en las vías del tren, haciendo que la cabeza se corte una vez que pase el tren. Un caso bastante raro fue el de Gerald Mellin, un hombre de negocios que ató una cuerda a un árbol y el otro extremo alrededor de su cuello para luego acelerar a toda velocidad en su coche, provocando la decapitación.

4. Decapitar una serpiente no te defiende del peligro



Las serpientes son animales muy peligrosos cuando están acorralados y su veneno puede ser una sentencia de muerte. Si crees que cortarle la cabeza con un machete te salva de ser mordido, estás equivocado. Una vez que le cortas la cabeza a una serpiente, esta aún puede morder e inyectar veneno por varias horas.

3. En Arabia Saudita decapitan a los criminales



Arabia Saudita es de los pocos países donde quienes están condenados a muerte, reciben su castigo mediante decapitación. Entre los crímenes que pueden llevarte a tan terrible sentencia está el asesinato, uso de drogas, robo armado, violación y "hechicería". Si el condenado tiene dinero, puede salvarse ofreciendo altas sumas a la familia de quien sufrió el crimen. El precio depende del sexo y la religión de la víctima y las mujeres, por ejemplo, pagan la mitad de lo que pagan que los hombres.

2. La leyenda del pirata sin cabeza



Klaus Stortebeker, un mercenario convertido en pirata, fue atrapado y condenado a muerte por decapitación en el 1400 E. C. La leyenda cuenta que en el momento de la ejecución, Stortebeker propuso un singular acuerdo con sus verdugos: el resto de su tripulación debía formar una fila frente al lugar de la decapitación y cuando cortaran su cabeza, su cuerpo caminaría en paralelo a la alineación.

Si el cuerpo de Stortebeker lograba este imposible, se le perdonaría la vida a todo hombre que le pudiera pasar por delante. Según el relato, una vez decapitado, el cuerpo se levantó del suelo y comenzó a caminar frente a la atónita mirada de todos, en paralelo a la tripulación. El cuerpo logró pasar delante de 11 hombres en la fila, hasta que un verdugo puso un pie en su camino para hacerlo caer. Finalmente, la tripulación entera fue decapitada de todas maneras.

1. Coleccionista de cabezas



El tráfico de cabezas era un negocio floreciente en varias civilizaciones. En el Reino de Dahomey, el Rey Gezo coleccionaba las cabezas de sus enemigos. No sólo las tenía para mirar, sino que también utilizaba sus cráneos en construcciones, mostrando así su gran poder. El Rey Gezo era tan adepto a las cabezas que no sólo decapitaba a sus enemigos, sino a cualquier persona de quien se le antojara tener su cabeza. Este cruel hombre reinó entre 1818 y 1858.

Entre fantasía y cruel realidad, la decapitación ha formado parte de los momentos más sangrientos de la historia. Hoy en día sigue ocurriendo.