Tu poema favorito

Tema en 'Purgatorio de los aportes' iniciado por beat., 23 Jul 2014.

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  1. Poetleta

    Poetleta Usuario Casual nvl. 2
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    Te quiero.

    Tus manos son mi caricia
    mis acordes cotidianos
    te quiero porque tus manos
    trabajan por la justicia

    si te quiero es porque sos
    mi amor mi cómplice y todo
    y en la calle codo a codo
    somos mucho más que dos

    tus ojos son mi conjuro
    contra la mala jornada
    te quiero por tu mirada
    que mira y siembra futuro

    tu boca que es tuya y mía
    tu boca no se equivoca
    te quiero porque tu boca
    sabe gritar rebeldía

    si te quiero es porque sos
    mi amor mi cómplice y todo
    y en la calle codo a codo
    somos mucho más que dos

    y por tu rostro sincero
    y tu paso vagabundo
    y tu llanto por el mundo
    porque sos pueblo te quiero

    y porque amor no es aureola
    ni cándida moraleja
    y porque somos pareja
    que sabe que no está sola

    te quiero en mi paraíso
    es decir que en mi país
    la gente viva feliz
    aunque no tenga permiso

    si te quiero es porque sos
    mi amor mi cómplice y todo
    y en la calle codo a codo
    somos mucho más que dos.

    Mario Benedetti.

    PD: Leí los poemas que pusieron y son realmente lindos otros que no los entendí tanto pero siento ese aferro que hay entre la persona que lo posteó y su poema.

     
  2. Jim Morrison

    Jim Morrison Usuario Habitual nvl.3 ★
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    Uno de Benedetti y más que nada por que fue el que me calmó, dándole una "respuesta" a la novela La Tregua.

    Última Noción de Laura - Mario Benedetti

    Usted martín santomé no sabe
    cómo querría tener yo ahora
    todo el tiempo del mundo para quererlo
    pero no voy a convocarlo junto a mí
    ya que aún en el caso de que no estuviera
    todavía muriéndome
    entonces moriría
    sólo de aproximarme a su tristeza.


    usted martín santomé no sabe
    cuánto he luchado por seguir viviendo
    cómo he querido vivir para vivirlo
    porque me estoy muriendo santomé


    usted claro no sabe
    ya que nunca lo he dicho
    ni siquiera
    en esas noches en que usted me descubre
    con sus manos incrédulas y libres
    usted no sabe cómo yo valoro
    su sencillo coraje de quererme


    usted martín santomé no sabe
    y sé que no lo sabe
    porque he visto sus ojos
    despejando
    la incógnita del miedo


    no sabe que no es viejo
    que no podría serlo
    en todo caso allá usted con sus años
    yo estoy segura de quererlo así.


    usted martín santomé no sabe
    qué bien, que lindo dice
    avellaneda
    de algún modo ha inventado
    mi nombre con su amor


    usted es la respuesta que yo esperaba
    a una pregunta que nunca he formulado
    usted es mi hombre
    y yo la que abandono
    usted es mi hombre
    y yo la que flaqueo


    usted Martín Santomé no sabe
    al menos no lo sabe en esta espera
    qué triste es ver cerrarse la alegría
    sin previo aviso
    de un brutal portazo


    es raro
    pero siento
    que me voy alejando
    de usted y de mí
    que estábamos tan cerca
    de mí y de usted


    quizá porque vivir es eso
    es estar cerca
    y yo me estoy muriendo
    santomé
    no sabe usted
    qué oscura
    qué lejos
    qué callada
    usted
    martín
    martín cómo era
    los nombres se me caen
    yo misma me estoy cayendo


    usted de todos modos
    no sabe ni imagina
    qué sola va a quedar
    mi muerte
    sin
    su
    vi
    da.
     
  3. Giges

    Giges Usuario Casual nvl. 2
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    Existen muchos poemas que no conozco y siento que es hasta irresponsable de mi parte enaltecer alguno de los pocos que recuerdo. Sin embargo existe uno de Enrique Lihn (como lo dije en otro tema) que se gano un lugar especial en mis recuerdos.

    Es un poco largo pero créanme que vale la pena leerlo.


    Monólogo de un padre con su hijo de meses.


    Nada se pierde con vivir, ensaya:
    aquí tienes un cuerpo a tu medida
    Lo hemos hecho en sombra por amor a las artes de la carne
    pero también en serio
    pensando en tu visita como en un nuevo juego gozoso y doloroso;
    por amor a la vida, por temor a la muerte y a la vida,
    por amor a la muerte
    para ti o para nadie.


    Eres tu cuerpo, tómalo, haznos ver que te gusta como a nosotros este doble regalo que
    te hemos hecho y que nos hemos hecho.
    Cierto, tan sólo un poco del vergonzante barro original,
    la angustia y el placer en un grito de impotencia.
    Ni de lejos un pájaro que se abre en la belleza del huevo,
    a plena luz, ligero y jubiloso, sólo un hombre:
    la fiera vieja del nacimiento, vencida por las moscas, babeante y rebosante.


    Pero vive y verás el monstruo que eres con benevolencia
    abrir un ojo y otro así de grandes,
    encasquetarse el cielo, mirarlo todo como por adentro,
    preguntarle a las cosas por sus nombres
    reír con lo que ríe,
    llorar con lo que llora,
    tiranizar a gatos y conejos.


    Nada se pierde con vivir, tenemos todo el tiempo del tiempo por delante
    para ser el vacío que somos en el fondo.
    Y la niñez, escucha:
    no hay loco más feliz que un niño cuerdo
    ni acierta el sabio como un niño loco.
    Todo lo que vivimos lo vivimos ya a los diez años más intesamente;
    los deseos entonces se dormían los unos en los otros.
    Venía el sueño a cada instante,
    el sueño que restablece en todo el perfecto desorden
    a rescatarte de tu cuerpo y tu alma;
    allí en ese castillo movedizo eras el rey, la reina, tus secuaces, el bufón que se ríe de sí mismo,
    los pájaros, las fieras melodiosos.


    Para hacer el amor allí estaba tu madre
    y el amor era el beso de otro mundo en la frente,
    con que se reanima a los enfermos,
    una lectura a media voz,
    la nostalgia de nadie y nada que nos da la música.


    Pero pasan los años por los años y he aquí que eres ya un adolescente.
    Bajas del monte como Zaratustra a luchar por el hombre contra el hombre:
    grave misión que nadie te encomienda;
    en tu familia inspiras desconfianza,
    hablas de Dios en un tono sarcástico, llegas a casa al otro día, muerto.
    Se dice que enamoras a una vieja, te han visto dando saltos en el aire,
    prolongas tus estudios con estudios de los que se resiente tu cabeza.
    No hay alegría que te alegre tanto como caer de golpe en la tristeza
    ni dolor que te duela tan a fondo como el placer de vivir sin objeto.
    Grave edad, hay algunos que se matan porque no pueden soportar la muerte,
    quienes se entregan a una causa injusta en su sed sanguinaria de justicia.
    Los que más bajo caen son los grandes,
    a los pequeños les perdemos el rumbo.
    En el amor se traicionan todos,
    el amor es el padre de sus vicios.
    Si una mujer se enternece contigo le exigirás te siga hasta la tumba,
    que abandone en el acto a sus parientes,
    que instale en otra parte su negocio.


    Pero llega el momento fatalmente en que tu juventud te da la espalda
    y por primera vez su rostro inolvidable en tanto huye de ti que la persigues a salto de ojo,
    inmóvil, en una silla negra.
    Ha llegado el momento de hacer algo parece que te dice todo el mundo
    y tu dices que sí, con la cabeza.
    En plena decadencia metafísica caminas ahora con una libretita de direcciones en la mano,
    impecablemente vestido,
    con la modestia de un hombre joven que se abre paso en la vida,
    dispuesto a todo.
    El esquema que te hiciste de las cosas hace aire y se hunde en el cielo dejándolas a todas en su sitio.
    De un tiempo a esta parte te mueves entre ellas como un pez en el agua.
    Vives de lo que ganas, ganas lo que mereces, mereces lo que vives:
    eres, por fin, un hombre entre los hombres.


    Y así llegas a viejo como quien vuelve a su país de origen después de un viaje interminable corto de revivir, largo de relatar,
    te espera en tí la muerte, tu esqueleto con los brazos abiertos,
    pero tu la rechazas por un instante,
    quieres mirarte larga y sucesivamente en el espejo que se pone opaco.
    Apoyado en lejanos transeúntes vas y vienes de negro,
    al trote,conversando contigo mismo a gritos, como un pájaro.
    No hay tiempo que perder, eres el último de tu generación en apagar el sol y convertirte en polvo.


    No hay tiempo que perder en este mundo embellecido por su fin tan próximo.
    Se te ve en todas parte dando vueltas en torno a cualquier cosa como en éxtasis.
    De tus salidas a la calle vuelves con los bolsillos llenos de tesoros absurdos: guijarros, florecillas.
    Hasta que un día ya no puedes luchar a muerte con la muerte y te entregas a ella, a un sueño sin salida, más blanco cada vez, sonriendo, sollozando como un niño de pecho.


    Nada se pierde con vivir, ensaya: aquí tienes un cuerpo a tu medida,
    lo hemos hecho en la sombra por amor a las artes de la carne pero también en serio,
    pensando en tu visita
    para ti o para nadie.
     
    #15 Giges, 23 Sep 2014
    Última edición: 23 Sep 2014
  4. pan con mantequilla

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    Uno de mis favoritos de Benedetti.

    Soledades:


    Ellos tienen razón
    esa felicidad
    al menos con mayúscula
    no existe
    ah pero si existiera con minúscula
    seria semejante a nuestra breve
    presoledad


    después de la alegría viene la soledad
    después de la plenitud viene la soledad
    después del amor viene la soledad


    ya se que es una pobre deformación
    pero lo cierto es que en ese durable minuto
    uno se siente
    solo en el mundo


    sin asideros
    sin pretextos
    sin abrazos
    sin rencores
    sin las cosas que unen o separan
    y en es sola manera de estar solo
    ni siquiera uno se apiada de uno mismo


    los datos objetivos son como sigue


    hay diez centímetros de silencio
    entre tus manos y mis manos
    una frontera de palabras no dichas
    entre tus labios y mis labios
    y algo que brilla así de triste
    entre tus ojos y mis ojos


    claro que la soledad no viene sola


    si se mira por sobre el hombro mustio
    de nuestras soledades
    se vera un largo y compacto imposible
    un sencillo respeto por terceros o cuartos
    ese percance de ser buenagente


    después de la alegría
    después de la plenitud
    después del amor
    viene la soledad


    conforme
    pero
    que vendrá después
    de la soledad


    a veces no me siento
    tan solo
    si imagino
    mejor dicho si se
    que mas allá de mi soledad
    y de la tuya
    otra vez estas vos
    aunque sea preguntándote a solas
    que vendrá después
    de la soledad.


    Audio, por si alguien lo quiere escuchar.
     
  5. [M]auro.SS

    [M]auro.SS Usuario Habitual nvl.3 ★
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    Parece que Benedetti es el favorito de todos.



    Para variar un poco la cosa (unque ya lo nombraron antes), voy a poner uno de mis autores favoritos, y algo olvidado a veces: Jorge Teillier.

    [​IMG]


    El poema en sí, es uno de los que conseidero más perfectos de los que escribió (aunque su producción es increiblemente significativa):

    Bajo el cielo nacido tras la lluvia




    Bajo el cielo nacido tras la lluvia
    escucho un leve deslizarse de remos en el agua,
    mientras pienso que la felicidad
    no es sino un leve deslizarse de remos en el agua.
    O quizás no sea sino la luz de un pequeño barco,
    esa luz que aparece y desaparece
    en el oscuro oleaje de los años
    lentos como una cena tras un entierro.

    O la luz de una casa hallada tras la colina
    cuando ya creíamos que no quedaba sino andar y andar.
    O el espacio del silencio
    entre mi voz y la voz de alguien
    revelándome el verdadero nombre de las cosas
    con solo nombrarlas: "álamos", "tejados".
    La distancia entre el tintineo del cencerro
    en el cuello de la oveja al amanecer
    y el ruido de una puerta cerrándose tras una fiesta.
    El espacio entre el grito del ave herida en el pantano,
    y las alas plegadas de una mariposa
    sobre la cumbre de la loma barrida por el viento.

    Eso fue la felicidad:
    dibujar en la escarcha figuras sin sentido
    sabiendo que no durarían nada,
    cortar una rama de pino
    para escribir un instante nuestro nombre en la tierra húmeda,
    atrapar una plumilla de cardo
    para detener la huida de toda una estación.

    Así era la felicidad:
    breve como el sueño del aromo derribado,
    o el baile de la solterona loca frente al espejo roto.
    Pero no importa que los días felices sean tan breves
    como el viaje de la estrella desprendida del cielo,
    pues siempre podremos reunir sus recuerdos,
    así como el niño castigado en el patio
    encuentra guijarros para formar brillantes ejércitos.
    Pues siempre podremos estar en un dia que no fue ayer ni mañana,
    mirando el cielo nacido tras la lluvia
    y escuchando a lo lejos
    un leve deslizarse de remos en el agua.
     
    #17 [M]auro.SS, 24 Sep 2014
    Última edición: 24 Sep 2014
  6. ryucore

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    Barrio sin luz de Pablo Neruda y cómo no, el poema XX, simple pero expresa tanto sentimiento.
     
  7. pan con mantequilla

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    Una rima de Bécquer que me gusta mucho y me deja una cosita en el pecho, quizás me llega jaja.

    Rima XLI

    Tú eras el huracán y yo la alta
    torre que desafía su poder:
    ¡tenías que estrellarte o que abatirme!
    ¡No pudo ser!

    Tú eras el océano y yo la enhiesta
    roca que firme aguarda su vaivén:
    ¡tenías que romperte o que arrancarme! ...
    ¡No pudo ser!

    Hermosa tú, yo altivo; acostumbrados
    uno a arrollar, el otro a no ceder:
    la senda estrecha, inevitable el choque ...
    ¡No pudo ser!

    torre que desafía su poder:
    ¡tenías que estrellarte o que abatirme!
    ¡No pudo ser!

    Tú eras el océano y yo la enhiesta
    roca que firme aguarda su vaivén:
    ¡tenías que romperte o que arrancarme! ...
    ¡No pudo ser!

    Hermosa tú, yo altivo; acostumbrados
    uno a arrollar, el otro a no ceder:
    la senda estrecha, inevitable el choque ...
    ¡No pudo ser!
     
  8. mgajardoa

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    Siempre lo olvido, pero es un soneto de Shakespeare que empieza con la pregunta ¿Te puedo comparar con un día de verano?
     
    #20 mgajardoa, 25 Sep 2014
    Última edición: 25 Sep 2014
  9. mgajardoa

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    Tremendo don Armando Uribe.
     
  10. mgajardoa

    mgajardoa Usuario Nuevo nvl. 1
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    Grande don Jorge Teillier, lo mejor de Chile.
     
  11. Die_pun

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    Grandes poetas chilenos... lindos poemas
    y yo, sumo este hermoso;


    Ernesto Cardenal


    Al perderte yo a ti...


    Al perderte yo a ti tú y yo hemos perdido:
    yo porque tú eras lo que yo más amaba
    y tú porque yo era el que te amaba más.
    Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:
    porque yo podré amar a otras como te amaba a ti
    pero a ti no te amarán como te amaba yo.
     
    #23 Die_pun, 12 Oct 2014
    Última edición: 12 Oct 2014
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