Portavoz no se enreda: “Ir a Lollapalooza no afecta nuestra coherencia”

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Es el rapero favorito de varios de los grandes nombres del pop chileno contemporáneo. Al mismo tiempo, es uno de los artistas con un discurso más elaboradamente contestatario que se puedan encontrar en el circuito. El futuro de Portavoz se ve movido, con presencia confirmada en el Legalize de este fin de semana y envuelto en una curiosa polémica tras su confirmación en Lollapalooza. Por fin pudimos contactarnos con él y esto es lo que salió.

El cartel del Legalize te tiene a ti y a Hordatoj como representantes del rap chileno. Él ya nos contó qué lo movió a participar del evento, que es el llamado precisamente a la legalización. ¿Cómo sería en tu caso? ​

Para nosotros como Portavoz, entiéndase todos los que trabajamos en este proyecto, el Legalize es un buen escenario. Es una oportunidad de llevar nuestra música a harta gente, va a ser algo que te queda en la carrera, es bueno si te quieres proyectar como músico. Y lo otro es el objetivo del festival, que busca legalizar la marihuana, que promueve la despenalización del auto-cultivo, que es una política más concreta que nos lleva hacia allá.

Creemos que es la única forma de combatir el narcotráfico grande, que es el de la pasta y de la falopa. Es hora ya que el país tenga una política de drogas que eduque, que informe y que sea responsable. Está claro que la política de represión y la criminalización con la marihuana ha sido una política fallida, y podemos verlo con el estado mexicano, o en Colombia. Una manera factible de combatir el narcotráfico masivo, la muerte que eso trae y el miedo en las poblaciones es despenalizando el auto-cultivo.

¿Te parece que este tipo de encuentros, siendo un festival de música, sirve para generar atención entre la misma gente que compra su entrada? ​

No sé si a través de este tipo de actividades uno puede poner el tema en el debate público, pero sí se puede contribuir a que se avance. Estos cambios tienen que ir de la mano con proyectos transformadores de país, con algo más global. No puede haber un cambio en la visión de qué es la marihuana si no hay un cambio cultural global que también tome en cuente otras demandas sociales. La marihuana es una entre tantas cosas que la gente está pidiendo para vivir más dignamente y más feliz.

Desde el ámbito musical uno puede contribuir, pero los cambios reales vienen de la calle, los hace la gente organizada en sus barrios, en sus lugares de trabajos, en sus sindicatos. Los estudiantes marcaron la pauta y el camino de cómo poner temas en el debate público, más allá de lo discursivo. Son acciones concretas.

¿Crees que los movimientos sociales generaron una conciencia entre la gente que ha ayudado a que el rap chileno, por sus letras y lo que intenta defender, tenga más atención ahora?​

Yo creo que en parte sí. Pero dentro del rap chileno hay una gran variedad de cabros y cabras rapeando de sus vivencias. El rap tiene algo transversal que es que es cotidiano, que se encuentra en el barrio. Habemos algunos más vinculados a causas sociales, al mundo social organizado. Pero también hay otros compas que tienen otros puntos de vista. Se vincula en cierto modo, pero no todos los raperos participan en espacios sociales.

Ha ido aumentando también. En los últimos 3 años ha cambiado mucho todo el asunto y es mucho más claro que las cosas que la sociedad está pidiendo en la calle, son causas legítimas que hay que apoyar. Ha sido un avance: antes estábamos mucho más enmudecidos por los medios de comunicación y el público era más apático. Ha habido un despertar y es una nueva forma de hacer política. Lo que no le gusta a los cabros y en general al pueblo es la política tradicional de los partidos añejos de siempre. Ha renacido una política social, que es la que hace la misma gente.

Justamente si vemos entre las cosas que pasaron en los últimos años, Escribo Rap con R de Revolución pasó a ser un disco super importante. ¿Sientes que el álbum te abrió puertas y generó algo importante en torno a ti?​

Sí, ese disco nos permitió sacar más pega y empezar a pensar en vivir de la música, que en Chile es difícil. Personalmente, el disco me permite eso. Y es porque le pusimos dedicación, lo trabajamos harto y era una de las últimas balas a probar qué pasaba, si me dedicaría o no a la música. Yo estudié pedagogía en historia y me gusta harto el oficio del profesor, pero desde chico he sido un enamorado del rap. Ese fue mi último intento de levantar una carrera musical en serio.

Qué bueno que haya funcionado entonces. ¿Y ahora, con este ritmo, cómo te estás preparando para llevar tu carrera con esta mayor exposición y formando parte, quiéralo o no, de una industria musical?​

Sigo haciendo música, sigo trabajando con Salvaje Decibel, que era mi banda de antes y sacamos un disco hace poco. Tenemos al equipo de siempre, los que hemos estado dándole desde chicos. Lo hacemos cada vez más real, y lo que creemos es que hay que tener los pies puestos donde uno nació, en nuestras poblaciones, con nuestra gente.

El disco Radical de Salvaje Decibel salió el año pasado. ¿El 2015 tendrá más que ver con lo tuyo o con Salvaje Decibel?​

Con los dos. Estoy trabajando en los dos proyectos y de repente sale algo nuevo con otros amigos con los que hay vínculo musical. Y hay amistad con los Mente Sabia, el Matiah Chinasky, el Stailok de Movimiento, seguimos trabajando. Queremos abrir nuevas puertas a la gente que le guste lo que hacemos. En el Frontera el año pasado el Willy de Cultura Profética nos invitó a rapear y le gustó lo que hacemos. Hay que aprovechar la instancia cuando tienes músicos que concuerdan con tu apuesta musical.

Dentro de eso, ¿qué opinión te deja que tu participación en Lollapalooza haya generado comentarios tan enfrentados? Mucha gente muy feliz y muchos que te critican por llegar a tocar a un público muy distinto.​

Yo estoy tranquilo. Siempre la gente que no te conoce te critica. Personalmente, Lollapalooza es un concierto más, una pega más para el currículo en una carrera que se viene trabajando desde chico. Va a estar lleno de cuicos pero da lo mismo,haremos lo de siempre, diremos lo que pensamos. Es nuestro estilo. Y después vamos a volver a los compromisos de siempre.

Estar en Lollapalooza no afecta nuestra coherencia ni la consecuencia diaria. No pasa por estar o no estar en un concierto. Pasa por estar cotidianamente participando de organizaciones, ser parte del movimiento social. Demás que hay cabros que se molestan y eso… No sé pos, uno no puede caerle bien a todo el mundo y hace la hueá que piensa. Si te gusta, bien, y si no, era.

Nosotros al menos estamos encantados y nos pasamos muchos rollos de cómo te pueda recibir esa gente. ¿No se te pasó por la cabeza eso cuando te llegó el ofrecimiento?​

Sí, es chistoso. A la Ana un peloliso le gritó “cara de nana”, tratándola de excluirla del espacio. Si llega a pasar algo como eso, habrá que reaccionar y decir lo que pensamos. No hay otra salida a esa situación. Si te llevan a ese escenario, hay que saber responder. Es lo que hacemos.

En tus letras se desprende que más que “vociferar verdades”, te informas, lees y existe el interés por entregar un contenido. ¿Es eso un desafío extra?​

Uno no tiene que andar diciendo a cada rato quién es, se transforma en algo auto-referente. Pero yo hablo de cosas que hemos vivido de chicos, estas cosas no salen en un libro. Desde nuestra parte igual existe la formación y el estudio para entender al enemigo. Son cosas paralelas. Cuando te vas informando, fortaleces tu conocimiento y tienes mayores herramientas de análisis para entender tu realidad. Son procesos complementarios y eso está expresado en las canciones. Son insumos que tratamos que queden en el arte. La música es eso, un reflejo de lo que vives en la sociedad.

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Fuente:

Spoiler

mutis.cl

 

Si igual les cayo como aji en el poto a la gente que siempre va a ese Festival, algo va a pasar, pero de todas formas el porta va a responder