La última llamada

Ser enterrado vivo es uno de los terrores más universales que existen, quizás porque es un miedo muy primordial y es relativamente fácil que se realice. No ha de extrañar que desde tiempos inmemoriales este tema haya estado presente en novelas, películas juegos y videos de terror. Aquí te traigo una historia que se conoce como leyenda urbana (aunque no es exactamente una creepypasta) centrada en la muerte por entierro prematuro. El pobre protagonista falló la última llamada de su amada.

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La última llamada

Esto que te voy a contar le ocurrió a un hombre profundamente enamorado, quién recibió la noticia de que su novia había fallecido, tras sufrir un ataque al corazón en su lugar de trabajo. Voy a abstenerme de hacer comentarios sobre cómo pudo haberse sentido el pobre hombre; creo que en verdad sobrarían, así que mejor prosigamos.

Después de un emotivo funeral, el joven estaba agotado y aún llorando por la pérdida de su gran amor. Volvió a su casa, donde tras varias horas de llantos desconsolados empiezó a recibir llamadas a su teléfono móvil. Cansado y sin ganas de hablar con nadie, hizo caso omiso de la insistencia de la persona que le estaba llamando y finalmente consiguió dormirse.

Al despertar revisó su teléfono y comprobó que las llamadas recibidas la noche anterior fueron realizadas desde el teléfono de su amada muerta. Una de ellas incluso venía con un mensaje en el buzón de voz. Asustado y confuso se puso a la escucha. Oyó quejidos ahogados y una débil respiración; luego la llamada se cortó a los pocos segundos.
Esa misma tarde se acercó al cementerio para poner unas flores en la tumba de la fallecida. Mientras lloraba recordando a su amor se acordó de las llamadas que había recibido, y probó nuevamente a llamar al número de su novia. Pensó que algún familiar había guardado su móvil y había tratado de ponerse en contacto con él.

¡Qué sorpresa más grande tuvo!, cuando al marcar el número empezó a escuchar la melodía del teléfono de su pareja. Un sonido casi imperceptible en verdad, que pudo percibir gracias al silencio que reina en los cementerios. ¡¡¡Su amada muerta le había estado llamando desde el más allá!!! Ese pensamiento se le vino a la cabeza, al tiempo que un súbito escalofrío le recorrió la espina dorsal.
Muerto de miedo, y acobardado por la idea de estar solo mientras un espíritu le perseguía, fue a buscar a uno de los empleados del cementerio que se encargaba de mantener en buen estado las tumbas. Tras contarle la historia, el trabajador rápidamente avisó a sus compañeros que procedieron a desenterrar el ataúd de la joven.

Lo que encontraron al abrir la caja les heló el corazón. La chica tenía las uñas totalmente destrozadas, y todo el ataúd estaba manchado de sangre ya que se le habían desprendido de los dedos al tratar de arañar el sarcófago donde se encontraba encerrada. Al parecer había fallecido hacía pocas horas, al acabarse el aire que quedaba en el espacio cerrado.

Un análisis forense determinó que había sido enterrada con vida, al confundirse un ataque de catalepsia con un infarto que le había causado la muerte. Al despertar en el ataúd, horas después de ser sepultada, cayó presa del terror y trató de ponerse en contacto con la persona más cercana, su novio, pero éste al no atender las llamadas no sabía que estaba desaprovechando las pocas horas de aire que quedaban. Ella, desesperada, luchaba para salir del ataúd que poco a poco la dejaba sin oxígeno.