06-04-15 El camino a la perdición de un ex Mundialista de Canadá 2007

El ex portero integró la selección juvenil que fue tercera en el Mundial de Canadá 2007. Ahora vive el contraste en una cárcel, a la espera de una condena por robo con violencia.

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La felicidad y la amargura. El optimismo y el fracaso. Libertad y prisión. Todos estos conceptos han estado presentes en la vida de Ronald Valladares Vergara, portero que tuvo un prometedor inicio en el fútbol nacional, tras formarse en Fernández Vial desde los 14 años. Su desempeño lo llevó a debutar en el profesionalismo con apenas 16 años. Más tarde, José Sulantay lo nominó a la selección juvenil que fue al Mundial de Canadá 2007.


Hasta ese año, al meta se le abrían puertas en su carrera como jugador. Varios clubes se fijaron en este chico que, desde Concepción, se ilusionaba con cumplir su gran sueño: fichar en un club poderoso de Europa. Esa idea no la pudo cumplir. Por el contrario, vio cómo se le cerraron las puertas de la libertad y hoy, tras las rejas, espera que lo condenen por un robo con violencia de tres millones de pesos.


El año 2001, la Sub 14 de Fernández Vial recibió a Ronald Valladares, en donde tardó dos años en debutar en el profesionalismo. "Tenía grandes condiciones, y no demoró en demostrar que estaba para ser titular. Fue creciendo como jugador, y eso llevó al profe Edgardo Avilés a subirlo al primer equipo", recuerda Daniel Henríquez, compañero del portero entonces y gran amigo.




Leonel Mena, volante de Deportes Concepción, inició su carrera junto a ambos en el Almirante. "Nos criamos en el fútbol, pero también como personas y amigos. Lo conozco hace tiempo, y nunca esperamos que llegara a esto", explica.


Además, el volante lila rememora que "a su corta edad, sobresalía. Lo dejaron apenas llegó y, después, como profesional, fue escalando rápidamente. Todos le tenían confianza: debutó a corta edad y se veía que tenía condiciones".


En ese momento, la ilusión se apoderaba de Valladares. Con 17 años, era capitán de Fernández Vial. Entre 2006 y 2007, era titular, y José Sulantay lo convocó. El Mundial juvenil de Canadá sería su próxima estación. "Lo vi jugar, y mostraba cosas muy interesantes. Tenía futuro en el fútbol, pero se perdió por los errores que cometió. Lo tuve en ese grupo y siempre fue un muchacho callado, respetuoso y, quizás, tímido. De hecho, no participaba en las típicas bromas que hacían los jugadores", confiesa el DT.


En la cita planetaria compartió con Arturo Vidal, Alexis Sánchez, Gary Medel y el resto del plantel. Los otros porteros eran Cristopher Toselli y Nery Veloso. Éste último recuerda: "Era súper tranquilo, nunca hubo un problema. Si bien no fuimos amigos, como compañeros la relación era excelente. Me enteré lo que pasó con él. Es muy lamentable que haya llegado a esto", detalla el arquero de Audax Italiano quien -a través de un grupo de Whatsapp- propuso a los miembros de esa Sub 20 juntarse a fines de mayo. Valladares no estará.


Además, Veloso revela que si bien han conversado sobre el tema, no se han propuesto ideas para ayudar al ex compañero.


Al regreso tras el Mundial de Canadá, su objetivo era cambiar de aires. "Lo quisieron en Iquique, pero en el Vial frenaron su salida. No pudo ir cuando estaba en su mejor momento. Fue un golpe duro para Ronald", advierte Henríquez.


Su insistencia le permitió ser enviado a préstamo a Iquique. Estuvo sólo un semestre y regresó, debido a la escasa continuidad. Después pasó a Deportes Concepción, pero su suerte no cambió y, tras dos años ahí, optó por otro camino. "Después de salir del Conce, empezó lo peor. Ronald cambió, tuvo problemas personales", reflexiona Mena.





Depresión y malas juntas


"En ese tiempo, terminó con su polola, botó los estudios de Educación Física, cayó en depresión porque se sentía frustrado como futbolista, y encontró nuevos amiguitos en el barrio", afirma Daniel Henríquez, quien es casi un hermano de Valladares, y lo vio caer en un pozo.


Mena confirma: "Me llegaron comentarios que estaba entrando a las drogas, robando y armando líos por cualquier cosa. Me decían que no era el mismo que conocimos".


Precisamente, Valladares no era la sombra del joven que fue tercero en Canadá. Eran otros tiempos para el portero que admiraba a Claudio Bravo.


En 2012, estuvo por primera vez en la cárcel El Manzano de Concepción. Con 24 años, fue condenado por robo en lugar no habitado y, posteriormente, sumó detenciones por hurto con intimidación. Fueron seis veces en que la justicia tuvo que actuar. Otra detención, en 2013, lo mantuvo 102 días en la cárcel.


"Hablamos algunas veces cuando estuvo preso. Me pedía plata o que le cargara el teléfono. Trataba de ayudarle, pero también era difícil porque estaba preso. Me decía que iba a cambiar e, incluso, se apoyó en la religión, pero al final no pasó eso. Es triste, porque es un amigo que lamentablemente se equivocó", confiesa Mena.


El 6 de agosto de 2013, Huachipato realizó una visita a la cárcel El Manzano, para disputar un duelo amistoso con la selección de reclusos. Veloso estaba con los acereros, y se reencontró con Valladares, que observó ese encuentro. "Conversamos un rato, y me comentó que estaba mejor mentalmente. Que sólo quería salir de ahí para cambiar su forma de vida y recuperar la confianza de sus familiares", precisa el actual jugador de Audax.


La libertad llegó a la vida de Valladares. Tras un largo tiempo en la cárcel penquista, regresó con los suyos. El fútbol profesional estaba lejos, pero su idea era reinsertarse y demostrar que podía cambiar. Era una nueva oportunidad.


El fútbol amateur fue una salida para continuar en lo que amó desde pequeño. Vistió la camiseta de un club de barrio en Concepción, llamado Prieto Cruz, en donde dejó los guantes de lado y ofició como volante de contención. "Técnicamente, siempre fue bueno para la pelota. Por eso, no le costó jugar en ese puesto. Con nosotros fue campeón en segunda adulta y compartía con los demás. Era uno más del equipo y nunca tuvo problemas", cuenta Jimmy Jara, presidente de la institución en la cual vistió por última vez una camiseta.


La alegría y fortaleza que mostraba cada domingo en una cancha de barrio era muy distinto a lo que hacía fuera de ella. Valladares volvió a delinquir. "Su papá (Fernando) sospechaba que estaba volviendo a eso. Como amigos, lo conversamos y hablamos con Ronald, pero estaba perdido y, simplemente, no escuchaba”, agrega Jara, afirmando que “las drogas y las malas juntas nuevamente volvieron a aparecer en su camino".


Precisamente, el pasado 11 de febrero se confirmaron las sospechas del padre. Su hijo siguió a una pareja que salió desde un banco con tres millones de pesos. Realizó orificios en una de las ruedas del vehículo en el que se movilizaban. En el momento en que el conductor se bajó a revisar, Valladares sustrajo la cartera de la acompañante con el dinero. La investigación durará tres meses, y el defensor penal Rubén Cruces tiene el caso: al ser reincidente, el pronóstico no es bueno.


Mismo sentimiento que existe en la familia, donde se niegan a hablar del tema. "Están devastados. Lo trataron de ayudar, pero al final se les fue de las manos", revela Henríquez. La confesión de Jara, que habló hace unos días con su padre, es aún más terrible. "Me dijo que es un tema cerrado. No le interesa. Lo tiene bloqueado y no acepta que le hablen de Ronald. Como se dice, lo tiene cortado. Después de los primeros robos, lo perdonó. Pero, cuando volvió a caer, ya no era lo mismo", explica una de las personas que siguió de cerca la nueva caída de Ronald Valladares, quien apagó esa luz de esperanza y ahora vuelve a encarar los fríos fierros que conforman su celda.

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