Al infinito y más allá. Mientras toda la vida de Buzz pasaba ante sus ojos, observó aquel abismo negro, apenas para recordar una última cosa: la promesa que le había hecho a su hijo. Te protegeré y cuidaré de ti. Al infinito y más allá. Buzz era un héroe americano. Trabajó para el Ejército del Comando Estelar y acababa de ser promovido a Sargento, lideraba a un grupo de jóvenes y valientes hombres hacía una guerra interestelar con el terrible terrorista alienígena Zurg. Allí, en las profundidades del espacio, la nave de Buzz fue lanzada hacia un agujero de gusano causado por su archienemigo el Comandante Zurg. Buzz intentó de todas las formas posibles desviar su curso, pero fue inútil. En ese momento, Buzz y su tripulación solo tenían una opción: abandonar la nave. Mientras la nave sufría multitud de daños, las capsulas de rescate comenzaron a dispararse. Buzz permitió que cada miembro escapara mientras intentaba controlar la situación hasta el último minuto hasta que fue demasiado tarde. Buzz y la nave fueron empujados hacia el agujero de gusano, y nunca más se supo de él. Buzz fue dado por muerto por el Comando Estelar y el mundo entero lamentó la pérdida del héroe que salvó a más de doscientas vidas aquel día. El soldado dejó atrás a su amada esposa, su hija y a un hijo. Sin embargo, Buzz no murió aquel día. Despertó para encontrarse aún preso en su propia nave. Todo intacto, y aún con su traje puesto. Intentó escapar, pero se dio cuenta que estaba prisionero, atado por cables. Ese sería el primer día en la nueva vida de Buzz, lanzado a otra dimensión por el agujero de gusano creado por Zurg. A partir de ese momento, Buzz era un muñeco, un juguete camino al cumpleaños de un niño llamado Andy, un niño que un día fuera su propio hijo.
