Japones arriesga su vida para alimentar animales abandonados

Naoto Matsumura es un granjero japonés como cualquier otro, eso, si no tenemos en cuenta que es el único habitante de la ciudad de Tomioka que se encuentra a sólo 9,5 kilómetros de la planta nuclear de Fukushima 1.

Después de la catástrofe nuclear en 2011 más de 150 mil personas se vieron obligadas a abandonar sus casas, entre ellos Naoto, quien partió junto a sus padres. Lejos de casa, él empezó a preocuparse por los animales que habían quedado abandonados; sin temer a las consecuencias, y para que su ganado no muriera de inanición, él regreso a Tomioka.





Naoto Matsumura es la única persona que no tuvo miedo de entrar a la zona prohibida en cercanías a la planta nuclear de Fukushima.





Aunque había abandonado su ciudad como todos los demás habitantes, él regresó para cuidar a los animales que había dejado tras de sí.





Cuando Naoto regresó se sintió muy asombrado por la enorme cantidad de animales dejados a su suerte, sin ningun tipo de cuidado.





Así que hizo un recorrido por la ciudad buscando y salvando a la mayor cantidad de animales posibles, dejándoles suficiente agua y comida.





En un corral Naoto encontró a 120 vacas que estaban muriendo de hambre.





El gobierno decidió aniquilar a los animales, pero Naoto se ofreció a cuidarlos.





Construyó un establo con capacidad para que 31 vacas vivan cómodamente. Además, Naoto cuida a gatos, perros, cuatro cerdos salvajes y hasta a un avestruz.





Él recurre a la caridad para poder vivir y cuidar a los animales.





Matsuma sabe que la radiación es mala, pero se niega a pensar en ello.





"Los doctores me han dicho que me enfermaré en cuestión de 30 o 40 años, pero lo más seguro es que para entonces esté muerto, por eso no me preocupa".




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