[h=1]Neil Armstrong visitó Ecuador en 1976 atraído por la Cueva de los Tayos[/h] Tras las historias fantásticas entorno a la Cueva de los Tayos hubo una serie de expediciones se dieron al lugar, la más conocida organizada en 1976 por el aventurero escocés Stan Hall, que incluyó al ex-astronauta Neil Armstrong, personajes importantes de la arqueología e investigación y el Ejercito Ecuatoriano. Esta expedición realizó una exploración detallada de la cueva la que incluía un personal total de 120 personas, y duró aproximadamente una semana. Los británicos han extraído 4 cajones de madera sellados de gran tamaño sin exponer a los Dueños (los Shuar) su contenido, el asunto llego hasta amenazas de armas pero no llegó a mayores. Luego, siguieron mas expediciones con menor frecuencia. La última expedición fue en el año 2012 por el explorador polaco Yoris Jarzynski cual concluyó que la formación de la cueva es de origen natural geológica. En publicaciones de índole ocultista se ha aseverado que la masonería de varios países se habría interesado en la época en encontrar la fabulosa biblioteca metálica de Moricz. Neil Amstrong era un importante masón de 32er grado. Asimismo un grupo de mormones llegó a creer que las planchas metálicas que están descritas en el libro del Profeta Joseph Smith son justamente las que existieron según Moricz en la Caverna Subterránea, ya que el Ángel Moroni que menciona el libro de Smith, lleva el nombre que semeja a la provincia donde está ubicado la cueva: Morona Santiago. Nunca hubo Ruedas de Prensa, ni comparecencias ante los medios de comunicación, ni Conferencias, por parte de Neil Armstrong, Stanley Hall, ni de ningún miembro de la Expedición británica de 1976. Solamente llegaron a transcender algunas imágenes fotográficas seleccionadas, pero no todas. Tampoco hubo entrevistas ni libros escritos de aquella expedición por parte de sus miembros. Todo quedó en el más absoluto secreto. Materia Reservada, clasificada como Top Secret. La Cueva de los Tayos se encuentra en la República del Ecuador, en la provincia de Morona Santiago, Cantón Limón Indanza, en la zona montañosa irregular llamada Cordillera del Cóndor. Debe su nombre a ser el hábitat de aves nocturnas de la familia del Búho llamadas Tayos (Steatornis caripensis), que habitan solo en un par de cuevas en Latinoamérica. Es la segunda cueva más grande del mundo después de la cueva del parque nacional Phong Nha-Ke Bang de Vietnam. El sacerdote salesiano y documentalista italiano Carlo Crespi Croci tuvo conocimiento de la Cueva de los Tayos desde la década de 1920, debido a que se realizó un documental sobre los originarios Shuar en 1927. Una serie de piezas halladas en la Cueva por Crespi fueron guardadas en el Museo Privado de Carlo Crespi Croci en Cuenca (Ecuador). De tales objetos, algunos reminiscencias de objetos de la cultura mesopotámica, Shuar y pre-shuar sólo quedan algunas fotografías y vídeos, ya que la mayor parte de estos fueron vendidos y otros hurtados en el incendio de la Iglesia en 1962. En la Actualidad existen muchas heridas entre la gente local los cuales se sienten engañados y robados por todos los investigadores y turistas. Hay muchos autores de libros que se han hecho una buena fortuna con la exposición de las Cuevas de los Tayos pero los indígenas locales no han recibido ninguna compensación o agradecimiento por ello. Despes del saqueo de las planchas metalicas, ceramica, tablas, etc. la cueva quedó completamente sin rastros de vida. De lo poco que habia de signos de vida se ha extraido, quedando solo piedras de formación geológica. Por otra parte los bienes históricos que han existido en la cueva, no se han visto en algún museo o exposición, y tampoco hay denuncias para que estos bienes vuelvan a su lugar de origen. Los Nativos Shuar por esta razón no son muy abiertos para dejar ingresar a algún ajeno, pero lógicamente ofreciendo una colaboración uno puede ayudar al desarrollo de esta comunidad. Imagenes de la expedicion: [h=2]El descubrimiento de la cueva de los Tayos[/h] A pesar de que existen distintas opiniones sobre la fecha exácta de su descubrimiento, es muy probable que éste se haya producido durante las exploraciones militares ecuatorianas en el oriente del país, pese a que la existencia de éstos misteriosos túneles se diera a conocer por Juan Moricz durante el trascurso del año 1969. Juan Moricz era un espeleólogo aficionado nacido en Hungría y nacionalizado argentino. Además es considerado por otros autores como un experto en leyendas ancestrales. Su devoto interés por el mundo subterráneo lo condujo a Sudamérica y, más tarde, a las selvas del Ecuador a mediados de los años 60′, llegando a la zona de los túneles que custodian los indios shuaras en Coangos. Gracias a su conocimiento del antiguo dialecto húngaro, el magiar similar a la lengua de los nativos shuaras pudo entablar amistad con los guardianes de estos túneles, que suelen frecuentar debido a la presencia de los Tayos, unas aves nocturnas que son codiciadas en la comunidad indígena por sus huevos. Fue así como Morizc, con la ayuda de los indios, realizó sus primeras exploraciones entre 1964 y 1969, este último año, en el que además dió a conocer su inquietante hallazgo. El acta notarial de su descubrimiento, está fechada el 21 de julio de 1969 en la ciudad costeña de Guayaquil y uno de sus párrafos contiene estas inquietantes palabras: Esta extraordinaria afirmación ponía en segundo plano la propia existencia de los túneles que, de acuerdo a la opinión de Moricz, eran artificiales: Construidos supuestamente por ésta civilización ignorada que vivía en las profundidades de la Tierra. Otro dato detallado en dicha Acta de descubrimeinto y que llamaba considerablemente la atención era la existencia de una Biblioteca Metálica de la cual no se obtenían más datos, aunque despertaba el interés por el legado que aquella cultura habría podido transmitir a nuestros tiempos. Una biblioteca de miles de libros de metal sobre repisas, con libros de entre 10 y 20 kilos, páginas grabadas por un lado con símbolos, diseños geométricos e inscripciones. [h=2]Las planchas de metal[/h] De existir la increible biblioteca ancestral decripta en el testimonio de Moricz en ella se encontraría registrada la historia de miles de años de antiguedad. Al enigmático descubrimiento se le suma la historia del Padre Crespi, un Párroco Salesiano de la Iglesia María Auxiliadora de Cuenca y que segun relatos habría custodiado durante algunos años un conjunto de objetos extraños que los nativos le obsequiaron como un gesto de amabilidad y gratitud. Estas enigmáticas piezas, parecían ser muy antiguas, y contenían ideogramas en relieve, una suerte de código de información o escritura. Sin embargo, ninguna información útil puede obtenerse de ésta historia ya que estos objetos fueron posteriormente robados y el Padre Crespi murió hace ya varios años. En 1976, la revista norteamericana Ancient Skies, publicó un revelador artículo del filólogo hindú Dileep Kumar, con el análisis de los símbolos de una de las piezas del padre Crespi una lámina aparentemente de oro, de unos 52 cms. de alto, 14 cms. de ancho y 4 cms. de grosor Los resultados de su investigación concluían que los ideogramas pertenecían a la clase de escritura Brahmi, utilizada en el período Asokan de la historia de la India, hace unos 2.300 años Cuatro años más tarde, el doctor Barry Fell Profesor de Biología de la Universidad de Harvard identificaba 12 signos de la lámina en cuestión con los propios signos empleados en el Zodíaco. Teniendo en cuenta que estos objetos se hallaron en el Ecuador, la biblioteca de metal descubierta por Moricz en la Cueva de los Tayos, cobró mayor credibilidad. Los sucesos acaecidos no tardarían en atraer la atención de los cazadores de misterios! Una de las planchas metálicas de la colección del padre Crespi, realizada hace miles de años por una antigua civilización no humana. ¿Nos suena de algo esta iconografía? Hay una pirámide con escalones de piedras y en la cúspide un sol, rodeado por serpientes. Epilogo Neil Armstrong "El astronauta del Misterio" Mucho Habría que hablar sobre una de las figuras más enigmáticas del medio, y que incluso lo llevó a incursionar en el terreno ovni. Debemos siempre recordar su paso por la misteriosa Caverna de los Tayos, ya que cuando en 1976 integró la expedición británico-ecuatoriana, la calificó "como uno de los hitos más importantes de su carrera". En esta fotografía histórica, lo vemos posando junto al espeleólogo argentino, Julio Goyén Aguado, mano derecha por ese entonces, del estudioso húngaro nacionalizado argentino, Juan Moricz a quién se le atribuye el descubrimiento de la esquiva "Biblioteca Metálica Antediluviana".
Que buena información, lástima que algo tan desconcertante se oculte a la humanidad, gracias por compartir.
una historia bastante distorsionada por culpa de uno de los chantas que mas se beneficio con esto, el chanta Von Daniken y su mierda de libro "el oro de los dioses", el mismo Juan Moricz lo denuncio públicamente. Una lastima que no haya ninguna prueba de lo que había en esa cueva antes que llegaran los ingleses, todo queda para la imaginación y una buena historia que contar.
Excelente entrevista de Juan Moricz, no la había visto. Y en cuanto al post excelente material, lanza un link para más información.