Varios han sido los acercamientos que el senador independiente y candidato presidencial Alejandro Guillier ha tenido con los partidos políticos a lo largo de su vida. A pesar de que no hay registros de la oficialización de su militancia, histórica es su relación con el socialismo y la Izquierda Cristiana. Aquí, sus ex compañeros y actores del mundo político ponen luz sobre los olvidados vínculos del periodista. A horas del Golpe Militar de septiembre de 1973, los estudiantes de izquierda de la Universidad Católica del Norte convocaron a una asamblea para discutir cómo actuar tras el derrocamiento del entonces Presidente Salvador Allende. Varios de los presentes apoyaban la idea de protestar ante una fuerza que ninguno de ellos dimensionaba. Fue en ese contexto que el estudiante de Sociología Alejandro Guillier Alvarez se opuso a sus compañeros y les hizo ver que la hazaña no tenía sentido y era, a lo menos, riesgosa. La anécdota reflejaba la personalidad de un joven que varios de sus ex compañeros recuerdan como cauto y conciliador. En ese momento, el ahora candidato presidencial cumplía casi un año siendo parte de las Juventudes Socialistas. Hoy, a casi 44 años de ese día, Guillier enfrenta momentos decisivos en su carrera a La Moneda. Tras ser proclamado por el Partido Radical, el resto de las colectividades oficialistas deben resolver si se alinean detrás de la alternativa que hoy se alza como la más competitiva. Un dilema que mantiene dividido al PS y donde no son pocos quienes han recordado el pasado socialista del senador. Guillier entró a la universidad en 1972, cuando tenía 19. Fue ese mismo año cuando se unió, informalmente, a las filas socialistas. Quienes lo conocieron en esa época aseguran que el entonces estudiante tenía labores en lo que se conocía como las brigadas universitarias de las juventudes de la colectividad. Desde esa plataforma, participó principalmente en la articulación política estudiantil conformando el núcleo socialista de la carrera de Sociología. No era el primer guiño que el “Guillén” -como le decían sus amigos- hacía a ese mundo. Cuando cursaba la enseñanza media en el Liceo de Hombres de Antofagasta y postuló a la presidencia del centro de alumnos se declaró abiertamente “socialista”. Sus ex compañeros de universidad aseguran que su militancia, en todo caso, nunca fue muy activa. “No era alguien que estuviera en la primera línea de la política partidista, pero sin lugar a dudas apoyaba las ideas del PS”, recuerda su amigo y ex compañero de carrera César Trabucco. “Era un socialista moderado”, agrega. Quien también compartió con Guillier en el trabajo político estudiantil fue Juan Carvajal, histórico militante del PS y ex jefe de la Secretaría de Comunicaciones (Secom) del primer gobierno de Michelle Bachelet. Sobre el compromiso de su ex compañero dice: “Todos los militantes eran muy comprometidos; los de izquierda, los de centro y los de derecha. Era un período muy convulso de la historia chilena, por lo tanto, si uno estaba en algo, estaba de verdad”. El sociólogo Flavio Rojas, ex Mapu, quien también fue compañero del senador en la facultad, recuerda que estaba vinculado al ala más “socialdemócrata” del PS. “Alejandro estaba por un socialismo democrático, participativo, tolerante a la diversidad y al juego justo. Así lo conocí, como una persona alegre, quitada de bulla, jamás un insulto a nadie y un gran componedor. Creo que practicaba el arte de la conciliación. Un gran compañero, querido por todos”, cuenta. En el entorno de Guillier explican que si bien simpatizaba con el socialismo en esos años, nunca fichó formalmente y que eso fue lo que lo habría salvado de ser detenido tras el Golpe. Las mismas fuentes cuentan que era más de la “cultura del lote que de las estructuras”. El ex secretario general del PC Juan Andrés Lagos -quien también coincidió con el periodista en la Universidad del Norte- recuerda: “Tengo la impresión de que Alejandro nunca fue una persona que tuviera una militancia orgánica. Pero no es como algunas personas lo quieren pintar. El ha tenido vinculaciones y no pocas”. Durante la dictadura, el ahora candidato retomó sus estudios y decidió cursar paralelamente la carrera de Periodismo en la misma casa de estudios. A finales de la década del 70, Guillier tuvo su primer acercamiento a la Izquierda Cristiana. Trabucco recuerda que en ese momento conformaron una especie de academia de humanismo cristiano en el que hacían oposición desde las ideas: “Ahí tuvimos el apoyo de algunos sacerdotes jesuitas y estuvimos funcionando reconocidos socialistas, democratacristianos, gente del Mapu, incluso gente del Partido Comunista, como una especie de núcleo de oposición”. Luego de egresar de Sociología en 1977 y de Periodismo en 1980, Guillier inició su carrera en los medios de comunicación. Primero trabajando en su región, en La Estrella del Norte, donde también fue corresponsal de radio Cooperativa. Ya en 1981 empezó a trabajar en la revista Hoy, dirigida en ese tiempo por Emilio Filippi, un declarado simpatizante de la Democracia Cristiana. Ahí el periodista se desempeñó como redactor político. Un año más tarde, salió del país para estudiar un magíster en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) en Ecuador, donde conoció a su esposa, María Farga Hernández. A su vuelta, durante los últimos años de la dictadura, el periodista siguió trabajando en distintos medios de comunicación. Fue en ese momento que profundizó su acercamiento con la Izquierda Cristiana, donde se unió, más que por un tema ideológico, por la “fraternidad” que construyó con sus compañeros. El ex ministro de Educación Sergio Bitar dice que el vínculo del candidato con esa colectividad siempre ha marcado su visión de mundo. Sobre lo que ocurrió con su adhesión política después del plebiscito de 1988 hay dos versiones: Guillier ha asegurado que tras el retorno a la democracia tomó la decisión de independizarse de cualquier estructura partidaria para mantenerse imparcial en el ejercicio de su oficio. Para él, en ese momento, la militancia política ya no tenía sentido. Sin embargo, militantes del Partido Socialista recuerdan que el candidato, efectivamente, se volvió a acercar a las filas de la tienda justo cuando se inició el proceso de reunificación. Raúl Díaz, integrante del comité central del PS-Almeyda en esos años, recuerda que el senador participó del Congreso de Unidad realizado por el partido en 1990. “Cuando el Partido Socialista se reunificó él se inscribió, yo no sé cuánto permaneció inscrito, pero no permaneció mucho tiempo. El ahora no está en el padrón, pero estuvo”, afirma. Con todo, cuando Guillier empezó a trabajar en televisión se distanció de los partidos por cerca de 20 años, hasta que en 2013 presentó la candidatura senatorial que pavimentaría su carrera política. Aunque ha integrado la bancada del PPD en el Senado y es candidato del PR, ha privilegiado mantenerse como independiente. Fuente: latercera.com
No podemos evaluar a guillier con una vara. y a piñera con una distinta, solo porque el pasado de piñera sea infinitamente mas sucio. de todos modos, creo que guillier puede terminar siendo mas de la linea de los gobiernos de la concertacion, que de el gobierno de la NM. tiene acercamientos importantes con la gran minería y seguro se han favorecido mutuamente. esa wea de que es un continuador de bachelet no pasa de ser un panfleto de la derecha porque ven que se los esta comiendo en las encuestas. si ponemos los datos sobre la mesa, casi tenemos puras conjeturas y algunas acciones mas de estilo izquierda renovada, que cuco marxista.
Da un poco lo mismo, en tanto haya madurado algo y dejado de creer en imbecilidades como la lucha de clases, que el capitalismo tiene que caer, bla bla bla. Lo que hasta ahora resulta claro sobre este sujeto es que es bastante camaleónico; puede adaptarse a gusto de muchos votantes, y juega un poco con las zonas grises ideológicas. Por ejemplo ,hace unos días se juntó con el PC para afianzar lazos con la izquierda más dura, pero también dio unas declaraciones en que expresamente reivindica la política de acuerdos con la derecha; esa política que muchos zurdos califican como "la cocina", y que, según ellos, da como resultado "reformitas". Esto dejó marcando ocupado a varios. El programa estilo radical de "desarrollo hacia adentro" sería negociable con la derecha entonces. ¿? Tal vez simplemente esté haciendo cálculos electorales y poniéndose en el peor escenario respecto a las parlamentarias; o realmente cree en la democracia deliberativa y los acuerdos transversales. Difícil saberlo con seguridad. En época de campaña no se le puede creer mucho a ningún político en general, pero este tipo la cagó.
oh si otro comunista izquierdista chanta disfrazao de bueno jaja... queremos dejar fuera a esos wns van en masa a apoyar a uno de los mismos hay que ser chileno pa ser tan aweonao...
este estropajo comunista es tan o mas inepto que bachelet...ademas se codea con este tipo de gente.. que patetico...los comunistas son como las garrapatas....hay que quemarlas para que dejen de chupar sangre...
Continúa sin dejar de asombrarme cómo el fachito promedio tilda de comunista a cualquier cosa que se aleje nanométricamente de la defensa a rajatabla del capital y la estructura liberal del Estado. De cualquier manera, el problema del sistema político-estatal chileno no pasa por la figura presidencial de turno.