He vuelto, ahora con un relato

Me gusta tomar sol. Siempre me ha gustado el tostado que me queda después de tomar sol. Una vez, estaba con una amiga en su casa, tomando un pisco sour. Vimos cómo iban y venían personas de la construcción de una casa colindante. Con ella empezamos hablar de que cosa entretenida podríamos hacer, hasta que le dije que tomáramos sol desnudas.
Ambas nos pusimos bronceador y salimos a tomar un poco de sol. Nos acostamos cada una en una camilla.
Yo imaginaba cómo pasaban los hombres de la construcción y como se sentirían al vernos desnudas tomando sol.
Recuerdo estar depilada y brillante por el bronceador, toda aceitosa.
Imaginaba lo que sería que ellos nos vieran, que miraran con detalle. Imaginaba cómo se masturbarian solo mirando. Pensaba en las fantasías que el que nos viera, se imaginaría entre mi amiga y yo. Si comenzáramos a tocarnos, si nos pusiéramos bronceador una a la otra. Que sería si le tocó una teta o que ella me toque la conchita. Cómo reaccionarían ellos al vernos. Si comenzamos a besarnos, si comenzamos a tocarnos de a poco. Imaginaba dar un pequeño showcito bailando, tocándonos, comenzar a masturbarnos mutuamente. Yo tocar su conchita, ella tocar la mía. Lamer sus pezones mientras ella me mete los dedos. Gemir fuerte mientras nos siguen mirando, lograr distinguir entre medio de los arbustos hombres masturbandose. Imaginaba cómo se acercarían a nosotras. Que nos harían. Como nos pondrían para meternos el pico, como nos harían gemir una y otra vez. Imaginaba recibir fuerte un pico en cuatro, mientras veo cómo se culean a mi amiga del otro lado.
Imagino cómo me toman del pelo y me lo meten con fuerza, como me tocan las tetas, cómo me manosean, imagino lo rico de esa sensación de control y de sexo descontrolado.

Hasta que desperté de la fantasía y volví a sentir el calor en mi piel desnuda tomando sol. Teniendo que ir a masturbarme al baño por eso.