La VERDADERA amenaza nuclear en Oriente Medio

Existe, de hecho, una nación en Oriente Medio que en realidad tiene el control de un vasto arsenal no declarado de armas nucleares. Esta nación tiene la capacidad de desplegar esas armas en cualquier parte de la región. No es signatario del tratado de no proliferación nuclear y su arsenal nunca ha sido inspeccionado por ningún organismo internacional. Pero esta nación no es Irán. Es Israel.

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Cuando el presidente Trump anunció que Estados Unidos iba a descertificar el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA), más conocido como el ‘acuerdo nuclear de Irán de 2015’, y a restablecer las sanciones contra ese país, una de las razones que citó para ello fue la presentación de “nuevas” pruebas de la inteligencia israelí que demostraban que los iraníes habían mentido sobre su programa nuclear durante la negociación de ese acuerdo.

Más allá de los argumentos teatrales y de la retórica dramática, la reciente presentación del Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sobre el “acuerdo nuclear iraní” no contenía, de hecho, ninguna información nueva.

El hecho de que Irán haya explorado un programa de armas nucleares antes de 2003 es conocido y admitido desde hace años. El hecho de que tengan un archivo de esta información no es una violación del acuerdo nuclear iraní concluido en 2015. De hecho, en todo caso, la presentación de Netanyahu demostró exactamente lo contrario de lo que se pretendía: Es decir, que Irán está acatando los términos de ese tratado y no está llevando a cabo encubiertamente ninguna actividad relacionada con las armas nucleares. Por eso tuvieron que volver a información de hace 15 años y presentarla como si fuera algo nuevo y revelador.

Pero aquí está el verdadero rompecabezas de esta nueva ronda de propaganda sobre la no amenaza nuclear iraní: Existe, de hecho, una nación en Oriente Medio que en realidad tiene el control de un vasto arsenal no declarado de armas nucleares. Esta nación tiene la capacidad de desplegar esas armas en cualquier parte de la región. No es signatario del tratado de no proliferación nuclear y su arsenal nunca ha sido inspeccionado por ningún organismo internacional. Pero esta nación no es Irán. Es Israel.

Ésta es la historia de la verdadera Amenaza Nuclear de Oriente Medio.

El apretón de manos sobre el programa nuclear de Irán no es nada nuevo. Se convirtió en un pilar del discurso político occidental después de que un disidente iraní revelara los planes del gobierno iraní para una instalación de enriquecimiento de uranio en Natanz en agosto de 2002.

Pero el hecho sorprendente para los estadounidenses y otras personas de todo el mundo que obtienen su información de los principales medios de comunicación corporativos es que el programa de armas nucleares de Irán antes de 2003 es conocido y admitido desde hace mucho tiempo. Desde 2003, cuando el programa fue desechado, no se ha presentado ni una sola prueba (ni siquiera por parte de Netanyahu o el gobierno israelí) de que el gobierno iraní haya perseguido algo más de lo que dijo que perseguía: un programa de energía nuclear.

No es que ese hecho haya detenido a Netanyahu de usar cualquier oportunidad para usar tácticas de propaganda a nivel de dibujos animados para convencer al mundo de lo contrario:

Por supuesto, Irán no estaba persiguiendo armas nucleares y la bomba de Netanyahu, y las advertencias de la línea roja tenían menos parecido a la realidad que la propaganda de dibujos animados en torno a las “armas de destrucción masiva” de Saddam. No sólo el OIEA confirmó repetidamente que Irán nunca desvió ningún material nuclear hacia ningún programa militar, sino que incluso la propia comunidad de inteligencia de Estados Unidos admitió que Irán no estaba tratando de construir una bomba nuclear. Lo más notable de todo fue la propia evaluación de la Mossad de que Irán “no estaba realizando la actividad necesaria para producir armas”.

Como detallé a principios de este año en “We Need to Talk About the Iran Protests“ (Necesitamos hablar sobre las protestas de Irán), el alarmismo por el inexistente programa de armas nucleares de Irán fue la base de una extraordinaria serie de medidas contra el país en las últimas décadas. Estas medidas incluían “NITRO ZEUS“, un ciberataque militar a gran escala contra Irán, cuyo elemento más conocido fue Stuxnet, el arma cibernética de grado militar desarrollada conjuntamente por Estados Unidos e Israel, que apuntaba específicamente a la instalación de enriquecimiento nuclear de Irán en Natanz.

El inexistente programa nuclear iraní también sirvió de pretexto para imponer sanciones destinadas a paralizar la economía del país, incluida la exclusión de los bancos iraníes de la Swift Network, que conecta a las instituciones financieras del mundo.

Los alarmistas incluso llegaron a plantar pruebas de la participación de armas nucleares en Irán para justificar aún más estos ataques.

Pero la gran ironía es que realmente hay una nación armada nuclear en el Medio Oriente. No es signatario del Tratado de No Proliferación Nuclear. No permite inspecciones de su arsenal. Ni siquiera reconoce oficialmente su arsenal de armas nucleares. Incluso se ha resistido a la presión por un tratado internacional que reconozca una zona libre de armas nucleares en Oriente Medio. Y ese país es Israel.

A veces clasificado como la sexta superpotencia nuclear más grande del mundo, Israel siguió activamente un programa nuclear desde su creación como Estado en 1948. A finales de la década de 1950, habían comenzado a construir un reactor y una planta de reprocesamiento en Dimona con ayuda británica y francesa. Y para 1967, un informe clasificado de la CIA estimaba que Israel sería capaz de producir una ojiva nuclear en “seis a ocho semanas“. Poco después, se cree, Israel comenzó a producir y almacenar un arsenal nuclear.

Aunque las estimaciones varían, ahora se cree que Israel tiene entre 75 y 400 ojivas nucleares y que posee la capacidad de transportar esas ojivas a Irán.

La existencia de este arsenal, aunque conocido por los gobiernos de todo el mundo durante décadas, sólo se reveló al público en 1986, cuando The Sunday Times publicó pruebas fotográficas y un relato detallado del programa secreto de armas nucleares de Israel. Esa historia fue proporcionada por Mordechai Vanunu, un técnico de las instalaciones de Dimona, que pasó décadas entre rejas por su participación en revelar esta verdad al mundo.

Pero un elemento clave de la historia falta en el puñado de documentales que reconocen el arsenal nuclear de Israel. Es decir, que estas armas no fueron desarrolladas meramente por científicos israelíes que trabajaban aisladamente, sino con la ayuda de una red de contrabando nuclear que ayudó a desarrollar y hacer avanzar el arsenal de Israel al robar importantes tecnologías nucleares de su “aliado”, Estados Unidos. Estas redes y sus actividades han sido conocidas e incluso investigadas por el FBI durante décadas, pero en gran medida se han mantenido en secreto al público.

Ha recaído en investigadores como Grant F. Smith de IRMEP.org, autor de “Divert!: NUMEC, Zalman Shapiro and the diversion of US weapons grade uranium into the Israeli nuclear weapons program” (Divert! NUMEC, Zalman Shapiro y el desvío de uranio estadounidense para armas al programa israelí de armas nucleares), para reconstruir la historia a partir de los documentos que han sido liberados. En The Corbett Report de 2012, Smith reveló el nombre de uno de los funcionarios israelíes de alto poder que estaba en el núcleo de una conspiración en la década de 1970 para pasar de contrabando 800 detonadores nucleares desde los Estados Unidos.

Benjamin Netanyahu. Y ahora este contrabandista nuclear no acusado, le está dando un sermón a Irán sobre un programa de armas nucleares de 15 años de antigüedad, reconocido desde hace mucho tiempo, que nunca produjo una sola arma nuclear.

Aún más preocupante, es que el conocimiento nuclear de Israel no sólo ha ayudado a armar a su propia nación, sino que también ha contribuido a la proliferación de armas nucleares en Pakistán a través de la llamada red Khan. Uno de los hombres que ayudó a transferir los detonadores nucleares utilizados en la construcción de la bomba pakistaní fue Asher Karni, un judío ortodoxo que vivía en Sudáfrica y que había sido Mayor en el ejército israelí antes de emigrar a Ciudad del Cabo. A su llegada allí en 1985, comenzó a enseñar la Torá en la sinagoga local y a educar a los jóvenes judíos, alentándolos a reubicarse en Israel.

En 2004, las autoridades estadounidenses arrestaron a Karni por su papel en el suministro de los detonadores nucleares y en 2005 fue condenado a tres años de prisión. Nunca se ha explicado oficialmente por qué este ciudadano israelí y ex oficial militar israelí estaba interesado en ayudar a proliferar las tecnologías nucleares en Pakistán.

Pero quizás la mayor ironía de todas es que es Irán quien ha estado argumentando durante décadas que Oriente Medio debería ser una zona libre de armas nucleares. La idea fue presentada por primera vez por el Sha en 1969, y fue propuesta formalmente por primera vez por Irán en una resolución conjunta de la Asamblea General de la ONU, pero la idea no obtuvo ningún apoyo. La idea fue planteada de nuevo por el entonces presidente iraní Ahmedinejad en 2006 y de nuevo por el entonces ministro de Asuntos Exteriores iraní Mottaki en 2008, pero estos llamamientos a desterrar las armas nucleares del Oriente Medio ni siquiera han sido reconocidos por Occidente, y mucho menos considerados seriamente.

Ahora más que nunca, el prospecto de un Oriente Medio libre de armas nucleares parece ser la única manera de evitar una conflagración nuclear que amenaza con atraer a las superpotencias del mundo, y sin embargo, la idea está siendo ignorada por Israel y su aliado más firme, Estados Unidos.

¿Por qué Israel se niega a declarar su arsenal de armas nucleares?

¿Por qué se niega a firmar el Tratado de No Proliferación Nuclear?

¿Por qué se niegan a que la OIEA inspeccione sus instalaciones nucleares?

¿Por qué secuestró y encarceló a Mordechai Vanunu durante 18 años por proporcionar la prueba de este programa nuclear?

Y quizás lo más importante, ¿por qué Estados Unidos, el único país que podría forzar por sí solo el cumplimiento del TNP por parte de Israel, sigue negándose incluso a admitir el estatus abiertamente reconocido de Israel como potencia nuclear?

No espere a que estas preguntas sean contestadas por los lectores de teleprompter en las noticias nocturnas.

Sin embargo, como incluso muchos en los medios principales están admitiendo ahora, la presentación de Netanyahu sobre los no-secretos nucleares de Irán son una muestra barata de teatros políticos. Lo único que terminó haciendo fue subrayar que Irán, a diferencia de Israel, cooperó plenamente con la OIEA, cumplió con sus obligaciones como signatario del tratado de no proliferación nuclear y no ha violado el acuerdo nuclear de 2015.

Y ahora que Estados Unidos ha permitido que la cola israelí mueva al perro americano una vez más al descertificar ese acuerdo iraní sin causa válida, los negociadores en Corea del Norte y en otros lugares estarán atentos, recordando una vez más que una promesa del imperio estadounidense no vale la pena el acuerdo firmado sobre el que está escrito.

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Fuente: The REAL Middle East Nuclear Threat

 

Bastante acertados los memes. Sobre todo el segundo, por abordar un poco más el tema en cuestión.