Mi Deseo con Culpa.

Me llamo Isabel, tengo 35 años y estoy casada hace 10, tengo una linda familia con dos hijos.

Actualmente soy dueña de casa. Decidimos con mi marido que yo no trabajaría hasta que nuestros hijos salgan de la enseñanza básica.

Cada día de la semana es una rutina para mí, me levanto temprano y preparo el desayuno a mi familia, estoy con ellos hasta que mi esposo se va al trabajo y se lleva a los niños al colegio.

Me ocupo de las labores de casa, hago las compras, atiendo mi pequeño jardín y algunos días por la tarde voy al gym. Así se me pasan las horas y el día hasta que mi familia regresa por la tarde.

Con mi esposo no hemos tenido buena comunicación en el último tiempo y en la cama estamos algo flojos. Nunca fuimos muy apasionados, pero al principio no me sentía sola, nos divertíamos y me sentía mucho más plena y feliz con él.

El siempre está cansado o estresado por el trabajo y aunque no me lo dice directamente, me lo hace notar. Cuando me acuesto, muchas veces el ya está durmiendo.

No lo despierto para que descanse, por que cuando se despierta a media noche, lo hace de mal humor. Aún lo amo, pero me siento vacía sin su atención durante las noches.

Paso horas mirando la tv antes de dormir, a veces lo miro y me siento culpable por que yo no trabajo y pienso que quizás por egoísmo no entiendo su agotamiento. Pero todavía lo amo.

Algunas noches mientras veo la tv, sin darme cuenta me toco los senos, me acaricio los pezones con la punta de mis dedos, lo hago mucho rato, dándome el cariño que necesito. Siento como se me colocan duros de placer e impotencia.
Cuando estoy un poco más caliente, deslizo lentamente mis dedos bajo mi calzón tocándome entre las piernas, deseosa con la esperanza que mi esposo despierte y me tome.

Pero normalmente no sucede y me quedo sola con mis dedos mojados. Cambiando de canales con el brillo de la tv iluminando nuestra cama, a veces me encuentro con una escena erótica, lo que se transforma en placer y martirio.

Por lo general los sábados es cuando tenemos intimidad, pero siento que solo es una descarga para él, no siento esa pasión que nos consumía los primeros años. Los detalles y la energía la hemos perdido.

Fugazmente he tenido la fantasía de estar con otro hombre, pero no es tan fácil cuando pienso en mis hijos. Se me cruzan las ideas y abandono rápidamente esos deseos.

hace una semana, mi hijo menor estaba de cumpleaños y llamé a una empresa para arrendar un servicio de carritos de completos para fiestas.
Mi hijo estaba de cumpleaños un jueves, pero decidimos con mi marido celebrarlo el día sábado para estár todos en familia.

Llamé el jueves y el viernes me trajeron el carrito.
El viernes esperé que trajeran el carro y al medio día llegó el servicio. Llaman a la puerta y salgo para recibír a las personas, eran dos hombres.
Bajaron todas las cosas y les fui dando las indicaciones de como yo quería que lo instalaran, uno de ellos se va y pasaría mas tarde a buscar a su compañero. Mientras el otro se queda instalando el carrito en el patio.

Desde que él entro en mi casa me llamó la atención y cruzamos miradas. Algo pasó en ese momento, pero pensé que era mi mente loca.
El no era muy alto, contextura media, ojos cafe con algo de bello facial. Sus brazos fuertes me cautivaron, verlo moviendo las cosas como si nada más importase, concentrado en su trabajo.
Tenia el cabello corto y usaba una polera ajustada que le resaltaba el pecho. No era perfecto, pero era real.

No era el tipo más apuesto que he visto, pero mi cuerpo me decía que ese era un hombre disponible para mí, caliente.

Al principio él estaba muy serio trabajando, salí al patio y le ofrecí un jugo de frambuesas para romper el hielo.

El toma el vaso y me dice, gracias Isabel, lo que me causó nervios oír mi nombre con s voz, no sé por qué.
Me miraba y pensé que se dio cuenta que yo, una mujer desesperada estaba ahí esperando algo. Regresé a la cocina y el continua su trabajo.

Yo lo miraba escondida a través de la ventana de la cocina, tenia pensamientos fugaces con él, pero los alejaba de mi mente. Pensaba en mi esposo y mis hijos, jamás fui infiel, pero mi cuerpo me hacía sentir una y otra vez cosas con él.

El termina de instalar todo y regresa a la cocina para decir que esta todo listo, lo miro a los ojos y no me sale la voz para decir algo. Sólo siento su mirada cómplice, que también siento en mis senos. En ese momento se produce una tensión en el ambiente. Como si ambos supiéramos que piensa el otro.
El se acerco más y sentí como se agitaba mi respiración. Yo estaba deseándolo pero sabia que esto no estaba bien, esto no podía ser, pero éll no titubeo en acercarse más. Yo estaba sola apoyada en el lava platos y él no se detuvo. Fue todo muy rápido y yo sin reaccionar.
Sentí una de sus manos sobre la mía, en ese momento respire muy fuerte delatando mi calor.

No me salían las palabras, me confundían las ideas y lo estaba deseando más, inesperadamente el me toma y me besa, cierro los ojos y mis labios para no recibir su beso, pero el calor inunda mi cuerpo y comienzo a besarlo. Estoy rendida, lo abrazo muy fuerte y el me toma de las piernas y me sienta en el mueble de cocina. Yo estaba muda sin decir nada, me deje llevar mientras el me levantaba la polera, y sentía como me apretaba los senos con sus manos y no se dio el tiempo para soltarme el sujetador. Simplemente me lo bajo dejando mis senos desnudos.

Esto es lo que deseaba hace mucho tiempo, sentirme deseada por un hombre que me toma y se adueña de mi. Sabia que teníamos poco tiempo y no quería pensar en nada para no sentir remordimientos. Me desabroche los jeans y rápidamente el me los sacó. Ya estaba sentada sobre el mueble de cocina solo con calcetas, calzones, con la polera levantada y mi sujetador abajo, con los senos desnudos, mientras el me manoseaba todo el cuerpo, besándome con deseo y pasión.

Me hice mas consciente de lo que estaba pasando cuando siento sus manos meterse bajo mi calzón manoseandome el trasero. Me apretaba el culo con ambas manos mientras yo sentía su pene duro rozándome sobre el calzón entre mis piernas. El y yo estábamos calientes y sabia que luego me sacaría el calzón.

Así sucedió, me lo sacó rápidamente y lo arrojó al suelo. Vi como se desabrocha el cinturón y el pantalón, luego mete su mano bajo su ropa interior y saca su pene.

Por un momento pensé en que no estábamos usando protección, pero no hice nada.
El me toma con sus manos, me baja del mueble, me da vueltas apoyando mis manos en el mueble, pero inmediatamente supe lo que el quería hacer.. Y recién me sale la voz y le dije No, no por ahí no.

Sin duda el quería sexo anal, sentí su pene duro rozar mi trasero, pero aun no estaba lista para eso. Me di vuelta, el me toma de frente y yo abrí las piernas para que me penetrara.

Y así lo hizo, sentí como él tomaba su pene con su mano y me rozaba la vagina, hasta que me penetró con fuerza y de una vez completamente, lo sentí todo muy duro dentro de mí escapándose un gemido. Es lo que yo deseaba hace mucho tiempo.
No buscaba la perfección, simplemente buscaba sentir esa energía de un hombre caliente deseándome haciéndome suya. Me lo hizo duro sin consideraciones, me hizo sentir que en ese momento era completamente suya.

Me sentí una puta en la cocina de mi casa abriéndole las piernas a un desconocido. Dejándome penetrar sin protección saciando todo su placer con mi vagina. Me entregué completamente abierta de piernas para él como una puta.
Sentía como me apretaba contra el mueble, moviéndose una y otra vez, penetrandome cada vez mas rápido, cada vez mas fuerte sin detenerse. Estaba completamente abierta de piernas, para que me diera todo. Sentía como se comía mis senos chupandolos con su boca, mientras me penetraba fuerte una y otra vez. Ya estaba muy caliente y extasiada de placer.

Lo hizo hasta que luego de un rato lo sentí venirse dentro de mí, mojado y caliente. En ese momento no podía creer lo que había hecho, sentía todo su semen caliente en mi vagina y a él aun completamente dentro de mí.

Sabia que no era correcto, era una infiel, pero lo necesitaba y me sentía plenamente feliz y satisfecha. Había revivido en ese momento.

El se separo de mi y su semen caliente bajaba entre mis piernas, se acerco para besarme apasionadamente. Sentí sus labios calientes y mojados, mientras con mi mano tomaba su pene. Me dejó de besar y me pidió el baño.

Me quede agitada sobre el mueble de cocina, me toque con mis dedos la vagina y estaba completamente mojada con mis fluidos y su semen.

Me vi desnuda consiente que él había terminado completamente dentro de mí y un sentimiento de culpa se asomaba en mi mente. Muchas veces había preparado la cena de mi familia en el mismo lugar donde ahora me abrí de piernas, para que un desconocido se corriera dentro de mí vagina.
El regresó del baño abrochándose el pantalón para despedirse, ya lo venían a buscar.

Nos besamos, nos despedimos y se fue.
Me baje del mueble y me fui caminando a la ducha, me toque con mis dedos y aún sentía su semen caliente entre mis piernas. Trate de borrar con el agua lo que recién había ocurrido, pero mi cuerpo no lo olvidaba, mi mete no olvidaba, aún lo sentía dentro de mí y se me venia el recuerdo una y otra vez de ese segundo en que él termina entre mis piernas, lo que me producía algo de culpa. Así me quede unos minutos bajo el agua intentando limpiar esos recuerdos. Fui su puta y se fue.

Lo tengo todo para ser feliz, unos hijos maravillosos y un esposo que nos mantiene. Solo me faltaba sentirme deseada para llenar mi vacío. Cuando abandone la culpa, seré completamente felíz.

(relatos basados en la experiencia propia y de terceros)

 

Gracias

 

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