Mi historia con una MILF parte I

Esta es mi historia con una MILF.


Estaba viviendo los últimos estertores de mi matrimonio, cuando la conocí, ella de 40 y tantos llegando a 50 y yo de 32, rubia natural, ojos verdes con algo de naranja en el centro de su pupila, cuero bastante bien para la edad, nada de MILF de peli porno eso si.


Ella atendía publico en un organismo publico al que por mi profesión debía ir casi a diario. Todo muy piola hasta que un día la vi de vestido negro relativamente corto, medias negras y tacos, lo que claramente era un fetiche para mi, así que empecé a mirarla con otros ojos, le empecé a meter más conversa y enganchamos bastante bien en el plano de conectar. Eso llevó a conversas por correo, wsp, nada caliente hasta que ya separado, me animé y la invité a salir, pero como tenia hijo la cosa se complicó un poco, terminando beneficiado yo, ya que coordinamos su sushito piola en mi nuevo depa de soltero.


Llegó la hora y el sushi estaba en la mesa, el vino blanco frío y un par de otros copetitos de bajativo si la cosa se daba.


Debo ser sincero que tenia la maldad, pero me costaba creer que algo podía pasar, no obstante había aceptado ir a la cueva del lobo.


El tema es que me avisa que está llegando y bajo a buscarla y ahí estaba, el mismo vestido negro que me abrió los ojos calientes, medias negras y tacos. Todo piola yo, la saludé y subimos al depa, comimos y conversamos un millón. Debo decir que ese quizá es mi mayor atractivo, puedo conversar de mil temas, de lo más cabezón a la tontera última, soy un tipo más bien culto e informado, así que la “cena” se hizo nada en tiempo. Vino acabado y pasamos a el nunca bien ponderado ron cola. La cosa iba de historias de su vida con el novio del que era patas negras desde hacías mas de 10 años, a lo medio calentón, como que muy pocas veces había tenido orgasmos con su pareja, por lo que fingía bien seguido, a lo que claramente me ofrecí a arreglar, recibiendo una sonrisa coquetona de vuelta simplemente.


El copete ya hacia efecto y yo ahí al lado esperando el momento indicado, igual medio confuso porque ambos sabíamos que la cosa iba a terminar en mi cama, pero eso igual le complicaba y yo, bueno, siempre he sido un hombre respetuoso de las decisiones de las mujeres (así debe ser siempre, así que nada de que vanagloriarse) no quería cagarle la vida, metiéndome al medio de una “relación” de mas de 10 años, así que tampoco presioné más de la cuenta, esperé solo que si ella quería, la liebre saltaría, sino mala cuea para mi no más.


El copete siguió bajando y ya en el sillón, la luz bajó y seguíamos conversando y mi mano empezó a rozar su pierna, piolamente viendo si eso era aceptado o el rechazo era claro, para mi sorpresa y gusto fue lo primero.


Hablábamos y hablamos y mi mano subia y bajaba, cada momento mas arriba, hasta casi su cadera, la respiración aumentaba, los suaves gemidos se oían cada momento más continuos, hasta que veo la hora, 5 de la mañana de un jueves con pega para los dos al otro día desde las 9, así que dejé calentura (creo) para otro día y la invité a dormir como todo un caballero. A esa hora igual estaba re pasado así que de verdad había un alto porcentaje de verdad en cuanto a solo dormir.


Aceptó y así que apagué todo y a acostarse. Obviamente ambos con ropa y bueno ahí me entró la maldad y comencé a seguir con los roces por la pierna, mientras el solo de guitarra con que la tenia apuntalada en la cucharita que estábamos haciendo era más que obvio, hasta que escucho la palabra de la noche… METEMELO. Qué? le digo yo, obviamente jugando y me lo repite mientras se baja la panty con calzones y todo, así que ni hueon, lo primero que hago es masturbarla con mis dedos y luego con la punta de mi pene, mientras gemía cada momento mas fuerte y sin decir agua va, se lo metí entero, reaccionó con un grito y comenzó el mete y saca, mientras con mis manos me hacia de sus tetas, las que sin ser muy grandes, tenia un porte perfecto para agarrar y apretar sus bastante grandes pezones.


En un plan más bien malabarista, además de todo lo que le hacía, le lamia el cuello y la nuca, dato que horas antes me había entregado que le calentaba en demasía. Obvio era la primera y tenia que quedar como rey si quería que se repitiera.


Seguía bombeando, cuando ups!, me pasé po, entré en lugar no destinado (a la primera) al afecto y dije CTM ahí cagué. Nada, la mina gritó y me dijo dale, dale, mas fuerte. Mierda pensé yo, será po, si las minas mandan, hay que hacerle caso.


Como tenia copete, cero ganas de irme, así que la di vuelta y en 4 la cosa mejoró aún más, junto con los gemidos. Uno de los mejores anales de mi vida, la vieja se manejaba con movimientos ondulantes mientras yo cambiaba de ritmo a cada instante, más rápido y mas lento.


Hasta que ya agotado, apuré el tranco y en su espalda me corrí, ya cachando que no cumpliría con mi ofrecimiento de conseguirle un orgasmo. Igual la vieja feliz, se dio vuelta, me dio un beso y ahí tratamos de dormir algo, lo que no fue más de 40 minutos (sin darme cuenta, habíamos tirado bastante rato para mi sorpresa).


Al otro día, la fui a dejar a su casa para que se cambiara y yo volví para ducharme y a la pega con mas sueño que la chucha, pero con sonrisa de oreja a oreja.


Ese mismo día volvimos a hablar y quedamos de seguir juntándonos para encontrar su famoso orgasmo y bueno, aquí va la primera parte de mi historia, la que quizá tan caliente no es, porque es la inicial, pero más adelante se vendrán mucho mejores y claramente mas calientes.