Featured Demi Moore: un duro pasado de mentiras, adicciones y romances

Demi Moore llegó a ser uno de los grandes referentes femeninos de Hollywood en los años 90, sinónimo de éxito y polémica al mismo tiempo, con una carrera profesional plagada de tantos altibajos como los que han marcado su vida privada. Una mujer, que a sus 56 años, no deja indiferente a nadie y que ahora se dispone a contar los pormenores de su convulsa historia en Inside Out, un libro de memorias que saldrá a la venta en otoño y del que acaba de compartir un adelanto de su portada.

Demetria Gene Guynes nació en 1962 en un pueblo de Nuevo Méxicollamado Roswell y nunca ha ocultado que sus primeros años fueron complicados en una familia desestructurada por culpa del alcohol. Su madre, con un largo historial delictivo a sus espaldas, se casó cuando tenía apenas unos meses y el hombre al que llamó siempre papá resultó años después que no era su padre biológico. Llegaron a mudarse hasta en 30 ocasiones hasta que a los 16 años se instaló en Los Ángeles.
La actriz se casó en tres ocasiones, y las tres acabaron en sonados divorcios. Su primer marido fue Freddy Moore, un rockero con el que pasó por el altar cuando aún no había cumplido los 18. El matrimonio sólo duró cuatro años y ella se quedó con su apellido. Para entonces ya había debutado en televisión en Hospital General, y en esos años tuvo un mediático romance con Emilio Estévez, con quien llegó a estar comprometida. Pero la historia tampoco funcionó y fue en ese momento cuando apareció Bruce Willis.

Al lado del actor, ocho años mayor que ella, formó una de las parejas más explosivas de Hollywood. Se casaron a los tres meses de conocerse en Las Vegas y aunque nadie daba un duro por ellos, aguantaron 11 años, tiempo en el que nacieron sus hijas, Rumer, Tallulah y Scout. Desde entonces han seguido siendo confidentes, incluso después de que Demi Moore pusiera de moda el término "cougar" al casarse con Ashton Kutcher, 15 años más joven que ella.

Su mayor éxito profesional le llegó en 1990, cuando enamoró a medio planeta al lado de Patrick Swayze en Ghost, un personaje que le valió la primera de sus dos únicas nominaciones a los Globos de Oro. Porque Demi Moore, que llegó a ser una sex symbol en los 90 y la actriz mejor pagada del mundo, con 12,5 millones de dólares por Striptease, nunca destacó por su calidad interpretativa y tampoco ha recibido ninguno de los grandes premios de la industria.

Sus problemas con el alcohol y las drogas la han acompañado desde joven. Su adicción a la cocaína estuvo a punto de costarle una de sus primeras oportunidades, un papel en St Elmo's Fire, pero decidió entrar a un centro de rehabilitación y salvó el contrato. Sus recaídas han sido una constante hasta que tocó fondo en el 2012, cuando terminó hospitalizada. "Había entrado en una espiral autodestructiva de la que no sabía salir", admitió años más tarde.

Ahora es moneda corriente entre las celebrities, pero fue una de las primeras famosas que se atrevió a posar desnuda en la recta final de su embarazo para la portada de Vanity Fair, en 1991. Una década antes, siendo una desconocida, apareció en una revista para adultos y años después, cuando ya era una estrella de renombre que había pasado varios veces por el quirófano, admitió que en aquellas fotos de alto voltaje tenía solo 16 años.

Spoiler: desnuda a los "18 añitos"

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