Mi primer relato. (Parte 2)

Mi primer relato.

Antes de comenzar, agradezco a quienes se dieron el tiempo de leer la primera parte de esta historia. También agradecer la buena onda y simpatía de aquellos que me escribieron comentarios o mensajitos, son muy tiernos
Si bien no esperaba ese nivel de aceptación, me gustó la recepción que tuve "mi primer relato".
Ahora si, no los aburro más y continúo con la historia.

Si bien las cosas no habían salido como lo había planeado o esperado, volví con mis compañeros con algo de lata y rabia. Al menos soy buena para esconder mis sentimientos y así nadie logra notar si estoy molesta o no, simplemente me hice la tonta y seguí con mi trabajo.
Una vez que el profe nos llamó de vuelta a la sala, llamó a dos grupos al azar para que expusieran los temas que les correspondía. Mientras mis compañeros disertaban, me daba un muy breve tiempito para mirar a mi profe con el rostro serio. No pretendía mostrarle más interés del que ya había desperdiciado ante mi, además de haberme sentido estúpida o muy cabra chica por hacer lo que hice, empecé a sentir arrepentimiento por lo ocurrido. Pero no me sentía avergonzada, mi orgullo es muy grande como para sentirme mal por una tontera.
De pronto, en una miradita rápida a mi profe lo pillo con los ojos puestos en mi. Me puse heladísima, no me podía mover, sentía como que me iba muriendo de a poco. Me habré puesto pálida quizás, no lo sé. Lancé mi mirada orgullosa hacia mis compañeros, demostrándole a mi profe que no me importaba lo que había pasado hace rato.
Pasados unos segunditos, volví a mirar a mi profe y él seguía viéndome. Fue terrible, me sentí más helada aún y fue muy extraño todo. ¿Y si alguien pillaba al profe mirándome? Al menos si me va a mirar que la haga piola, está mirándome mucho.
Sonó la alarma de recreo y el profe tuvo que pausar la presentación hasta la siguiente clase. Todos los demás salieron menos yo, me quedé congelada en mi asiento sin poder moverme o hacer nada.

Profe: Señorita, la espero en mi oficina. No se demore.

Se me vino a la mente lo peor, (va a llamar a mi mamá) pensaba. Me pasé mil y un rollos imaginando los peores castigos del universo entero por haberle dado un beso. Ya estaba asumiendo que probablemente me iban a echar del liceo, mi mamá me iba a mandar a un colegio de monjas quizás, ni me acuerdo qué tantas otras cosas más se me ocurrieron en el momento.
El camino hacia la oficina del profe fue eterna, no terminaba nunca, sentía como si todo el mundo me estuviera mirando en la marcha de la vergüenza, desnuda como la reina Cersei. "¡Shame! ¡Shame!" me imaginaba en la mente durante todo el viaje.
Ya habiendo llegado, dudé un momento hasta que golpeé la puerta muy suavemente. El profe me permitió entrar y pasé con pasos silenciosos. Su oficina estaba muy ordenada y olía muy rico, como el típico Glade que huele a bosque. Su escritorio ordenado con una pila de hojas en un costado y su computador en el otro.

Profe: Tome asiento, señorita.

Me senté derrotada y con la cara agacha.

Profe: Usted... ¿usted sabe lo que arriesga como castigo por hacer lo que hizo?

Guardé silencio mientras esperaba que me retara y llamara a mi mamá, total ya todo estaba perdido. No tenía razón para pelear una discusión que ya tenía perdida.

Profe: ¿Usted sabe que puedo perder mi trabajo si alguien llega a enterarse que besé a una menor? Incluso puedo ir a la cárcel por algo así.
Yo: Si se, profe. Pero podemos no contarle a nadie y que nadie sepa lo que pasó.
Profe: El problema es que esto no puede quedar así. ¿Qué esperaba conseguir dándome ese beso?
Yo: Usted me gusta, profe. Me gusta y mucho. Y hace harto tiempo pienso en usted y teniendo la idea de hacerme mujer con un hombre como usted.
Profe: Me halaga con eso, señorita. Pero yo puedo ser su papá, no tengo edad para cumplir su deseo. Tiene hartos compañeros en el liceo, quizás la persona ideal anda por ahí caminando, jugando a la pelota, no se.
Yo: Yo quiero que sea usted, profe.

Hubo un momento de silencio, bastante incómodo en realidad. Quería puro irme de la oficina y largarme a mi casa.

Profe: A ver, usted es una niña muy linda, muy guapa, tiene un excelente físico y creo que cualquier hombre estaría feliz de estar con usted.
Yo: Ese es el problema, que yo quiero estar con usted. Aunque sea una vez, quiero sentirme mujer con un hombre de verdad. ¿O acaso me va a decir que no le gustó el beso que nos dimos? Además, noté cómo me estaba mirando en la sala.
Profe: ¿Está segura que quiere que yo sea quien la haga perder su virginidad? Es algo muy importante.
Yo: Si, estoy muy segura.

Mi profe me preguntó dónde me acomodaría hacerlo, entendí que ya estaba convencido de todo y estaba dispuesto a tomar mi virginidad. Contesté que en mi casa, durante las tardes estaba libre porque mis papás trabajan toda la tarde así que no habría ningún problema. Tomó una hojita y un lápiz y me pidió que anotara mi dirección, que él llegaría luego de clases. Me emocioné tanto que apenas me di cuenta que estaba escribiendo mi dirección para él.
Salí de la oficina con una sonrisa de oreja a oreja, no me podía creer lo que estaba pasando. Iba a darle mi virginidad a mi profe amado, el hombre que más amaba en el mundo. A menos que me esté tendiendo una trampa, créanme que soy muy pasada a rollos jajaja.

Terminando mis clases fui a mi casa (corrí literalmente), ordené todo para que se viera bien bonita la casa. Preparé una comidita rica para compartir con mi profe y esperé a que llegara. Eran más o menos las 15.:40, por ahí, sólo estoy apuntando una horita para hacerse una idea.
Mi profe tocó el timbre y no me dio ni tiempo para cambiarme ropa, aún estaba con mi buzo puesto así que salí a recibirlo. Llegó con un ramito de flores bien bonitas como regalo.

Profe: Hoy es un día muy especial para usted, así que le traje esto.

Me sonrojé como nunca antes en la vida, lo invité a pasar y le serví un juguito. Nos pusimos a conversar un ratito, porque estaba demasiado nerviosa y mis manos estaban super ultra sudadas, no sabía qué hacer, era mi primera vez y no sabía cómo empezar. En eso, mi profe se levanta, da una vuelta por el living mirando el lugar hasta que queda detrás de mi (yo sentada en un sillón).
Me toma de los hombros y comienza a masajearme, luego siento su respiración cerca de mi oreja y sus labios besando mi cuello. Fue demasiado excitante y tierno, comencé a soltarme de a poquito.

Profe: Huele muy rico usted. Tiene la piel muy suavecita.

Me gira la cara y comenzamos a besarnos muy tierno. Me levantó y mientras nos besábamos él me acariciaba el cuerpo, tomó mi cintura y caminamos hasta mi pieza. Estando allí, bajó sus manos para tomar mi trasero y apretarlo. Parece que tenía hartas ganas de hacerlo, porque me apoyaba contra él con sus manitos.
Tomó mi polera y la fue sacando de a poco para sólo quedarme con mi sostén. Como dije en mi descripción, no poseo taaaanto busto como para calentar a un hombre :/ pero al profe pareció no importarle. Sacó mi sostén y comenzó a besarme los pechos, sentía su lengua saboreándome poco a poco. Ambos gemíamos de placer en aquel momento hasta que comenzó a bajarme el pantalón con mis calzones.
Una vez desnuda, me recostó en la cama muy lentamente hasta que quedé viendo cómo se quitaba la ropa.
Ese cuerpo fornido y de hombros anchos me gustaba más al verlo desnudo frente a mi. Se acostó sobre mi y lentamente fue bajando mientras besaba mi cuerpo.

Profe: Espero que esto le guste.

Llevó su cabeza hacia mi vulva, y entre besos movía su lengua en mi clítoris. Era una experiencia realmente excitante, jamás en la vida había sentido algo así. Con mi mano presionaba su cabeza contra mi, no quería que saliera de ahí en un largo tiempo. Pensaba que quizás la primera vez podía esperar un poquito jaja.
Habrá estado unos 10 minutitos jugando con su lengua ahí abajo, mis mejillas estaban rojísimas de los nervios hasta que salió de su aventura en mi vulva.

Profe: ¿Está todo bien?
Yo: Siiii. Usted es un genio, profe.

Se acercó a besarme, y sentía su lengua dentro de mi boca. Pensaba que me iba a dar asquito, pero en realidad me encantó sentir ese beso caliente y apasionado.
Luego de un ratito, se levantó un poco y abrió mis piernas bien lentito.

Profe: ¿Está segura de que quiere hacerlo?

No me lo pensé ni 2 segundos y le dije que si, que por favor siguiera. Veía su pene grueso frente a mi, como lo masturbaba mientras que con un dedo masajeaba mi vulva muy rápido.
Comenzó a rozar el glande con mi vulva un ratito para que lubricara más, hasta que en un momento decidió ir metiéndolo. Me comenzó a doler al principio, y su pene no entraba más encima. Sentía vergüenza porque no podía metérmelo, quizás yo estaba MUY apretada, no se. Hasta que de a poco sentí cómo iba entrando su pene en mi.
Fue una sensación realmente fantástica, algo inexplicable. La manera en como gemí debió haberlo excitado tanto que me miraba con una cara de deseo jajaja que ni les cuento. Comenzó a sacarlo y meterlo de a poquito, no sabía por qué hacía eso si yo quería que me hiciera el amor luego jaja.
Se levanta y va a su pantalón buscando algo, de su bolsillo toma unos condones y se prepara para ponerse uno. Yo ni me había acordado de los condones jajaja estaba tan caliente que ni pensé en algo así.
Estando listo, vuelve a mi y me lo mete de a poquito. Ya no se sentía como antes, pero igual me estimulaba lo suficiente. De a poco fue aumentando la velocidad de sus embestidas mientras intentaba concentrarme en besarlo y respirar, porque era algo muy frenético. Estaba teniendo sexo por primera vez en mi vida y se sentía realmente genial.
Habrán pasado unos 15 minutos haciéndolo hasta que se vino, se salió de encima y fijó su atención en el condón para revisar que no estuviera roto o algo. Se lo quitó, le hizo un nudo y nos quedamos acostaditos un rato, me regaloneó harto tiempito con besitos y caricias.
Estábamos los dos cansados, sudados y agotados totalmente.

Yo: Gracias profe, en serio que deseaba esto con toda mi alma.
Profe: ¿No te lastimé?
Yo: No, me encantó.

Para ser muy sincera, sólo sentí dolor al momento del coito, pero más allá sólo fue pasión y placer.

Profe: Por favor, no le vayas a contar a nadie lo que pasó. Ya cumplí tu deseo.

Le prometí que sería nuestro secreto, el más profundo secreto del mundo. Pasó un ratito hasta que se levantó, se vistió y se fue. No alcancé ni a ofrecerle comidita o algo más jaja, así que partí a ducharme con una sonrisota en la cara, estaba muy feliz de haber tenido mi primera vez con un HOMBRE para mi en ese entonces.
Pasó la tarde, llegaron mis papás y ni cuenta se dieron de lo que había pasado jaja pero se alegraron de saber que había preparado algo para comer y que además había limpiado la casa. Soy una muy buena hija <3

Y esa es la historia, si bien mi profe es una persona muy importante para mi, jamás olvidaré que fue él quien me hizo sentir mujer por primera vez.
Espero que les haya gustado y no duden que les contaré más relatitos
Tengo muchos jajaja así que hay mucho que escribir.

Saludos, bye