Fin de Semestre

Hola, soy Javi. Soy una mujer de 25 años, mido 1,68 cms y siendo bien sincera y franca con ustedes, mi cuerpo está ejercitado puesto que entreno a menudo. Me gustan mucho mis piernas porque gracias al entrenamiento tengo mi potito bien paradito y firme, algo que a los hombres les fascina según mi experiencia. No tengo mucho busto, pero no es problema para mi vida sexual. Tengo unos labios carnosos, soy pecosa y mi cabello es de color negro. No tengo ninguna muralla para conversar sobre cualquier tema referente al sexo, en realidad me gusta mucho compartir experiencias con mis amigas e incluso mis amigos que me usan como psicóloga para darles consejos amorosos jaja.

Si bien las cosas iban bien con Pedro, ya pasados unos meses estábamos terminando el semestre. Durante la primera mitad del año tuvimos muchos encuentros con Pedro, digamos sexuales jaja. Pero a pesar de todo el tiempo no pasaba más allá de encontrarnos, regalonear y tirar. Entonces a la larga como que no salíamos de ese círculo y simplemente seguíamos siendo los amigos con onda que se juntaban para liberar tensiones.
En fin, en los últimos días del semestre comencé a juntarme más con mis amigas para estudiar. Pedro andaba más enfocado en los talleres deportivos y prefería estudiar solo en su casa. Como antes no les mencioné los nombres de mis amigas, creo que mejor les daré nombres ficticios para llenar ese vacío. Mis amigas son Cata y Rut, unas chicas muy lindas e inteligentes, delgadas ambas y de cabello castaño. Lo que le gustará físicamente a los hombres es que tiene muy buen busto, mientras que Rut tiene unos labios muy lindos y una nariz muy bien formadita. Bueno, a mi al menos me gusta esos de mis amigas jaja.
Las cosas se estaban volviendo bastante estresantes porque teníamos muchas pruebas encima, ese nivel de presión te sacaba de las casillas literalmente. Cata dijo que se había conseguido a un compañero que sabía de la materia de un ramo que nos costaba, y cuando llegó con él, nos dimos cuenta de que no lo conocíamos.
Resultó ser un chico de 3ro. de la carrera, se nos presentó diciendo que se llamaba Sebastián. Un chico de hombros anchos, alto de 1,70 como para redondear, y de cabello y barba negra.
Muy simpático, entre que nos enseñaba la materia igual hubo un rato para bromear y reírnos. En un momento que él fue al baño, Cata se me acerca y me preguntó qué opinaba de él. Obviamente yo no tenía interés en hombres en ese momento jaja, estaba más preocupada de sacar mis ramos y quedarme tranquila de una vez.
Rut también se puso a comentar que le haría de todo y cuanta cosa más jaja, yo sólo me reía entre tanta tontera que decían las chicas mientras pasaba en limpio mi cuaderno. Cuando él volvió, notó que las niñas se estaban riendo y preguntó qué onda estaba pasando.
Cata le preguntó así como en broma si estaba soltero, él se puso rojo, lo noté al instante. Dijo que estaba con alguien pero estaba complicado el tema, noté que la mirada de Cata cambió rotundamente a "decepción" por la respuesta.
Pasó el rato de estudio y ya siendo de tarde tuve que irme porque iba a entrenar. Necesitaba desestresarme un poco y dejar de pensar en las malditas pruebas por un momento, me puse mi short y zapatillas y me lancé a correr por la pista junto a la cancha.
Habrá pasado una media hora y llegó quien menos me esperaba, Seba se había puesto a elongar al lado de la pista cuando yo iba pasando. Yo seguí con lo mío no más y simplemente no presté atención, pero al rato llegó él corriendo al lado.

Seba: Hola, ¿cómo va el trote?
Yo: Bien, aunque ya estoy cansada.
Seba: Chuta, y yo recién llegando jaja
Yo: Cosas que pasan.
Seba: ¿Y qué te pareció el estudio? ¿Entendiste algo?
Yo: Si. Igual hay cosas que me cuesta entender todavía.
Seba: Si demás podemos armar otra junta para ayudarlas.

Le dije que podía comunicarse con Cata para organizar otra reunión, porque yo tenía que irme a mi pensión, se ofreció a acompañarme pero le dije que me iría sola, porque tenía que ir a comprar unas cosas todavía.
Obviamente entendí que quería acercarse y conversar, pero en ese momento no estaba para algo así. Necesitaba descansar mi mente un ratito y tirarme a mi camita a dormir, así que me fui.
Pasaron los días y nos juntamos a estudiar varias veces, hasta que finalmente llegaron los días de los exámenes para ver si aprobábamos los ramos o no. La comunicación con Pedro durante esos días fue casi nula, porque él se pasaba estudiando en su casa y casi ni iba a clases.
En fin, organizamos una última junta antes de una prueba, la idea era quedarnos toda la tarde estudiando con algo rico para comer. Les contaré que me di cuenta que Seba me miraba mucho durante la tarde. Sus ojos literalmente penetraban en los míos, fue una sensación extraña porque no me sentía incómoda ni nada, fue como un jugueteo de miradas que iban y venían de un lado a otro. Espero que las chicas no se hayan dado cuenta de eso.
Se hizo tarde y Seba se fue, Cata nos invitó a quedarnos a dormir para que al otro día fueramos juntas a rendir la prueba. Obviamente para sacarlos el rollo de seguir pensando en mi prueba ajjaja todo salió bien, por suerte aprobamos ese ramo y todo fue perfecto, aunque mientras daba el exámen se me pasaron los ojos de Seba por la mente.
Se me hizo bastante rato, aunque igual los coqueteos que hubieron esa tarde fueron varios. Para ser sincera, me gustó que nos miráramos así, se sintió muy bien.
Pero saliendo de eso celebramos harto con las chicas, Seba se juntó con nosotras para felicitarnos en persona por haber aprobado las tres con una buena nota. En serio que para mi tener un 6,1 es una buena nota para estar en la universidad.
Pedro llegó a la mesa en la que estábamos y me pidió que conversáramos un momento. Me retiré con él al patio para ver qué necesitaba, y aunque noté mucha tristeza en su mirada simplemente permanecí en silencio a esperar que me dijera que le pasaba.

Pedro: Me eché el ramo.
Yo: Pero, ¿te fue muy mal? ¿Te alcanza para el repete?
Pedro: Me fue pésimo, necesitaría un 8 para pasar el ramo.
Yo: Pucha, ¿y no has hablado con la profe para ver si puede hacer algo?
Pedro: Noo...si ya me eché el ramo, no hay nada que pueda hacer.

No supe qué más decirle, no me sentía bien con lo que me había dicho. Pensaba que podía haberlo invitado a estudiar con nosotras y quizás así no se habría echado el ramo. Lo único en que pensé fue en invitarlo a la pensión a conversar y quizás regalonear un poco, a ver si así se relajaba un rato. Al menos ahí aceptó.
Pasó el rato y nos fuimos a la pensión, le hice masajes en los hombros para que se relajara. Besé su cuello, sus orejas para ver si así se motivaba un poquito. Incluso acaricié su pene sobre el pantalón pero sentía como que él no tenía ganas de nada. Simplemente nos acostamos ahí, lo abracé y le hice cariño en el pelo.
Nos quedamos ahí hasta que él se aburrió y se fue a su casa.
Me sentí como penca, intenté hacerlo sentir bien o darle cariño a la manera en que le gusta y por mi mente pensaba que quizás ya no lo gustaba o no se.
Después de que escuchara una noti de mi celular, noté que había un mensaje de whatsapp, era un número desconocido diciendo "Hola". Al abrir el chat llegó otro mensaje diciendo que era Seba.

Seba: Sorry que te escriba de la nada, tu amiga Cata me pasó tu wsp.
Yo: ¿Por qué te dio mi número?
Seba: Se lo pedí para hablarte.
Yo: ¿Por?
Seba: Porque me agradas, eres una chiquilla super simpática y quería saber cómo estabas.
Yo: Estoy bien, aunque no se si era necesario mi wsp para saber eso jaja.
Seba: Si, fue tonto. Me preguntaba si querías conversar un ratito. Tengo libre ahora.

Me lo pensé unos pocos segundos tras lo que había pasado con Pedro, e igual me sentía un poco mal.

Yo: Estoy ordenando mi pieza ahora, si quieres pasas un rato.

Fue lo primero a lo que reaccioné a escribir, pensaba si era correcto o cuerdo haber enviado ese mensaje.
Como tal, me puse a ordenar mi pieza para esperar a que llegara Seba.
Pasó un momento hasta que me escribió por wsp que ya había llegado, así que fui a abrir la puerta y lo invité a pasar. Entramos juntos mientras él observaba todo alrededor.

Seba: Bonita tu pieza.
Yo: Si, es la primera pensión en la que estoy jaja.
Seba: Yo estuve en una similar cuando fue mi primer año, así que te entiendo.
Yo: Igual me gustaría conseguirme un depa más tarde, quizás en el segundo semestre busque algo mejor.
Seba: Tranqui, mientras te sientas cómoda todo está bien.
Yo: ¿Y bien? ¿Qué pasó?
Seba: Ah, si. Pasaba a visitarte porque quería contarte que...me gustó mucho compartir contigo durante los días que las ayudé a estudiar. Y obvio, me gustaría conocerte más.
Yo: ¿Por mi no hay problema, eres simpático y hay buena onda.
Seba: Es que yo no siento buena onda... eres una mujer muy linda y me gusta mirarte, más cuando sonríes.

Me quedé en silencio sin poder decir nada, mientras veía como me tomaba las manos. En mi mente me lo imaginaba tocándome, estaba con la sensación de lo que intenté hacer hace un rato con Pedro y simplemente no hallaba otra cosa en que pensar.
Seba me acariciaba los brazos mientras me contaba que quería conocerme más y que siguiéramos conversando hasta que lo veo cada vez más cerca.
Nuestras narices se chocaron y comenzó a rozar la suya con la mía. Nos mirábamos mientras la respiración se agitaba más, hasta que me dejé llevar y cuando nuestros labios se tocaron, comenzamos a besarnos muy tiernamente.
Sentía sus labios mojados, sentía sus manos acariciando mis mejillas en un beso que sentí que hubiera durado horas, pero sólo fueron segundos hasta que reaccioné y me lo quité de encima.
Me hice la sorprendida con lo que había pasado y lo había empujado tan fuerte que terminó cayendo sobre la cama. La situación era extraña y él se me quedó mirando con susto. Me acerqué a él rápidamente y sentándome en sus piernas, me planté en su boca con un beso que se volvió muy calentón al ratito. Sentía como me acariciaba y me apretaba contra él.
Me tomó y nos dio vuelta, yo abajo y él arriba, me besó con más ganas mientras yo abría mis piernas para que él cayera. Empezó a frotarse conmigo como si estuviéramos teniendo sexo, tuvimos un quemarropa durante unos segundos hasta que reaccioné y lo saqué de encima.

Yo: No, no, para.
Seba: ¿Que pasa?
Yo: Esto no está bien, mejor paremos.
Seba: ¿Estás bien? ¿Te hice algo?
Yo: Mejor ándate, no pasa nada malo. Déjame sola.

Él se fue sin preguntar más y me quedé en la pieza acostada pensando en qué estaba haciendo. En ese momento yo estaba con Pedro y pensaba que no podía andar besándome con otro hombre, nada que ver.
Pasaron los días y Pedro estaba cada vez más lejos y extraño conmigo, mientras que Seba se acercaba más y me hacía sentir muy bien las veces que nos veíamos.
Un día ya terminados los exámenes de los ramos (todos aprobados porque soy muy inteligente jaja), invité a Seba a mi pieza para celebrar. Él obviamente aceptó y llegó al tiro. Ahí conversamos un ratito y mientras teníamos una batalla de cosquillas terminamos mirándonos hasta que nos besamos. Ahora si no me sentía incómoda y correspondí su beso con mucha ternura.
Me encantaba cómo me acariciaba y me hacía sentir mujer, los besos se volvían cada vez más fogozos, con gemidos y respiración muy agitada. No podía contenerme las ganas de sacarle la polera, tenía su torso desnudo y él comenzó a sacarme la blusa.
Mientras me besaba el cuello fue bajando por mi pecho hasta mi pancita. Se sentía una sensación muy rica y excitante, me quité el sostén y al ver mis pechos, los beso muy tiernamente. Él intentaba amasarlos con sus manos, aunque no podía hacer mucho, mis pechos no son tan grandes como los que un hombre quisiera. Me siguió besando los pechos hasta que me quitó los pantalones, luego mientras besaba mi vientre me quitó los calzones y se puso a hacerme un oral.
Sentía su lengua jugueteando en mi clítoris y yo no reaccionaba a nada más que presionar su cabeza contra mi vulva. Me acordaba de mi profe con mi primera vez y esta ocasión era realmente excitante.
Pasado un rato se quitó el pantalón y los calzoncillos y vi su pene grande y duro frente a mi.
Se levantó de la cama y de su ropa sacó condones, se puso uno en el pene y volvió conmigo a besarme.
Nos escondimos debajo de las frazadas de la cama y vi como metía y sacaba su pene muy lentamente, eso me excitaba más todavía. Él me besó hasta que lo metió bien lento y profundo hasta que comenzó a penetrarme cada vez más rápido
Fue algo muy excitante y caliente, estábamos gimiendo los dos de calentura. Hasta que después de un rato me toma, me gira y me deja en cuatro. Nunca lo había hecho así, veía el respaldo de la cama y el muro mientras sentía su mano tomando mi cintura. Luego sentí su pene, que volvía a entrar. Se los aseguro, eso realmente me calentó más y más cuando me agarró con las dos manos y me penetraba cada vez más fuerte.
Mi potito sonaba cuando chocaba con las piernas de Seba, que tenía sus manos en mis hombros presionándome contra él. Tras cada embestida gemía más, intentando que no se escuchara tan fuerte.
Me tomó del pelo y eso me excitaba más, le pedía que me diera más fuerte mientras me tiraba del pelo.
Pasó un buen rato hasta que se encorvó sobre mi y gimió diciéndome que se había ido.
Sacó su pene y vimos el condón lleno de semen, se lo quitó y haciéndole un nudo lo fue a botar al basurero. Nos quedamos acostados un ratito hasta que Seba se fue dar una ducha. Ahí quedé acostada, pensando en lo que había pasado, fue lo más rico que había tenido durante la U, ni siquiera con Pedro había estado tan caliente.
Fue una excelente experiencia esa tarde.

Espero que les haya gustado, ya se vienen más de mis experiencias para que las puedan leer.
Gracias por darse el tiempo de leer mis post, a pesar de ser muy largos, espero no haberlos lateado con tantos detalles de inicio jaja.
Bye <3

 

Tenía 18 años, si fue mi error no haberlo especificado y sólo poner mi edad actual en la introducción. Se me pasó :c perdón