Nuestro primer trío... sin buscarlo

Hola a todos! Somos nuevos acá… Claudia tiene 31 y yo, Javier, 33. Ella es muy normal y en nuestra vida cotidiana también, muy piola. Cuando se pone caliente le entra un morbo gigante, siendo una sexy y guarra por completa. Nos gusta el sexo más duro e ir experimentando entre nosotros lo que nos guste y nos haga sentir cómodos, a nuestro ritmo. Siempre con mucha confianza. Le gustan las pornos con más de dos hombres, duras. Después de que noté su fijación en esas pornos, empezamos practicar dobles penetraciones con juguetes y así hemos ido experimentando placeres, desde garganta profunda, gagging, follada de cara, hasta lluvia dorada, etc. Nos gusta mucho el sexo anal.

Nunca hemos incorporado a otros, no ha sido tema, aunque sí me la he imaginado varias veces disfrutando así. Este relato es nuestra primera experiencia en un trío, con otro hombre, sin buscarlo. Está un poco largo porque tiene harto detalle, pero esperamos que lo disfruten, como nosotros.

Esto fue en noviembre del año pasado. Era de esos fines de semana muertos, sin hacer nada. Viernes, enrolamos y Netflix. Sábado lo mismo, acostados hasta como las 19, viendo tele. Cerca de las 23:00, Alejandro, uno de mis mejores amigos, de hace más de 20 años, me manda un ws diciéndome que está cerca de mi casa y si apaño a fumarse algo antes de irse a la suya. Le digo que traiga una coca cola. Tenía una de pisco. Nos vestimos rápido, Claudia se puso unos short sueltos no tan cortos, polera y colaless rico. Ella siempre con colaless o calzones chicos.

Ya con unas piscolas en el cuerpo y haber fumado, nos encontramos de repente hablando de temas sexuales. Claudia se tiraba frases para el bronce dejándome para adentro y a nuestro amigo todavía más. “Me gusta tragármelo todo (el pene)”, “que acabe en mi cara”, “tenemos hartos juguetes anales”. Desinhibida total. Era excitante, aunque no sabía a dónde iba. Empezamos a hablar de lencería, y lo sexy y caliente que eran puntualmente los hilos. Había un ambiente caliente. En eso se para a buscar más hielo y caminando a la cocina le dice a mi amigo: “no es un hilo, pero te gusta?” y se bajó los short mostrándole el colaless y siguió de largo sin short. Los dos quedamos marcando ocupado. Llegó de vuelta, aún sin el short, y le pregunta si le molesta que carretee en colaless, apoyándose en mí de lado, dejando ver toda una nalga y parte de su vagina (obviamente dijo que no). Yo la veía muy caliente y decidida. Me empezó a agarrar la mano y ponerla en su vagina por atrás, piolamente, pero obvio que se notaba! “Vayan a lo suyo no más cabros”, nos dijo Alejandro. En eso ella le dice “cómeme lo que quieras” y se arrodilla sobre el sofá, dejándole vagina y culo disponible para él. Los dos, Alejandro y yo, helados. Nos quedamos parado mirándola congelados, me acuerdo que me recorrió un nerviosismo excitante. Despabilé y me bajé el pantalón y me puse por el lado, arriba del sofá, poniendo mi pene en su cara. Esa fue la señal para que Alejandro le entrara directo a su vagina.

Podía ver perfecto como mi amigo la comía en 4 sobre el sofá, y con sus dedos penetraba y acariciaba la vagina de mi polola. La imagen era espectacular, sumado a la mirada de satisfacción, placer y felicidad de Claudia. Ella empezó a presionar la cabeza de nuestro amigo entre sus nalga, lo que la hacía gemir cada vez más fuerte y sexy, mientras iba chupándomelo y corriéndomela despacio. En un momento le tomé su cabeza e hice que se lo tragara todo hasta el fondo, llegando a la garganta, haciendo unas pequeñas arcadas. Empecé a mojar mis dedos con mi saliva y comencé a acariciar su culito, alternaba con saliva de ella, metiéndoselo superficialmente, de a poco, hasta que se lo metí completo, después dos y de ahí comencé a abrirla. Mi amigo me miró sorprendido y tentado, me miraba como pidiendo permiso y sin decir nada, ambos como que nos dijimos “obvio”, lo que hizo que Alejandro se sumara a entrarle a su culito, volviéndola loca, gimiendo y moviéndose como putita. En cosa de minutos estábamos los dos metiéndole los dedos por su vagina y culo, mientras ella me lo chupa y se separaba las nalgas poniéndose a disposición de los dos. Así estuvimos unos 10 minutos hasta que ella acabó con un delicioso y estremecedor gemido, con su cuerpo tiritando.

Caímos derrumbados los tres en el sofá y nos detuvimos unos minutos para entrar en nosotros después de esa intensidad, que a los tres nos dejó con ganas de más. Alejandro nos miró y sólo atinó a decir “qué wea ustedes”… La verdad yo estaba igual que él, sorprendido con todo lo que había pasado. Se dio una pequeña conversación entre los tres, mientras cargábamos la pipa y tomábamos algo. Alejandro le preguntó si le gustaba el sexo anal, y ella contestándole súper coqueta le dijo: “Me encanta. Sólo el pico de Javier dentro mío. Tú, puedes jugar todo lo que quieras”. Ahí supo de nuestros gustos y lo dispuesta de mi polola para el sexo. Pasó un rato y le pregunté si se animaba, ni la dudó y me dijo “vamos a tu pieza”.

Llegamos y nos sacamos lo que nos quedaba de ropa a los tres. Ella se arrodillo y nos empezó a chuparnos el pene, alternando entre ambos, escupiéndolos, lamiéndolos, chupándonos los cocos, masturbándonos, golpeándose con ellos y pasándoselos por la cara. Estaba desatada, era una putita, pero muy muy guarra. Empezó a tratar de meterse los dos en la boca al mismo tiempo. Ella tiene una boca chica, tragadora, pero chica, por eso no le cabían los dos, pero insistía como fiera. Eso me calentó más y le empecé a follar la cara y parar en su garganta. Nuestro amigo la manoseaba entera, metiendo sus dedos por delante y atrás, jugando con su clítoris, calentándola más. Era un momento de éxtasis completo, los tres. Cuando Claudia tomaba una bocanada de aire al sacar mi pene de su garganta, Alejandro le pregunta si él también puede, ella se escupió la mano, lo masturbó un poco y se metió todo de una hasta el fondo, mirándolo a él a los ojos… era una escena increíble, como porno. Había imaginado varias veces a Claudia así, era para detener el tiempo. A lo único que atiné fue a presionar su cabeza contra el pene de Alejandro para que llegara lo más profundo posible. Él estaba sorprendido (después nos dijo que nunca se había imaginado a la Claudia “tan maraca”). Hace tiempo que no la veía así, era como el presagio de lo que se venía…

Se montó sobre Alejandro en la cama y yo veía como rosaba su vagina con el pene de él mientras ponía sus tetas en su cara. Aproveché de sacar un condón y un vibrador. En tres tiempos mi amigo ya se lo estaba metiendo. Me quedé mirando, deleitándome con mi mujer mientras la penetraba mi amigo y ella saltaba y gemía. Me acuerdo de frases de ella como “dame”, “fuerte” y la mejor, agarrando el vibrador, se lo pasó a mi amigo y le dijo “métemelo por atrás”. Le empezó a buscar el chico, a lo que llegué a ayudarlo para abrírselo y él empezar a jugar por unos minutos con el vibrador.

Verla como disfrutaba, el placer que estaba teniendo y lo entregada que estaba al momento, me tenía a punto de acabar. Mi amigo se la seguía metiendo, la disfrutaba entera, me gustaba ver eso, el morbo era altísimo. Claudia me miró y me dijo “culeame”, yo creo q se me iluminaron los ojos porque me devolvió una sonrisa cómplice. Entre los nervios y la inexperiencia costó que entrara en su culo, después de varios intentos ella logró acomodarse quedando a disposición mía para penetrarla. A pesar de habérselo dilatado harto se sentía apretadito, pasaba con presión, con un poco de resistencia por el pene de mi amigo en su vagina. Empezó a moverse sobre mi amigo empujando su culo contra mi pene hasta que entró seco, escuchando un suspiro de placer. Se daba vuelta para mirarme y entre una expresión de calentura y risa coqueta, me daban más ganas de penetrarla completa, fuerte. Empezó a moverse cada vez más fuerte y profundo contra mí pene, gritando como loca. No estuvimos mucho rato, pero los dos casi al mismo tiempo le dijimos que nos tenía a punto de acabar, ella nos dijo “tírenmelo en la cara”. En cosa de segundos escuche un pequeño quejido, era mi amigo que se había ido dentro de ella, inmediatamente vine yo, pero alcancé a avisarle para que se arrodillara y poder tirarle todo en su cara, cayéndole en sus tetas. Le dije en tono de talla, “te la vay a tener que tomar del condón”, me miró y me dice “bueno”. Se lo sacó con la boca y se tragó toda la leche desde el condón! Nos mirábamos con mi amigo sorprendidos, pero disfrutando esa escena.

Nuestra experiencia nos encantó y disfrutamos cada cosa y momento, pero creemos que nos faltó un poco más de pausa… un poco de nervios, pero felices. Y desde ahí que hemos conversado para compartir acá que le quedó gustando que la vean… les dejo nuestro post de ella… Saludos!

https://www.portalnet.cl/temas/mi-polola-con-ganas-de-mostrarse.1476357/