El Desayuno

Hola, soy Javi. En esta historia soy una mujer de 18 años, mido 1,68 cms y siendo bien sincera y franca con ustedes, mi cuerpo está ejercitado puesto que entreno a menudo. Me gustan mucho mis piernas porque gracias al entrenamiento tengo mi potito bien paradito y firme, algo que a los hombres les fascina según mi experiencia. No tengo mucho busto, pero no es problema para mi vida sexual. Tengo unos labios carnosos, soy pecosa y mi cabello es de color negro. No tengo ninguna muralla para conversar sobre cualquier tema referente al sexo, en realidad me gusta mucho compartir experiencias con mis amigas e incluso mis amigos que me usan como psicóloga para darles consejos amorosos jaja.

Después de haber tenido mi despedida con Carlos, me fui a mi departamento nuevo para pasar la primera noche en "libertad". Él me acompañó hasta la entrada del edificio y nos despedimos con un abrazo muy apretado.

Carlos: Que le vaya muy bien, mi niña.
Yo: Gracias Carlos, muchas gracias por ayudarme y darme alojo en su casa.
Carlos: No es nada, la voy a recordar siempre mi niñita.
Yo: Y yo a usted, guarde el secreto si po.
Carlos: Con mi vida pues, princesita.

Se comportó siempre como un caballero y simplemente se regresó a su casa, creí que me pediría volver a hacerlo pero esa misma tarde le había dejado en claro que sería la última vez. Me dio gusto que él entendiera que era hasta ahí no más.
La primera noche en el departamento fue extraña, estaba en mi primer departamento, sola, con el ruido de los autos pasando por fuera y la luz de los postes llegando a mi ventana. Mi nuevo hogar es un 3er. piso, un edificio muy bonito aunque no tan grande tampoco, pero muy cómodo.
Al día siguiente ya tocaba clases y lo primero que hice fue invitar a Cata y Rut para que vieran mi depa, a ellas les gustó mucho y obvio que Rut hizo el comentario de que aquí podía tirar tranquila. Al principio nos reímos nada más, pero igual me sentí incómoda por la imagen que tenía mi amiga de mi.
Si bien he tenido buen sexo, no creí que ella tuviera esa idea sobre mi. Luego de un rato, Rut se fue porque tenía que hacer unos trámites. Cata se quedó conmigo porque quería conversar conmigo sobre algo que le hacía sentir mal. No tenía idea qué era lo que le pasaba, pero soy su amiga, y siempre voy a estar con ella.

Yo: ¿Qué pasó? ¿qué necesitas contarme?
Cata: Es que me da mucha vergüenza decirte esto, porque me siento la peor amiga.
Yo: Tranqui, cuéntame. Sabes que te apoyo en lo que sea.
Cata: Es que te vas a enojar y quizás nunca más vuelvas a hablarme.
Yo: Ya, pero... ¿tan terrible es?

Ella se notaba muy incómoda, sin ganas de nada y simplemente parecía que no me lo diría.

Cata: Me metí con Pedro.
Yo: ¿Qué? ¿cuándo?
Cata: Hubo un tiempo en que ustedes andaban como en otra, y él andaba bajoneado. Nos juntamos a conversar y terminamos besándonos.
Yo: Chuta, pero... ¿por qué no me dijiste nada?
Cata: Porque ustedes estaban peleados, yo igual sentía cosas por él y no quería joderte tampoco, pero simplemente pasó.
Yo: Y... ¿pasó algo más entre ustedes? ¿Tiraron?
Cata: Si... después de ese beso nos seguimos juntando, yo quería decirte, pero no me daba la cara.
Yo: Y aún así lo guardaste como secreto.
Cata: Si, pero es que tenía mucho miedo y me sentía muy sola. Además como te veía que te juntabas harto con Seba, supuse que ya no tenías nada con Pedro.
Yo: Si, tienes razón. Pero oye, no te sientas mal. Si en todo caso Pedro se había puesto raro y ya no me pescaba, incluso se había puesto pesado conmigo. Fue en esa época de las pruebas en que salí más con Seba.
Cata: ¿Cómo?
Yo: Que no te sientas mal, eres mi amiga. Además, no nos vamos a poner a discutir por hombres.
Cata: ¿En serio?
Yo: Si po jaja, no estoy enojada ni nada. Sabes que siempre me he enfocado en mis estudios, te creo hubiera estado pololeando con Pedro, si te metes ahí si que me enojo, pero no fue así.
Cata: ¿Entonces no pasa nada?
Yo: Nada po amiga, si te quiero mucho, somos amigas.

El rostro de Cata cambió drásticamente y me mostró una sonrisa bien grande, nos abrazamos y todo quedó super bien. Nos pusimos a conversar sobre nuestras experiencias, me comentó lo que había vivido con Pedro y yo con Seba. Ambas nos reíamos de las cosas que habíamos hecho y todo eso.
Pasaron los días y nos dedicamos a estudiar mucho para las pruebas, ya iba terminando el año y estábamos rindiendo nuestros últimos exámenes. Así que con Cata y Rut nos juntamos todos los días para estudiar y prepararnos.
Resulta que estuvieron demasiado difíciles todas las pruebas y cuando fuimos a ver los resultados vi que había aprobado casi todos los ramos sin atado. A pesar de que costó mucho, salí victoriosa, obvio jaja.
El problema fue que cuando volteé la mirada, vi a Cata cayendo en lágrimas. Me acerqué a ella y me comentó que se había echado los 2 ramos más difíciles del semestre, que para peor, eran sólo del segundo semestre. O sea que tendría que esperar un año para volver a rendirlos.
La abracé mucho y la llevé al casino para que se tomara un juguito y conversáramos un poco. Rut llegó más rato con una cara llena de alegría porque había aprobado también los ramos.
Intentaba calmar a Cata, aún tenía unas poquitas lágrimas en su mejilla y me sentía mal por no poder ayudarla. Luego llegó Pedro diciendo que quería conversar con ella, ni siquiera nos saludó a Rut y a mi, simplemente fue como si la sacara de la mesa y se la llevara.
Ambas quedamos como en otra, no reaccionamos a nada más. Sólo esperamos y después de un rato llegó Cata para tomar sus cosas e irse, no se despidió.
Yo me levanté al instante y en mi mente me decía que no podía permitir esto, algo malo estaba pasando de hace rato. Caminé muy rápido para alcanzar a Cata, que se estaba yendo con Pedro y los frené de una.

Yo: ¿Qué le hiciste a mi amiga?
Pedro: ¿Qué te importa? No te metas.
Yo: Me meto, es mi amiga y tú no vas a tratarla mal, pendejo.
Pedro: Que no te metas, no es asunto tuyo.

Agarré a Cata del brazo y me la intenté llevar, pero Pedro la tenía sujeta con más fuerza y yo no podía sacarla de ahí. Pedro forcejeó más, aún cuando Cata se quejaba de su dolor en el brazo. Lo que me dio más rabia es que nadie de los que pasaba por ahí atinaba a hacer algo, sólo seguían su camino como si nada pasara. Onda, un hombre anda arrastrando literalmente a una niña y parece lo más normal del mundo.
Mientras sujetaba a mi amiga, Rut llegó y le mandó toda su mochila en la cara a Pedro, que soltó a Cata para impedir que cayera por el golpe.
Aprovechamos de arrancar y nos fuimos a mi depa, Pedro no sabía dónde vivo así que ahí íbamos a estar tranquilas. Me dio en serio demasiada rabia el conocer la verdadera identidad del hombre con el que había tenido un amor sincero al inicio del año.
Una vez que llegamos ahí, le preparé un tecito a las chicas para que nos calmáramos y conversáramos de manera más tranquila. Cata lloraba y Rut la abrazaba para consolarla un poquito, estaba muy mal y su bracito había quedado con un moretón bien feo por el apretón de Pedro.
Pasó un ratito y conversamos un rato, ya las cosas estaban más tranquilas. Rut se había ido a su casa porque ya se sentía un poco más cansada, mientras que le dije a Cata que se quedara no más, si quería podía dormir en mi depa para que no tuviera que salir a la calle.
Logré subirle el ánimo un poquito, bromeamos harto y vimos videos graciosos para que se riera.
Pasaron unas horitas y Cata se quedó dormida, se acomodó en mi cama que por suerte era de dos plazas y así logramos caer las dos, la abracé mucho para que no se sintiera solita.

Llegó la mañana, teníamos que levantarnos para ir a clases y me paré rápido para preparar desayuno. Cata seguía durmiendo y preferí dejarla así para que descansara más, simplemente seguí con lo mío mientras el solcito aparecía.
Ya después que preparé todo, lo puse en una bandeja y lo llevé a la cama para despertar a Cata. Ella no tardó en despertarse y se sorprendió de lo que tenía preparado, sonrió y eso me gustó, al menos ya no se sentía mal por lo que había ocurrido ayer con el pendejo de Pedro. Le había comentado a Cata que hiciéramos una denuncia a los pacos para que le pongan una orden o algo, porque el tipo era un maltratador y podía hacerle lo mismo a otras mujeres. Ella prefirió no hacer nada por el miedo de que él intentara hacer algo peor.
Mientras comimos, me acerqué a ella y la abracé para que se sintiera apoyada. Ella comenzó a mirarme y yo giré la cabeza para hacer lo mismo, le sonreía mientras ella seguía observándome, de a poco ella se fue acercando y yo no reaccioné a nada, sólo la veía viniendo hacia mi. Nuestras narices se rozan y ella me da un beso muy suave, yo no entendía nada y seguía mirándola. Cata repite con un beso más largo y yo lo correspondí, en serio que no reaccionaba, estaba congelada mientras mi boca se movía en un beso con Cata.
Para ser muy sincera, me gustó mucho y seguí besándola hasta que nuestro beso se volvió apasionado. No se si ella entendía lo que estaba pasando, pero sus ojos estaban cerrados y yo intentaba mover la bandeja para que no se cayeran las cosas que habían ahí.
Cata corta el beso, toma la bandeja y la deja en el suelo para continuar besándome, esta vez su lengua comenzó a jugar dentro de mi boca. Eso me gustó más todavía, nos apasionamos y empezamos a acariciarnos por todo el cuerpo, sus manos eran muy delicadas y pasaban por mi con mucho cuidado. Yo igual intentaba acariciar su bracito con el moretón para no causarle dolor, noté que ella sonreía mientras yo la besaba, el beso se volvía demasiado placentero hasta que empezó a besarme el cuello. Solté un gemido y ella siguió besando mis orejitas, mi debilidad.
Su lengua pasaba por mi oreja derecha y yo sólo gemía por la excitación que me estaba causando. Cata llevó su mano a mi pecho para masajearlo mientras me daba vuelta y quedaba encima de mi, volvimos a besarnos más calientes que antes y empezó a bajar su mano por mi vientre. Yo tenía mis manos en su cadera mientras ella seguía bajando la mano hasta chocar con mi calzón, ambas paramos y ella se quedó mirándome. Yo tomé mi calzón y lo levanté para que ella pasara, estaba demasiado excitada y simplemente me dejé llevar.
Cata metió su mano bien lentito hasta que la sentí jugando con sus deditos. De lo excitada, le agarré la cara y seguí besándola con más pasión que antes hasta que reaccioné de la nada y solté un gemido muy fuerte, dejé de besarla y gemí cada vez más mientras sentía que movía sus dedos muy rápido en mi vulva.
Gemía más y más hasta que fue metiendo sus dedos en mi vagina, en serio que se sintió muy exquisito. Nunca había tenido esa sensación y en serio que era algo maravilloso.
Ella me miraba mientras gemía hasta que pasado un buen rato sentí ese temblor en mi cuerpo y el cosquilleo en los dedos de los pies, comencé a sentirme muy satisfecha y Cata me besó de manera tiernita. Estuvimos besándonos un ratito hasta que ambas reaccionamos y nos pusimos a tomar desayuno mientras nos reíamos a momentos.
Su rostro mostraba mucha felicidad en comparación a como estaba antes, no me sentía incómoda por lo que había ocurrido, sólo que no lo asimilaba del todo. Era mi amiga, ella me había masturbado y logró hacerme llegar al orgasmo con sus deditos y sus besos.
Después de eso me fui a bañar mientras ella terminaba el desayuno y limpiaba las cosas, nos fuimos a la U y llegamos a clases a la siguiente hora jaja. Rut nos retó por haber llegado tarde, porque la habíamos dejado sola, aún estábamos en clases, me quedaba ese ramo por aprobar y yo llegando tarde por haber estado regaloneando con mi amiga jaja.

Muchas gracias por leer mis historias, cada una de estas son las experiencias sexuales que he tenido en mi vida, en serio gracias por darse la latita de leer estos testamentos jaja.
Bye <3