Un fin de semana en casa.

Hola, soy Javi. En esta historia soy una mujer de 18 años, mido 1,68 cms y siendo bien sincera y franca con ustedes, mi cuerpo está ejercitado puesto que entreno a menudo. Me gustan mucho mis piernas porque gracias al entrenamiento tengo mi potito bien paradito y firme, algo que a los hombres les fascina según mi experiencia. No tengo mucho busto, pero no es problema para mi vida sexual. Tengo unos labios carnosos, soy pecosa y mi cabello es de color negro. No tengo ninguna muralla para conversar sobre cualquier tema referente al sexo, en realidad me gusta mucho compartir experiencias con mis amigas e incluso mis amigos que me usan como psicóloga para darles consejos amorosos jaja.

El año se había terminado y tuve una grata celebración de año nuevo con mi familia. Mis padres estaban orgullosos por su hija que había aprobado su primer año invicta, hicieron un asado y harta fiesta. Por whatsapp hablaba con Cata y Rut, mis amigas, sobre lo que podríamos hacer durante las vacaciones. Cata tenía ideas sobre posibles viajes en el verano, aunque yo tenía pensado ponerme a trabajar para ganar unas cuantas luquitas.
Como mi vida sexual se había desarrollado bastante durante el año, sabía que este nuevo año iba a tener más experiencias a nivel sexual. Era obvio, sabiendo que disfruto del sexo y me gusta hacerlo de vez en cuando. Aprovechando que gané mucho dinero en Enero, tomé una hora con mi ginecólogo para que me pudiera recetar algunas pastillas anticonceptivas y no tener problemas embarazosos. Él me ayudó con la receta y simplemente tenía que ir a comprarlas a la farmacia y asunto arreglado.
Ya era la tercera semana de Febrero y mis padres iban a hacer un viaje tipo Luna de Miel, por cumplir ni me acuerdo cuántos añitos de casados. Mi madre me comentó que había contactado a un caballero que iba a remodelar su baño, y como yo me iba a quedar en casa, lo mejor era vigilar que hiciera bien su trabajo y en cualquier caso no nos llegara a robar algo.
Para mi edad de 18 años, mis padres confiaban muchísimo en mí debido a la madurez que tengo para responder en distintas situaciones y en cómo he respondido ante ellos con mis propios actos. Al menos no saben lo que pasó durante mi primer año en la universidad, así que hasta ahí todo bien.
Mis padres se fueron en su camioneta con todo arreglado, iban a pasar ese fin de semana en unas cabañas en plena cordillera, así onda super hiper mega romántico para mi madre porque le encanta ese ambiente, como a mi (dato curioso).
Por mi parte me dediqué a ordenar la casa, a limpiar y dejar las cositas bien bonitas, además aproveché de ir a ducharme para lanzarme a dormir luego porque había quedado muy cansada.
El tema es que mientras me duchaba, el agua se cortó de la nada. Intenté mover la manilla para ver si así funcionaba o pasaba algo, pero nada. Salí del baño desnuda y corrí hasta las escaleras para bajar y comprobar el calefont, lo extraño de todo era que el calefont estaba bien y el gas estaba dado tal y como lo había dejado al entrar a la ducha.
Incluso di el agua en la cocina y tampoco pasaba nada, me frustré porque quería ducharme luego y acostarme a dormir para descansar, pero ya simplemente rendida pensé que sería mejor secarme el cuerpo y el cabello e irme a acostar de una, quizás al otro día el servicio del agua volvería a la normalidad.
Cuando salgo por la cocina escucho ruidos desde el baño de mis padres y para mi sorpresa, vi al caballero que iba a ir a casa durante el fin de semana y ahí estaba yo, totalmente desnuda a los ojos del caballero.
Me cubrí como pude y entre disculpas me fui corriendo a mi pieza, necesitaba vestirme y entender qué era lo que estaba pasando. No pensé que el maestro iba a llegar exactamente a esa hora o siquiera ese mismo día, mi corazón iba a mil por hora y sentía una vergüenza enorme porque andaba paseándome desnuda y él me vio.
Pero obvio, si sabiendo que estaba sola en mi propia casa, cualquier persona anda como más le acomode. Lo que mi madre no me había comentado era que le había pasado las llaves de la casa al maestro, lo que consideré totalmente incoherente por su parte porque si confía en mi, en que cuidaré la casa y todo eso, ¿cómo se le ocurre pasarle las llaves a ese hombre? Por mucho que ella me haya dicho que lo conocía y todo eso, yo no, y me pasé mil rollos en el terror.
Habrá pasado una media hora en que estuve sentada en mi cama no sabiendo qué hacer y mirando fijo la pared de mi pieza, hasta que decidí levantarme y bajar al baño de mis padres a conversar con él, por último para explicarle lo que había pasado.

Yo: Hola?
Maestro: Hooola mijita, oiga discúlpeme por haber pasado así no más. Es que la señora me dejo las llaves de la casa.
Yo: Sii, si yo tampoco sabía que ella le había pasado las llaves. Yo pensaba que iba a golpear o algo.
(Yo estaba re nerviosa y me temblaban las piernas)
Maestro: Pucha mijita, discúlpeme igual pero no tenía idea que usted estaba en la casa. Sólo vine a hacer mi pega y listo.
Yo: Si yo me estaba duchando y de repente se cortó el agua y bajé a ver qué onda.
Maestro: Chuuuta, si po es que tuve que cortar el agua porque tengo que picar acá, discúlpeme en serio pero no sabía que usted estaba duchándose.
Yo: Tranquilo, si no pasó nada. Igual me asusté mucho cuando lo vi porque pensé que era un ladrón o que andaban robando, pero después analicé que era el caballero que mandó mi mamá.
Maestro: No se preocupe mijita, menos mal no me agarró a cuchillazos por el susto. Perdón por haberla asustado, yo vine a hacer mi pega no más.
Yo: Ya, si ya pasó. No pasa nada, ¿quiere que le prepare algo para comer o ya comió?
Maestro: ¿Se puede mijita? Es que no como desde el almuerzo porque anduve trabajando en otra casa en la tarde.

Fui a preparar algo para comer, yo igual tenía hambre luego del susto que me había pegado con el caballero en casa. Eran más o menos las 20:00 horas y le avisé al caballero que la comida ya estaba lista, él llegó super cansado y empezó a devorarse la comida que preparé. Ahí estuvimos conversando igual un rato, como para calmar los nervios que yo aún tenía.

Maestro: ¿Y usted qué hace por la vida?
Yo: Estudio.
Maestro: Aah, ¿todavía está en la u? Mi hija salió hace como 2 años y ahora anda trabajando en Santiago.
Yo: ¿Ah si? ¿Y qué hace ella?
Maestro: Es profesora, es muy aplicada mi chiquilla.
Yo: Que bueena, pero igual, lamentablemente no es muy remunerada la carrera.
Maestro: Noo, pero ella me dice que es feliz haciendo lo que hace. Así que mientras ella esté contenta, yo estoy contento.
Yo: Me parece genial eso.
Maestro: ¿Y usted entrena o algo así?
Yo: ¿Por qué pregunta?
Maestro: Porque chuta, disculpe que se lo diga así. Pero tiene un cuerpo super bonito.
Yo: Ah jajja. No, o sea si, entreno pero no me dedico a eso.
(Después de eso me puse más nerviosa y no sabía qué más decirle).
Maestro: Pero oiga, igual no se sienta mal. Con todo respeto se lo digo... yo no vi nada, así que tranquilita no más. No vaya a pensar que soy de esos pervertidos que andan joteando niñitas.
Yo: Noo, yo no pienso nada. Si igual yo no sabía que usted estaba acá, además mi mamá confía en usted y por algo le pasó las llaves de la casa. Además, ya pasó.
Maestro: Siii si a su mami la conozco de antes, he ido a trabajar a la casa de la mamá de ella con una cocina. Así que usted tranquila, que yo hago mi pega no más y me voy.

Luego de haber conversado un rato, el maestro se fue de la casa y por fin tuve la casa para mi sola, para dormir en paz.

Al otro día, era un Sábado por la mañana cuando me desperté y al activar mi celular me di cuenta que tenía muchas notificaciones de mis amigas, les respondí y partí al chat de Cata.

Yo: Amiga, no sabes lo que me pasó ayer :O
Cata: ¿Qué pasó?
Yo: Vino un maestro a trabajar en el baño de mis papás, salí en pelota del baño y me vio :O me morí de vergüenza.
Cata: Uuuhhhh ¿y qué te dijo?
Yo: "Tiene lindo cuerpo mijita"
Cata: Oooohh, te la tiró de una jaja.
Yo: No es chistoso, me asusté mucho porque apareció de la nada.
Cata: ¿Y está mino o es un caballero?
Yo: Es un caballero, podría ser mi papá lo más bien.
Cata: ¿Pero es un caballero o es un señor ya viejito anciano que se le caen las arruguitas?
Yo: Es un caballero, pero noooo no es mi tipo jaja.
Cata: Amiga, tíratelo.
Yo: ¿Cóomo me lo voy a tirar? Imagínate después le cuenta todo a mi mamá, jodo al tiro.
Cata: Yaaa, pero si igual yo creo que el hombre quiere jaja.
Yo: Estás loca Cata, tiene a su familia y hasta una hija.
Cata: Weona, tíratelo jaja. Un polvo no le hace mal a nadie.

Por mi mente me imaginé tirando con él, no lo voy a negar. A pesar de que yo misma me decía que no pasaría nada y que era mejor que no intentara nada, otro lado en mi mente me impulsaba la idea de que lo hiciera a ver qué pasaba.
Esa mañana de Sábado, el caballero llegó a la casa a seguir trabajando en el baño. Yo me instalé en el living a ver películas mientras tanto él hacía lo suyo. En mi mente me acordaba del "Tíratelo" de Cata, de partida, si intentaba hacer eso no tenía ni idea de cómo empezar ni tampoco me atrevía a preguntarle "Oiga, ¿le gustaría tener sexo conmigo?" Onda, no iba a funcionar y era mejor quedarse así nada más.
El tema es que más tarde llegó él a sentarse en un sillón frente a mi en el living.

Maestro: Aahh (jadeando) ¿qué está viendo mijita?
Yo: Una peli, está super buena.
Maestro: Así veo pue, yo nunca fui muy bueno para ver películas.
Yo. Quizás nunca tuvo tiempo para eso.
Maestro: Exacto, siempre he tenido que andar trabajando. Me acuerdo cuando andaba pololeando con una chiquilla hace tiempo, no hallaba cómo hacerlo para juntarme con ella, si andaba todo el día trabajando.
Yo: Puuucha, que mala onda.
Maestro: ¿Y usted anda pololeando?
Yo: Nooo jajaa, no tengo tiempo para eso. Ando más enfocada en mis estudios.
Maestro: Pero demás que hay alguno que otro chiquillo por ahí ¿o no? Si yo también tenía a mi polola por ahí en mi época de estudios.
Yo: Jaja, puede ser.
Maestro: Es que igual, con una niñita tan bonita como usted, ¿quién no estaría enamorado?
Yo: Jaja naa si no soy tan bonita tampoco.
Maestro: Pucha mijita, con todo el respeto que usted se merece. Pero pucha que es linda usted, tiene lindos ojitos, lindo cuerpo. Ojalá yo fuera más jovencito para ver si la puedo conquistar.
Yo: Jajaja, sii pero sinceramente no estoy interesada en tener pololo ahora.
Maestro: Bueno pues, usted sabrá po mi niñita. En todo caso si necesita algo, usted sabe que estoy aquí jaja.

Eso fue muy raro, el caballero me miraba con unos ojos llenos de perversión. Lo noté al tiro, lo extraño de todo es que no me sentí incómoda, más bien me sentí rara y esa sensación como de jugueteo. Pero no, no tenía la intención de hacer tonteras ni menos con un caballero que no conocía, además, le podría decir a mi mamá cualquier cosa que yo hiciera, así que ni ahí con eso.
Durante esa tarde me hice la loca no más, le comenté a Cata lo que había pasado y obviamente ella salió con que "el caballero me tenía ganas y yo tenía que hacer algo al respecto". Entonces entre a pensar, estamos solos en casa, él es un hombre mayor y simplemente sería como una mini aventura de una vez, sería un secreto no más. Pero por otro lado estaba la idea de que mis padres podían enterarse y quizás cómo me irían a castigar, perderían plenamente su confianza en mi y hasta ahí quedarían las oportunidades de que me dejaran sola en casa.
Durante esa tarde el maestro estuvo trabajando a full en el baño de mis padres, ya pronto a la atardecer le fui a preguntar si podía ocupar mi ducha para bañarme, él respondió que si porque ya había terminado con el tema de las cañerías y sólo le faltaba la estética del baño. Partí aliviada porque por fin iba a poder bañarme con agua calentita, me sentí feliz por fin jaja.
Estando en el baño di el agua y me metí a la ducha pero para mi mala suerte, olvidé que había puesto la temperatura al máximo y me quemé parte de mi pierna derecha, pegué un grito tan fuerte que el maestro llegó corriendo a ver qué era lo que había pasado. Me descubrió desnuda, otra vez, sentada en la taza del baño quejándome por el dolor. Cerró la llave de la ducha, me tomó en brazos y me llevó a mi pieza para acostarme, obviamente él hacía como que no me miraba ni nada. Me acostó y mientras yo me tapaba le pedí que trajera una cremita humectante que tenía en el cosmetiquero de mi baño.
Él volvió y empezó a untar la crema en mi pierna con mucha suavidad y delicadeza, punto a favor para él jaja.
En serio que me había quemado mal la pierna, estaba muy irritada y roja, me dolía bastante. Y ya cuando cubrió la zona quemada con la crema, me puso una toalla mojada encima para que se pasara más rápido el dolor. Luego de eso volvió a su trabajo y quedé ahí acostada pensando, "me vio desnuda, otra vez..."

Más tarde se fue a despedir a mi pieza, desde la puerta lo vi alzando su mano en señal de adios y con una sonrisa, fue muy tierno. Esa noche me costó quedarme dormida por el dolor de la pierna, pero poco a poco se fue pasando. Muchos quizás digan que fui colorienta con el tema de la quemadura, pero en serio que me dolió :c

Era un Domingo por la mañana cuando desperté con mi piernita entra mejor y roja por lo de ayer, y me levanté con un poco de molestia pero nada que provocara mi muerte instantánea. El maestro llegó temprano para terminar lo que quedaba del baño de mis papás y entre tanto pensar durante la noche, me fui decidida, aunque con cierto temor a que quedara la embarrada.
Bajé por la escaleras, desnuda, así tal cual terminé mi día ayer. Cruce la puerta que da para la pieza de mis papás y quedé en la entrada del baño mientras el maestro ordenaba unas lozas que estaba poniendo.
Me acerqué, lo di media vuelta y agarrando su chaleco lo agaché hacia mi y le di un beso en la boca, no lo solté como en 5 segundos y cuando lo hice, me fui así como si nada. Ni me imagino qué cara habrá puesto él, pero yo iba subiendo por las escaleras cuando lo escuché corriendo hacia mi.
Volteo y me lo encuentro casi encima abrazándome y devolviéndome el beso mientras chocábamos con la pared. Lo que pensé en la mañana estaba ocurriendo y no había nada de malo en eso, no me sentía mal ni incómoda. Empecé por sacarle el chaleco que tenía puesto y seguí besándolo mientras él acariciaba mi trasero. Él se quitó la polera y yo estaba bajándole el cierre del pantalón.

Maestro: Mi niñita, espere. ¿Está segura?
Yo: Si, muy segura. Además, ¿no quería una pololita usted?
Maestro: Si pero, usted es muy bonita y no quiero faltarle el respeto.
Yo: Fáltemelo no más, si total estamos solos. Venga para acá, venga.

Me fui a mi pieza mientras él seguía quitándose los pantalones. Como me seguía a cortos pasos, se los pudo sacar y como yo estaba cerca de la cama me agachó el torso y dentro de poco sentí como estaba intentando meter su pene dentro de mi. Créanme que no tenía idea de qué estaba pasando, simplemente me estaba dejando llevar y sentía como iba entrando su pene por mi vagina. Era un poco grueso, así que costó que entrara al principio, pero con un poco de ayuda de mi parte se logró.
Me tomó de los hombros y sentí como me presionaba contra él mientras mi potito chocaba con sus piernas, lo escuchaba gemir y eso me excitaba cada vez más (Dato curioso: me encanta cuando los hombres gimen y se quejan de placer en el sexo, háganlo, es genial).
Yo le pedía que me lo hiciera más rápido y fuerte, por alguna extraña razón me sentía muy perra por así decirlo, en serio que sentía muchas ganas de tirar así. Me embestía cada vez con más ganas y yo estaba teniendo un orgasmo. Sentí ese cosquilleo por mi cuerpo, hasta en los dedos de mis pies, intentaba echarme sobre la cama pero el maestro me sostenía con fuerza y me seguía penetrando. Pasó un ratito hasta que se apoyó sobre mi y me empezó a penetrar del todo, lo escuché gemir y sentí como su semen chorreaba dentro de mi.
Se sentía exquisito y era muy relajante el sentir una sustancia con una temperatura agradable, él se quitó y yo al dar media vuelta le di un beso.

Maestro: Oiga mijita, usted es una maga. Me tiene todo hechizado.
Yo: No le vaya a decir a nadie por favor.
Maestro: ¿Cómo le voy a decir a alguien? Esto va a ser un secretito de los dos, mi niñita hermosa, usted es un sueño.

Ambos nos vestimos y él se fue al baño de mis padres a terminar el trabajo que le quedaba. Yo había ido a mi baño para hacer pipi y me sentía realmente genial, había sido una experiencia que no me esperaba pero resultó ser muy excitante.
Luego de un par de horas llegaron mis papás en la camioneta y yo estaba acostada en el sillón del living viendo películas. Mi madre me saludó con hartos besos mientras mi papá iba a chequear cómo estaba quedando su baño nuevo. Ambos se veían contentos por el trabajo del maestro, pero aún le faltaba un poquito para terminar.
Luego de un buen rato, el maestro terminó y ordenó sus cosas. Se despidió de mis padres con su respectivo pago y yo me despedí con un beso en su mejilla, le dije gracias, obviamente él entendería que era un agradecimiento por la experiencia que ambos vivímos. Creo que será algo que él nunca olvidará.

Muchas gracias a todos quienes me han escrito mensajitos lindos y simpáticos, gracias por ser tan educados conmigo así como yo lo he sido en mis relatos. Espero les haya gustado este pequeño fragmento de mi vida y sinceramente agradezco que se den el tiempito de leer mis publicaciones.
Mis historias son 100% reales y no son exageradas ni nada, porque no lo necesito. Mi vida sexual ha sido muy especial y a lo largo de mi corta vida he podido adquirir experiencias realmente geniales.
Nuevamente agradezco la buena onda por parte de todos, y nos veremos en otra publicación.
Bye <3