Un intento atrevido.

Hola, soy Javi. En esta historia soy una mujer de 20 años, mido 1,68 cms y siendo bien sincera y franca con ustedes, mi cuerpo está ejercitado puesto que entreno a menudo. Me gustan mucho mis piernas porque gracias al entrenamiento tengo mi potito bien paradito y firme, algo que a los hombres les fascina según mi experiencia. No tengo mucho busto, pero no es problema para mi vida sexual. Tengo unos labios carnosos, soy pecosa y mi cabello es de color negro. No tengo ninguna muralla para conversar sobre cualquier tema referente al sexo, en realidad me gusta mucho compartir experiencias con mis amigas e incluso mis amigos que me usan como psicóloga para darles consejos amorosos jaja.

El año se había pasado muy rápido entre estudio y mi pololeo con Claudio, el problema fue que a pesar de haber tenido buenos momentos y buen sexo, nuestra relación terminó cayendo en la monotonía y acabamos teniendo más discusiones que sexo.
Como Claudio se ponía un poco temperamental entre las discusiones y eso terminaba por darme la lata y mandarme a cambiar de ahí. En más de una ocasión me pregunté si yo era suficiente mujer para él, porque obvio que lo quería y me gustaba compartir con él, pero era su carácter pendejo y posesivo lo que me terminaba aburriendo.
A pesar de que durante el verano me lo pasé ocupada trabajando, necesitaba ganar platita para no depender todo el tiempo del dinero de mis padres. Ya se habían encargado de conseguir un departamento para mi independencia y yo respondía con mis buenas notas en la universidad. Lo que me faltaba era seguir trabajando para poder regalonearme yo misma, así que en eso se basó mi verano literalmente.
Cuando volvimos a clases, noté que Claudio estaba bastante extraño conmigo. Ya no hablábamos como antes y sentí que la situación entre nosotros ya no era la misma. Intenté más de una vez conversarlo con él para ver si había una forma de solucionar nuestras diferencias, pero él se negaba o simplemente se escondía en los estudios. Pasé noches llorando porque no sabía qué hacer, en realidad no entendía qué fue lo que habré hecho mal o qué le había hecho a él como para molestarlo tanto. Le dejaba mensajes por Whatsapp para preguntarle cómo estaba, ya que en persona no me pescaba para nada. Sentía que mi dignidad se iba a la basura mientras yo intentaba conseguir alguna palabra por parte de él.
Incluso busqué consejo en la sabia mente de Cata jaja, pero no llegábamos a ningún puerto tratando de averiguar qué era lo que pasaba. Incluso Fred intentó charlar con Claudio pero ni así. Hasta que un día, por fin pude conversar bien con Claudio, lo invité a mi depa para que conversáramos frente a frente y más relajados. Créanme que su actitud fue totalmente distinta a lo que había sido anteriormente, llegó muy contento a conversar conmigo y se mostraba más abierto a una charla conmigo. No noté hostilidad por su parte así que ahí estuvimos hablando hasta que pudimos tener una reconciliación, en donde obviamente terminamos teniendo sexo en mi pieza. A pesar de que estábamos reconciliados, noté que algo lo incomodaba pero no sabía qué era.
Ambos terminamos acostados y él se quedó dormido, yo mientras tanto me había puesto a revisar mi celular para alimentar un poco mi ocio. Me llega una notificación de un mensaje de Cata a Whatsapp, lo abro y veo un largo testamento en donde me explica la situación real que vive Claudio.
Para mi sorpresa resultó ser que durante el verano y hasta ese día, Claudio andaba con otra niña de su ciudad y prácticamente eran como pololos. Incluso me había mandado fotos en donde salían ellos dos besándose y tomados de las manos. Ni idea de cómo habrá encontrado esa información pero mi amiga es una PDI total, la amo. Por mi cuerpo empecé a sentir un escalofrío terrorífico que me recorría y lo primero que hice fue levantarme de mi cama e ir a llorar a la cocina. No podía creer lo idiota que había sido y lo muy machito que quizás se habrá sentido Claudio de haberme visto tan vulnerable y fácil para llevarme a la cama.
No me podía creer que fui tan tonta al pensar que este hombre me había inventado tantas caras y frases bonitas si al final me iba a terminar engañando con otra. Me llené de rabia, reaccioné y lo siguiente que hice fue tomar la ropa de Claudio y lanzarla por la ventana, después fui a despertarlo entre gritos y lo obligué a que se fuera insinuando que había llamado a los pacos para que lo vinieran a buscar.
Entre el susto estuvo buscando su ropa, aun gritándome yo estuve soportando su repugnante presencia hasta que simplemente agarré una escoba de la cocina y lo empecé a apalear para que se fuera. Salió piluchito de mi departamento, ¿no le gustó joderme? ahora que se las apañe solito. No me imagino cuánta vergüenza habrá pasado al salir del edificio pero me parece poco en comparación a lo que fue capaz de hacerme. Suerte para él que no agarré unas tijeras y no le corté los testículos porque ahí si que se jode.
Desde mi ventana vi al idiota corriendo por la vereda escondiéndose de la gente que iba pasando por ahí, me dio mucha risa porque los colectivos que iban pasando por ahí le tocaban la bocina, y él sin saber qué hacer más que huir.
Pasaron los días y Claudio ya no iba a clases, lo que me enteré fue que se cambió de sección y ya no lo veía por la u. Para mi alivio fue mejor porque en serio lo amaba y estaba muy enamorada de él, pero el daño que me hizo fue mucho mayor y no merecía ni el más mínimo respeto por parte mía.
Me sentía muy mal en ese entonces, y lo único que quería era liberarme de ese pesar.
Eran finales del primer semestre y mi internet comenzó a fallar, así que llamé a la compañía proveedora para que enviaran a un técnico y lo pudiera arreglar. "¿Y si hago una locura?" me pregunté, me sentía despechada y quería llenar ese vacío que había quedado en mí.
Ya se imaginarán ustedes seguramente qué era lo que había estado pensando, así que me motivé y ordené bien el departamento. Estaba con muchas ganas de intentar algo, así que simplemente esperé a que llegara algún enviado por la compañía.
Luego de 1 hora, sip, fue 1 hora esperando hasta que llamó el guardia diciendo que había llegado un técnico de tal compañía. Lo dejaron pasar y yo ahí estaba esperando nada más.
Cuando suena la puerta parto muy relajada a abrir y me llevo la sorpresa. Había llegado un joven bastante flaquito, de cabello largo negro y barba algo descuidada. Como que cuando lo vi se me estaban yendo todas las ganas de hacer algo alocado, pero había que comprobar si había una posibilidad de intentarlo.
En un intento por coquetearlo, se hizo el loco y seguía con su trabajo. Me acerqué un poco a él y comprobé que estaba un poco pasadito de las axilas, así que desde ahí se me fueron todas las ganas de probar.
Una vez terminada la pega, le pagué y lo fui a dejar a la puerta sin nada más que hacer. Al cerrar la puerta solté un suspiro frustrado porque sentía las enormes ganas de hacer algo crazy según mi punto de vista.
La internet corría super bien gracias al trabajo del chico que había venido, pero una parte de mi mente me decía que no perdía nada con intentarlo otra vez, así que esperé dos días y volví a llamar a la compañía con la excusa de que mi internet estaba fallando nuevamente.
Esta vez me preparé mejor y me puse una falda corta, un top de esos que van sobre el ombligo y me hice un cola de caballo en el pelo. El guardia había llamado para avisarme que había llegado el técnico y lo dejó pasar, ahora sólo tenía que esperar para comprobar si la suerte iba a estar de mi lado esta vez.
Cuando él tocó la puerta fui muy calmada a abrir y darle el paso. Mis ojos se abrieron mucho cuando lo reconocí, era un hombre adulto de cabello entre café y canoso, hombros anchos y bastante alto. Me gustó mucho la mirada que tenía porque a pesar de verse serio, fue muy simpático en su presentación y eso ya suma unos poquitos puntos. En su etiqueta de trabajo alcancé a ver su nombre: Eduardo.
Me preguntó cuál era mi problema, así que empezamos con el tema de la internet. Él sacó un computador de su mochila y se sentí a revisar el router que tenía.

Yo: ¿Y cómo le ha ido con el trabajo?
Eduardo: Más o menos no más, está complicada la cosa.
Yo: ¿Mucha competencia?
Eduardo: Siii, hay mucha competencia entre compañías y siempre hay algún que otro problema con los clientes. Aunque igual el jefe anda corta cabezas últimamente.
Yo: Puucha, que lata.
Eduardo: Pero así es la vida, hay que hacer bien el trabajo no más.
Yo: ¿Y usted qué edad tiene? Disculpe la pregunta jaja, no es necesario que me responda.
Eduardo: Nooo, no se preocupe mi niña jaja, tengo 52 de pura experiencia. ¿Y usted?
Yo: Jajaja tengo 20, soy más jovencita.
Eduardo: Así veo pues y bien bonita además, la felicito.
Yo: ¿A ver? No me ande joteando jaja
Eduardo: Nooo, si no es de jote. Es que en serio es super bonita usted, y además jovencita. Tiene toda una vida por delante.
Yo: ¿Y usted está casado?
Eduardo: Sii mi niñita, ahí anda trabajando mi reinita también. Haciendo lo que podamos para que nuestro hijo pueda estudiar.
Yo: Aaah, ¿y qué edad tiene su hijo? En una de esas hasta lo conozco jaja
Eduardo: Tiene 18 años, si entró recién a la u.

(Obviamente por motivos de privacidad omitiré nombrar universidades y carreras, gracias por la comprensión).

Yo: Está en la edad del pollito entonces jaja.
Eduardo: Siii, pero ahí está mi cabrito, poniéndole el hombro.
Yo: ¿Y habrá pillado polola ya o no? jaja
Eduardo: Jaja nooo, está más enfocado en la carrera mi cabro. ¿Acaso quiere ser mi nuera?
Yo: Jajaja.
Eduardo: Sería bonito tener a una nuera tan bonita como usted, la regalonearía harto.
Yo: Que es tiernito jaja.
Eduardo: Pero, ¿usted está pololeando por o no? Me imagino que si, con lo lindita que es.
Yo: Pucha, lamentablemente ya no estoy pololeando.
Eduardo: ¿Por qué no? ¿Qué pasó?
Yo: Me jodió con otra niña y ahora estoy aquí, sola.
Eduardo: Puucha mi niñita, perdóneme por la estupidez de ese chiquillo. Pero no todos los hombres somos así de malos.
Yo: Nooo, se que usted no es así.
Eduardo: Mire, sinceramente. Si no estuviera casado y fuera más joven, la conquistaría y la regalonearía harto.
Yo: Que es lindo.

Me retiré un momento a la cocina y me agaché para ver unas cosas, obviamente no iba a hacer nada más. Sólo estaba aprovechando que andaba con una falda corta para hacer un progreso en lo que planeaba hacer.

Eduardo: Oiga mi niñita, discúlpeme que se lo diga así. Y no vaya a pensar nada raro pero, tiene unas piernas super bonitas. Harto tonto fue su pololo, ¿qué quiere que le diga?
Yo: ¿Me anda mirando la piernas?
Eduardo: O sea, no ando mirándola. Es que pegué una mirada de reojo no más y la vi que andaba agachada, no quise ser grosero.

Me acerqué a él mientras hablaba y notaba como iba poniéndose nervioso.

Yo: ¿Quiere tocar?

Con mi mano acaricié muy suave mi pierna mientras notaba como sus ojos se iban hacia abajo.

Eduardo: Nooo mi niñita jajaja que es loca usted. Voy a terminar mi peguita aquí, ¿ya?
Yo: ¿Seguro que no quiere?
Eduardo: Jaja tranquila mijita, si no pasa nada.

Me acerqué un poco más, levanté mi falda y volví a insistirle. Él se quedó mirando mis piernas y empezó a acariciarme muy nervioso por un par de segundos, luego volvió a lo suyo.

Yo: ¿No le gustaron mis piernas?
Eduardo: Noo, no es eso mi niña. Es que usted es muy jovencita, y yo soy un viejo, además usted se merece todo mi respeto.
Yo: Noo, yo lo encuentro super bien, incluso lo encuentro bastante guapo, fíjese.
Eduardo: Jaja, no me diga esas cosas que me pongo nervioso.
Yo: Pero si es la verdad. Creo que cualquier chica querría tener a un hombre así.
Eduardo: ¿Y usted?
Yo: ¿Yo qué?
Eduardo: ¿Usted andaría con un hombre como yo?
Yo: Si es capaz de satisfacer mis necesidades, puede ser.
Eduardo: ¿Y qué tipo de necesidades?
Yo: Pucha, una mujer como yo necesita sentirse querida también, que la regaloneen harto.
Eduardo: Yo podría hacer eso.
Yo: ¿Ah si?
Eduardo: Para qué le voy a andar con tonteras, usted me tiene vuelto loco, mi niñita. Le haría de todo.
Yo: ¿A qué se refiere con todo?

Eduardo se levantó de su lugar y se acercó a mi para abrazarme y plantarme un beso en la boca. Yo lo recibí y ahí estuvimos besándonos mientras él acariciaba mi pierna. Yo comencé a jugar con mi lengua y el beso se volvió más apasionado, él comenzó a darme agarrones en el trasero provocando mis gemidos.
Me tomó con sus dos brazos y me levantó para ponerme encima de los muebles de la cocina, ahí fue cuando me fue quitando el calzón yo lo miraba entre jadeos.
Me abrió las piernas y puso su cabeza justo en frente de mi vulva, la besó y al sacar su lengua empezó a hacer movimientos circulares. Intentaba no gemir tan fuerte, pero él siguió más rápido, hasta incluso meter sus dedos dentro de mi vagina.
Yo no daba más de la excitación, por mi mente pasaba la idea de que mi plan estaba funcionando y por fin podía saciar mi hambre de sexo tras mi desilusión.
Tras un buen rato, mi vulva ya estaba lo suficientemente mojada y para entonces, Eduardo se estaba quitando el oberol de trabajo para luego sacarse la camiseta y bajarse los calzoncillos.
Fue cuando vi su pene, bastante grueso y mojado. Me dio una sensación muy extraña al pensar que estaba a punto de ser penetrada por él, pero simplemente me dejé llevar y permití que él hiciera lo suyo.
Poco a poco fue metiendo su pene, no negaré que costó que entrara pero de a poco me fui dilatando para que pudiera entrar.
Comenzaron los movimientos suaves y yo estaba realmente excitada, los ojos se me iban lejos mientras él me penetraba bien lentito.

Eduardo: ¿Le gusta eso?
Yo: Siiii dele no más, más !!

Se movía más y más rápido y mi nivel de excitación iba en total aumento, intentaba sujetarme con las manos contra la pared tras los empujones de Eduardo.
Lo escuchaba jadear y eso me gustaba cada vez más, hasta que luego de un rato saca su pene y tomándome de la cintura me arrastra hacia abajo para darme media vuelta y dejarme en contra del mueble.
Ahora sentía cómo su pene se volvía a meter dentro de mi vagina mientras Eduardo me besaba el cuello y sus manos acariciaban mis pechos. Estaba atrapada y no podía hacer nada más que gemir del placer, Eduardo me tenía sin salida y simplemente me embestía con más ganas.
En un momento, sentí como me daba una cachetada en una de mis nalgas. Me había gustado lo que sentí, así que le pedí que me diera otro más. Así estuvimos entre "¿Le gusta así?" "Siii dale, otro más".
Estaba tan extasiada en el sexo que me dieron ganas de agarrar una fruta que había al lado y me la empecé a comer mientras por detrás seguía sintiendo el choque entre mi potito y las piernas de Eduardo.
Luego de un rato él me tomó del cabello y empezó a tirarlo, nuevamente sentí como mi excitación aumentaba más. Me estaba gustando lo que estaba pasando y le dejé que me tirara del pelo mientras me penetraba cada vez más fuerte.
Mis gemidos empezaron a convertirse en gritos que eran silenciados por la fruta que iba comiendo, Eduardo no paraba y yo ya había tenido dos orgasmos en esos largos minutos.

Eduardo: ¡Me vengo!
Yo: Véngase adentro no más.
Eduardo: ¿Segura?
Yo: ¡¡ Siiii, véngase adentro por favoor !!

Eduardo me embistió con más fuerza y velocidad que antes, como si lo estuviera dando todo por el todo. Metió su pene por completo y sentí como su semen saltaba dentro de mi, mientras mi corazón latía a mil por hora yo lo escuchaba gemir entre abrazos y besos que empezó a darme.
No podía creer lo que había pasado y el nivel que excitación que había alcanzado en ese momento.
Eduardo se quitó de encima y me pidió prestada una toalla nova para limpiarse el pene que aún tenía un poco de semen. Le habría hecho un oral ahí mismo pero no reaccionaba a nada más jaja.
Se limpió y volvió a vestirse mientras yo me intentaba arreglar la ropa. Eduardo ordenó sus cosas y tras ponerse la mochila se fue hacia la puerta para que yo le pagara y lo retirara.
Mi siguiente acto atrevido fue ponerme de puntillas, darle un piquito en la boca y apretarle el pene con la mano diciéndole "Gracias".
Él sonrió y dijo "No es nada mi niña, cuando usted quiera no más, me llama".
Ambos reímos y cuando él salió de mi departamento, cerré la puerta.
Doy media vuelta y suspiro con una sonrisa, no me creía lo que había pasado y que simplemente tras atreverme, ocurrió.

Muchas gracias por seguir leyendo mis publicaciones, es para mi muy grato saber que les han gustado cada una que he escrito.
He recibido hartos mensajitos simpáticos y otros no tanto jaja pero qué se le va a hacer. Espero nuevamente que les haya gustado esta historia y les haya llevado a volar la imaginación.
Nos veremos en otra historia.
Bye <3