La Ayudante (parte 2).

Hola, soy Javi. En esta historia soy una mujer de 21 años, mido 1,68 cms y siendo bien sincera y franca con ustedes, mi cuerpo está ejercitado puesto que entreno a menudo. Me gustan mucho mis piernas porque gracias al entrenamiento tengo mi potito bien paradito y firme, algo que a los hombres les fascina según mi experiencia. No tengo mucho busto, pero no es problema para mi vida sexual. Tengo unos labios carnosos, soy pecosa y mi cabello es de color negro. No tengo ninguna muralla para conversar sobre cualquier tema referente al sexo, en realidad me gusta mucho compartir experiencias con mis amigas e incluso mis amigos que me usan como psicóloga para darles consejos amorosos jaja.

Después de lo que ocurrió en la oficina de Omar, nos miramos con un poco de vergüenza, puesto que casi nos habían descubierto. Esperamos unos minutos para poder largarme y escapar a mis clases. No me podía creer lo que había pasado, el profe más codiciado de la carrera me había hecho un oral y casi me penetraba. No era algo que podía contarle a alguien, menos a mis amigas, porque por mucha confianza que tenga con ellas, si se llegaba a saber que un profe se había metido con una alumna... podría terminar de manera fatal para ambos. Simplemente preferí dejarlo así sin más.
Pasaron los días y había llegado el momento en el que teníamos que realizar un viaje durante el fin de semana a Viña. Se supone que era un congreso para estudiantes, con algunos compañeros pagamos por tener un cupo y algunos profes también decidieron ir como espectadores.
Nunca había ido a Viña del Mar jaja, era mi primera experiencia de un lugar tan bonito como lo es esa ciudad. Sinceramente, me enamoré de esa ciudad.
Estuvimos viajando durante la noche y me quedé dormida todo el viaje jaja, sin embargo, lamentablemente Cata y Rut no pudieron viajar porque no les alcanzaba el dinero. Por lo tanto viajé con otros chicos de la carrera en el bus, y todo tranquilo.
Una vez ahí, la Conferencia empezaría en un par de horas, así que cada quien se preocupó de ir a guardar sus cosas a alguna hostal o pensión en donde arrendar. Yo había reservado una pieza para mi en una hostal super bonita, la dueña del lugar me recibió con un desayuno muy rico y me enseñó todo lo que tenía disponible para mi.
Me sentí muy bien recibida y luego de ordenar mis cosas, partí de camino al congreso. Estuvimos durante toda la mañana en charlas que me tenían super motivada e interesada, hasta que dieron un break para que fueramos a almorzar. Nos dejaron libres dos horas, así que decidí salir a caminar por mi cuenta porque quería estar sola.
Me sentía tan libre, estando en una ciudad tan hermosa (ya se que lo dije antes, pero necesito recalcarlo jaja) como Viña. Caminé por unas cuantas calles disfrutando de la brisa marina, el viento tan exquisito y el solcito que nos había tocado en aquel día.
Después volví otra vez durante la tarde, para participar de las demás charlas hasta que terminaron como a las 18.30, por ahí.
Ya era libre otra vez y me fui caminando al centro para pasear. Revisé el GPS y me dirigí hacia el famoso Reloj de Flores, que quedaba igual un poquito lejos, pero estaba tan entusiasmada que fui no más.
Me demoré mucho en el trayecto jaja, llegué muy cansada hasta comprarme una bebida y recuperar energías. Y fue ahí, en que me di cuenta de que mi viaje no sería del todo tranquilo. Porque descubrí que Omar se estaba acercando hacia mi.

Omar: Hola, Javi. Que gusto pillarte por acá.
Yo: ¿Y usted qué hace acá?
Omar: También vine al congreso jaja. Aunque no esperaba pillarte por aquí. ¿Andas acompañada?
Yo: Eh, no. Vine por mi cuenta jaja, quería conocer.
Omar: Mira tú, yo igual ando solo... en una de esas podríamos ir a comer algo por el centro.
Yo: ¿Y será prudente hacer eso? Digo, después de lo que pasó en su oficina... creo que igual no estuvo bien.
Omar: Tranqui, si fue algo que se dio no más... era algo que escapaba de nuestras manos, no podíamos hacer nada más allá.
Yo: Sii, pero igual prefiero que no nos vean tan juntos, los demás podrían pensar quizás qué cosa... y la gente es super buena para inventar cahuines.
Omar: Mira, si te parece... podemos ir a la hostal en la que me estoy quedando. Compramos algo para llevar y comemos allá, ¿te tinca?

Por un momento dudé, pero luego de pensarlo decidí decirle que si. Era un viaje en el que yo era libre y nadie podía decirme nada.
Caminamos por una avenida que supongo era el centro, y pasamos a comprar unos sandwiches en un local de comida rápida. Aunque de rápida nada, tuvimos que esperar mucho rato jaja.
En fin, nos fuimos a la hostal en la que Omar se hospedaba. Un lugar super pintoresco, muy hermoso y bien cuidado. Olía bien además el lugar, nada que envidiarle.
Pensé que tuvimos suerte de que la dueña del lugar no estaba en la recepción, sino no sabría que habría ocurrido si ve a Omar subiendo con una señorita a su dormitorio jaja...
Pues entramos, tenía un dormitorio que daba en dirección a la costa... y aunque no se veía tooodo el mar, debido a los edificios cerca de ahí, se veía muy bonito todo.
Comimos los sandwiches y conversamos un buen rato, hasta que nos dieron las 23.00 de la noche. Yo pensaba en regresarme a mi hostal para dormir, mañana tenía otra jornada de charlas y no me la iba a perder jaja.
Pero cuando tomé mi chaqueta para ponérmela, Omar se puso detrás de mi, abrazándome...

Omar: No te vayas, Javi... quédate un ratito más.

Me tomó de la cintura y poco a poco sentí cómo me presionaba contra él, mientras me daba besos en el cuello. Comencé a entusiasmarme, porque Omar empezó a besar mis orejas, y ya saben que esa es mi debilidad completa y absoluta :O
Sentí como tomaba mi cara y la giraba para encontrarse con mi boca para besarla. Me dejé llevar por la emoción y me di vuelta para comerle la boca con mis besos mientras él apretaba mi trasero.
Nos empezamos a quitar la ropa entre caricias y besos hasta que los dos nos quedamos desnudos en el dormitorio. Las cortinas cerradas y la luz encendida para ver nuestros cuerpos prendidos y entregados al placer.
Omar abrió mis piernas para bajar y hacerme un oral, yo por mi parte, me quedé gimiendo en silencio mirando el techo. Podía sentir su lengua jugando en mi vulva y yo sólo reaccionaba para tomar su cabeza y apretarlo contra mi.
Estuvimos un buen ratito jugueteando así, hasta que se quitó de ahí y me mostró su pene completamente erecto. Otra vez se había puesto a jugar rozando su glande con mi vulva, mientras me quejaba de lo excitada que estaba. Lo único que quería en ese momento era que me lo metiera ya, pero él parecía gozar de verme sufrir jaja.
Incluso tomé su pene para meterlo, pero él se negó quitándose mi mano de encima. Hasta que luego de un ratito se inclinó para acercarse a mi, y besándome me dijo: "Hace tiempo que te tenía estas ganas, Javi". Y sentí como fue metiendo su pene muy lentamente. Yo abría mi boca reaccionando ante el estímulo, y poco a poco fui soltando un gemido de placer.
Abracé a Omar para que me penetrara y él comenzó a mover su pelvis a un ritmo que me pareció muy estimulante. Sentía sus brazos pasar detrás de mi espalda para sujetar mis hombros y presionarme contra él, mientras metía su pene. Yo estaba con las mejillas enrojecidas a más no poder y me sentía demasiado nerviosa esperando a que no nos pillara alguien jaja.
Intenté no hacer mucho ruido mientras mi profe me penetraba cada vez más rápido. Era una cosa de locos, para nuestra suerte, la cama estaba muy bien armada y no rechinaba ni nada jaja, así que pasado un buen rato, nos pusimos más calientes que antes.
Omar se quitó de encima y tomó mi cuerpo para darme vuelta y dejarme en la posición de perrito, que me encanta a morir. Tomó mi cintura y metió su pene nuevamente, sólo que esta vez, me penetró con muchas más ganas. Yo estaba muy excitada, apenas podía sujetarme de la cama con los brazos, así que puse las dos almohadas de la cama bajo mi panza y me eché encima.
Mi profe no paraba, ni para tomarse un descansito jaja, simplemente seguía metiéndomelo y yo ahí, intentando no gemir más fuerte de lo necesario.
Estuvimos así mucho tiempo, hacía harto que no transpiraba así teniendo sexo, y ya la respiración se me estaba yendo lejos. Fue entonces que mi profe quitó su pene y me dijo que ya se venía.
Como en un impulso, reaccioné y me levanté para quedarme frente a él. Cuando lo vi masturbándose, entendí qué era lo que quería, así que me arrodillé y abrí mi boca, esperando.
Se empezaba a tardar un poco, y pues tomé la decisión de tomar su pene, masturbarlo y meterlo en mi boca. Comencé a chuparlo y masturbarlo muy rápido hasta que por fin, luego de un ratito, sentí cómo explotaba todo en el interior de mi boca. Su semen estaba chorreando y casi me atraganto, pero no me lo quité de dentro hasta tenerlo todo y tragármelo.
Me había decidido en serio y me terminé tragando todo el semen que había tirado, incluso, me la jugué y entre chupadas, le dejé el pene más limpio que antes jiji.
Omar quedó loco con lo que le había hecho y me invitó para quedarme a dormir, y de lo caliente que estaba, acepté... simplemente acepté y dormí con mi profe durante esa noche.

Gracias por leer mis publicaciones, de verdad que agradezco que se den el tiempito de leerme y dejarme sus mensajitos tan simpáticos los quiero muchito y espero que hayan podido imaginar en sus mentecitas cada cosa que describí en este relato.
Nos vemos en la próxima.
Bye <3