La Ayudante (parte 3).

Hola, soy Javi. En esta historia soy una mujer de 21 años, mido 1,68 cms y siendo bien sincera y franca con ustedes, mi cuerpo está ejercitado puesto que entreno a menudo. Me gustan mucho mis piernas porque gracias al entrenamiento tengo mi potito bien paradito y firme, algo que a los hombres les fascina según mi experiencia. No tengo mucho busto, pero no es problema para mi vida sexual. Tengo unos labios carnosos, soy pecosa y mi cabello es de color negro. No tengo ninguna muralla para conversar sobre cualquier tema referente al sexo, en realidad me gusta mucho compartir experiencias con mis amigas e incluso mis amigos que me usan como psicóloga para darles consejos amorosos jaja.

Después de lo que ocurrió con Omar, seguí asistiendo al día siguiente en las charlas que estaban dictando. Todo salió excelente y presté atención a todos los temas que tocaron. La verdad es que no pasó nada más allá de lo que algunos pensarán, puesto que Omar se regresó al final de las charlas a la ciudad, mientras que nosotros nos íbamos en bus.
Viña me pareció una ciudad excelente, muy hermosa, me quedé encantadísima con el lugar. Y así, volvimos todos nuevamente a las clases con normalidad. Mi trabajo como ayudante iba como de costumbre, hasta que uno de los chicos que pillé copiando se acercó a mi.
Muchos de ustedes creerán que pasó algo ahí, jajaa pero no. Se había acercado a conversarme al final de una clase y pedirme disculpas por lo que había ocurrido durante la prueba. Mi intención nunca ha sido la de joder a los demás con sus notas, pero esos dos chiquillos se la buscaron al copiar en la prueba. Así que me mantuve firme con la decisión que había tomado, obviamente, y simplemente no dijo nada más al respecto.
Sin embargo, me preguntó si podía ayudarlo a estudiar la materia, puesto que habían hartas cosas que no entendía del ramo y el profe no siempre estaba disponible para explicar las cosas.
No me negué, si un estudiante necesitaba ayuda para comprender las diapos, por mi no había problema en enseñar. Aunque él seguía teniendo clases, organicé una lista para quienes estuvieran interesados en participar de los reforzamientos que iba a dar. Se inscribieron como cuatro alumnos, pero por mi no había problema en ayudarlos.
Pasa que al transcurrir el tiempo, los chiquillos se aplicaron muchísimo. Estudiamos juntos durante varios días y cuando fue la segunda prueba, los resultados se notaron. Los cuatro chicos que estudiaron conmigo les fue excelente en comparación con los demás, y no por privilegio ni nada, por su propio conocimiento.
Los chicos decidieron hacer un carrete para celebrar jaja, yo puse mi departamento para que no tuvieran problema, debido a que vivían en pensión y los dueños no los dejaban armar fiestas.
Así que compramos cositas para comer y beber, como yo no ingiero alcohol, me compré juguitos y bebida jaja. Los demás, como son pollitos no más, se hacían los choros tomando de todo jaja me daba mucha risa verlos bromeando entre sí. Simplemente nos dedicamos a compartir.
Lo que me llamó la atención, era que este niño que había copiado en la primera prueba, vamos a llamarlo Camilo... no estaba bebiendo, sólo se puso a tomar jugo y comer las papitas que teníamos ahí. De todos modos, noté que él se pasaba mirándome mientras compartíamos. Hubo varios momentos en los que me lo encontré mirando con los típicos ojos calentones de los hombres. Y habiendo pasado las horas del carrete que armamos, los chiquillos comenzaron a irse poco a poco. Iba saliendo uno, luego otro y al final cuando otro más se fue, quedé con Camilo, que había pasado al baño cuando me estaba despidiendo de los demás.
Cuando él se acercó a mi, me vino preguntando si se podía quedar a dormir en mi depa, porque a la hora que era no lo recibían en su pensión. Les cerraban la entrada a una hora determinada. Yo le pregunto por qué se quedó hasta tan tarde si sabía de eso, o por qué no se fue con alguno de sus compañeros. Él me dio la excusa de que no compartía mucho con ellos y no tenía la confianza suficiente. Me dijo que no tenía problema en dormir en el sillón, pero en mi caso, le dije que no lo iba a dejar dormir tirado en el sillón, ni loca.
Ordené las cosas y quedamos en que dormiríamos en el dormitorio, aunque claro, no debía comentarle de eso a nadie, porque si se llegaban a enterar que una ayudante y un alumno dormía en el mismo lugar, podía haber problemas graves para ambos.
Él accedió, y nos fuimos a acostar. Él se quitó los pantalones, quedando en calzoncillos y yo me había puesto mi pijama. Cada uno a un lado de la cama, él fue muy caballeroso conmigo, en realidad no me esperaba un actitud así de un hombrecito jiji. Pero fue muy dulce, no era de esos típicos que se calentaba al instante o que se intentaba hacer el dulce.
Como era invierno, un poco avanzado el rato, le pregunté si no le incomodaba dormir cucharita. Él dijo que no, pero que de todos modos no quería incomodarme. Le comenté que no se preocupara, si en todo caso era para darse calor en la noche.
Nos acurrucamos y nos quedamos haciendo cucharita, él estaba muy tímido y yo simplemente me hice la que se estaba quedando dormida. No pasó mucho tiempo hasta que sentí que él empezó a mover levemente su pelvis. Percibía que intentaba frotarse conmigo, y aunque era un movimiento muy finito, descubrí que su pene estaba poniéndose muy duro. Poco a poco me di cuenta de que se frotó un poco más fuerte y le pregunté qué pasaba.
Él me dijo que nada, con voz muy nerviosa. ¿Seguro que nada? le pregunté, moviendo mi potito hacia atrás. Obviamente para provocarlo, él se quedó callado y muy nervioso, mientras yo volvía a tirar mi potito contra él.
De pronto, él accedió y acercó su pelvis para apretarnos entre nosotros. Llevé mi mano hacia atras y toqué su pene todo erecto. ¿Y qué pasó acá? le pregunté, volteando la cara. Él me dijo que así era como lo tenía, de hace harto rato. Eso me prendió caleta jaja, reaccioné a tomar su cabeza y la acerqué para darle un beso. Él me correspondió y nos besamos mientras me sujetaba la cintura con la mano, apretándome contra él.
Empezamos a frotarnos un buen rato mientras que el beso se volvía cada vez más caliente, estábamos jugando con nuestras lenguas mientras jugábamos a que lo hacíamos.
Bajé la mano intentando tocar su pene y él besó mi cuello. Yo intentaba sacarlo del calzoncillo para tocarlo, así que él me ayudó bajando su ropa interior y pude acariciar su miembro. Él, por su parte, puso su mano en mi vientre intentando hacer lo mismo conmigo, así que intentó quitarme el pantalón del pijama y yo simplemente tuve que levantarme un poco para ayudarlo.
Bajó su mano hasta mi vulva, muy mojada en ese momento y empezó a jugar con sus dedos. Por lo visto no sabía lo que era el clítoris jaja, porque intentó meterme un dedo enseguida. Tomé su mano para enseñarle lo que tenía que hacer y él seguía mis órdenes como mi alumno, jiji.
Aprendió bastante rápido lo que tenía que hacer, así que seguimos en ese plan durante un buen rato. Él masajeaba mi vulva y yo masturbaba su pene como podía mientras nos besábamos.
Cuando quitó su mano, tomó su pene e intentó ponerlo entre mis piernas. Yo aún acostada, le pregunté qué era lo que intentaba hacer. Él me contestó que tenía ganas de hacerlo, pero no quería incomodarme. Yo no tengo ningún problema en seguir lo que ya estábamos haciendo jiji, le pregunté si ya lo había hecho antes, a lo que él me responde que no, era su primera vez.
Empezamos a juguetear con su pene en medio de mis piernas mientras yo me frotaba con él durante un buen ratito. Su pene estaba re durísimo, se notaba demasiado las ganas que tenía jaja. En fin, saqué un condón de mi velador y se lo puse con mucha calma. Me quedé acostada y dejé que él se pusiera encima de mi para su primera penetración. La verdad es que no sabía si en serio era su primera vez o no, pero no iba a desechar una oportunidad de sexo así como así jiji.
Con mucho nerviosismo noté que fue metiendo su pene, solté un gemido para animarlo, así como que lo estaba haciendo excelente jaja... y poco a poco comenzó a penetrarme.
Él se veía muy emocionado mientras yo gemía, me dijo que se sentía calentito jaja, me provocó mucha ternurita... Seguí gimiendo a medida que iba haciéndolo y cada vez íbamos con más fuerza. Me sentía cómoda haciéndolo con él, no era bruto ni violento, así que todo iba bien.
Al final, luego de cinco minutitos más o menos, me dijo que ya se venía...comencé a gemir con más ganas para decirle que nos fuéramos juntos...así que ahí empezamos los dos a movernos con todo. Él eyacula y suelta un gemido, dándome la señal de que ya se había ido...yo hice lo mismo y él se quitó de encima para quitarse el condón y hacerle un nudo.
Me quedé acostada, jadeando todavía y él regresó para acostarse conmigo y quedarnos abrazados. La verdad es que esa noche me gustó mucho, fue muy lindo y tierno el cómo lo habíamos hecho todo. Sin embargo, me aseguré de que le había quedado claro que eso era un secreto, nadie debía enterarse de nada.

Gracias por leer mis relatos, en realidad hacía mucho tiempo que no publicaba algo por aquí. Espero que me disculpen :c
Nos vemos en otra publicación.
Bye <3