De regreso al trabajo presencial con la jefa de RRHH

Hace unas semanas volvimos a trabajar de manera semipresencial en mi empresa (despúes de como un año de trabajar homeoffice), claro que ahora las cosas son distintas, tenemos horarios diferenciados y vamos dia por medio, aunque esta de más decir que buena parte de la jornada en la oficina se trata de conversar con los colegas, ya que igual somos una empresa mediana y muchos no nos veíamos desde entonces (a lo más por llamadas por zoom) y existe un buen ambiente laboral entre todos.

Entre esas personas que no veía hace tiempo, estaba Barbara. Jefa de RRHH de la empresa. Una mujer de 47años, bastante proporcionada y con quien hace un par de años tuve un “touch and go”, el cual fue solo eso (sacarnos las ganas esa vez), pero fuera de eso siempre ha habido una buena relación tanto en lo laboral como en lo personal. Antes de la pandemia a veces íbamos a almorzar juntos y hacíamos una reunión en el almuerzo. Y a veces en los pasillos nos encontrábamos y compartíamos un café de maquina y nunca habiamos derivado conversaciones sobre el tema sexual, a no ser por alguna que otra indirecta con confianza.

Siendo objetivos, Bárbara es una mujer que se mantiene muy bien para su edad, es alta (1,70) y con curvas bastante llamativas (no es excesivamente tetona, ni culona, pero tiene lo suyo), además como siempre se viste de manera formal (y al tener una jefatura), hace que de una mayor atracción hacia esta milf.

Durante la cuarentena, muy poco hablábamos, ya que nuestras áreas de trabajo no están relacionadas directamente, pero si nos debemos entregar información (ella me envía liquidaciones de sueldos, informes de Previred de mi área de negocios, como yo debo informarle la planilla de horas extras, de las incorporaciones o finiquitos)

Llevábamos una semana de regreso al trabajo presencial, cuando en la junta de accionistas nos solicitaron informes históricos de costos de RRHH y de los viáticos. Para lo cual aparte de realizar informes de Excel, nos pedían información física de respaldo (especialmente de los montos altos), asi que saliendo de esa junta, me fui con Bárbara a una oficina y le comenté:

- El informe que nos solicitan es bastante simple, toda la información esta cargada en los sistemas, hay que hacer unas tablas dinámicas y se hacen unos graficos.

- Si, es bastante simple… lo que da lata es buscar el respaldo, ya que hoy no vino mi asistente para que vea esto.

- Si, una lata buscar los respaldos, pero la información se encuentra bastante ordenada. Lo de los últimos dos años esta en la oficina archivado, pero la información de los años anteriores está en la bodega del edificio.

- Si quieres, me dices en donde esta la información y la voy a buscar.

- Hagamos algo mejor. Son las 12 del dia, trae tu notebook y hacemos los informes ahora, luego almorzamos y en la tarde vamos ambos a la bodega y de allí nos vamos. Dos personas buscan más rápido que una- le dije.

- Ya, voy por mi computador y lo hacemos.

Bárbara se demoró un poco, por lo cual comencé a analizar el histórico de las cuentas y me di cuenta que sería un trámite menor, ya que todo estaba ordenado en bodega, pero esperaba que ella fuera a bodega (o yo acompañarla) Al cabo de cerca de media hora llega a mi oficina y me dice que había llegado el gerente de operaciones a su oficina y le estaba conversando y que por la demora, ella se auspiciaría con el almuerzo, a lo que le digo:

- Pide algo por Pedidos Ya o Uber Eats y aprovechamos de irnos temprano.

- Y que quieres comer?

- Pidamos una pizza mediana con bebidas para los dos.

- Ya… yo la pido y continuamos con esto.

Pasaron unos minutos y se sentó a mi lado y le die que el informe estaba casi listo. Que lo revisara, para luego almorzar e ir a bodega. Este dia Bárbara llevaba un pantalón de tela negra (que marcaba sus curvas) y una blusa blanca (con algo de transparencias) y en donde uno veía que llevaba un sostén con pushup liso, pero con copa grande. Mientras la observaba, ella revisaba mi informe. Y a los minutos me dice que estaba ok.

A eso de las 13hrs, llegó el chico del delivery y nos fuimos a almorzar al comedor y a las 14hrs bajamos a la bodega en el ascensor y llegamos a la bodega de documentos que estaba en el menos 2 y entramos juntos a ese cuarto de unos pocos metros cuadrados. Ella tenia el informe impreso que habíamos construido y yo me puse a buscar los archivadores antiguos y sin mucho esfuerzo los encontré (recordé que unos años atrás, un analista contable había construido el mismo informe y había creado un archivador con toda la información) y le entregue a ella ese archivador lleno de polvo y comenzamos a hablar y mientras hablaba se dió cuenta que se habia ensuciado la blusa del polvo acumulado en el archivador y le digo:

- Igual te ensuciaste la espalda.

Me acerqué a ella y le di unas palmadas en su espalda (para sacarle el polvo) y de pronto le digo:

- Arriba de tus pechos también tienes un poco de polvo.

- Límpiame please, tengo el archivador en las manos.

Alli sutilmente pase mi mano por sus tetas y sin darme cuenta, nuestras miradas se cruzaron y nuestros labios quedaron muy cerca, casi sin darnos cuenta empezamos a besarnos, al principio de manera suave para dejar paso a un beso apasionado y al iniciar ese beso, el archivador se cae al suelo y nuestras lenguas jugueteaban y se entrelazaban a un ritmo frenético, mientras que mis manos recorrian su cuerpo desde la cadera hasta sus pechos y empecé a manosearlos suavemente y luego una mano se posó en su culo, masajeandolo primero por encima del pantalon y rápidamente por debajo de estos y rozaba su tanga.

En ese momento estaba excitadísimo y por las dimensiones que habia tomado mi pene Barbara seguro que lo notaba dada la proximidad de nuestros cuerpos, ella dejo de besarme, me miro con una pícara sonrisa y su mano se desplazó hasta el bulto que se habia formado en mis pantalones, tocandolo suavemente pero de forma que dejaba ver al experiencia adquirida por la edad.

En ese momento aproveché para deslizar mis manos debajo de su blusa y poder constatar lo que hasta el momento sólo habia imaginado, unos sostenes de pushup suaves al tacto (se sentian nuevos), de lo cual la di vuelta (apoyándose contra la pared), levanté su blusa y su sostén y allí estaba tocándole tus tetas coronadas por dos erectos pezones que seguian creciendo al tacto de mis caricias. Estuve un largo rato amasando, acarciando y estrujando sus voluminosas tetas, cosa que parecía agradarle a mi compañera a juzgar por la expresión satisfecha de su cara y algún tímido suspiro que dejaba salir de su boca. Y al tiempo que le restregaba mi pene durísimo en su culo (sobre el pantalón)

No puedo decir cuanto rato estuvimos metiendonos mano y jugando con nuestros cuerpos, hasta que estando de frente y besándonos, siento de pronto el ruido producido por la cremallera de mis pantalones el cual anunciaba que venia más acción. Al sentir sus manos sobre mi pene, me puse a ver con las tenues luces de la bodega, toda la belleza de sus excitados pechos, los cuales se los besé y al tiempo que lo hacia, ella comenzó a desabrocharme los pantalones metiendo una mano dentro de mis bóxer (nuevos… cosa que es sagrada en mi.. siempre con buenos bóxer) entrando en contacto con mi pene, el cual liberó al instante y la ayude levantando mis piernas y quitándome los pantalones y bóxer, quedando solo con camisa y con mi pene totalmente erecto a disposición de mi compañera de trabajo..

Su mano empezó un movimiento constante de vaivén produciéndome una sensación de placer incontrolable y sin dejar de pajearme lentamente volvimos a unir nuestros labios en un apasionado beso y aproveché de bajarle los pantalones y efectivamente llevaba una tanguita muy sensual y pequeña. En cuanto pude baje mi cabeza a la altura de sus tetas y empecé a chuparselas, pasando mi lengua y succionando sus pezones, mientras mis dedos se habian desplazado hasta su entrepierna apartando su tanguita y empecé a acariciar su sexo, el cual ya se encontraba empapado por sus jugos, primero introducí uno de mis juguetones dedos en el interior de su concha chorreante caliente y luego permitiendome que fueran dos los que le dieran placer.

Cuando estaba en eso, me di cuenta que Bárbara se encontraba en un punto de gran excitación si juzgaba por que sus suspiros habian dejado paso a unos gemidos cada vez más sonoros que coincidían con las penetraciones que le realizaba con mi mano, su cuerpo se arqueaba ligeramente hacia atrás pero su mano no dejaba de ofrecer un rítmico movimiento a mi pene. Cada vez su respiración era más agitada y el movimiento de mi mano era más fuerte y rápido lo que la llevo inevitablemente a su primer orgasmo, sus gemidos y suspiros cesaron bruscamente y todo su cuerpo se convulsionó dejando paso a una acelerada respiración.

Después de reaccionar Bárbara empezó a besarme el cuello, me quitó la camisa y estando desnudo empezó a besar mi tórax poniendo atención a mis dos pezones y lentamente desplazando su lengua y labios hacia mi vientre hasta llegar frente a mi erguido pene. Su lengua recorrió toda la longitud de mi miembro hasta poder besar la punta del mismo, acto seguido mi pene desapareció dentro de su boca. Era algo increible aquella mujer que siempre mostraba seriedad y elegancia, la tuviera arrodillada ante mi y proporcionándome una experimentada mamada. Su mano se aferraba duramente en la base de mi pene y su cabeza no paraba de moverse hacia delante y hacia atrás. Succionaba, chupaba y de vez en cuando se sacaba mi pene de su boca para masturbarme corta pero frenéticamente con la mano, se frenaba y volvia a engullir golosamente mi miembro.

Ya no podia aguantar más, mi orgasmo era inminente, como pude, entre jadeos se lo hice saber e intente retirar mi pene de su boca, pero ella lo apretó firmemente y dió a su cabeza un ritmo endiablado que me llevaron a un intenso orgasmo y me vacié totalmente dentro de su boca. Observé que botaba mucha leche y ella se tragó hasta la ultima gota y después de limpiar todo mi pene, ella se incorporó y se limpió restos de semen que tenia en sus labios y barbilla se acerco a mi oreja y empezó a chupar y morderme el lóbulo de manera cariñosa pero que delataba la excitación que le habia producido la mamada y mi posterior orgasmo.

Mientras nuestros cuerpos desnudos seguían pegados me susurró al oido: “me gustas mucho”.

Al escuchar eso, la aparté de mi, ella puso una cara de temor, pero la apoyé en una pequeña mesita y la besé y no pude evitar volver a tocarle los pechos, llevé mis manos hasta sus caderas y lentamente separé sus piernas con su total aprobación y acto seguido hundí mi cabeza entre sus piernas y pasé la lengua por el interior de sus muslos varias veces antes de dedicarme a su conchita. Al principio pasaba la lengua despacio recorriendo todo su sexo y me apartaba un poco, repitiendo la operación innumerables veces después de cada una de ellas mi compañera producia un ahogado gemido. Luego comencé a darle lamidas mas largas y mi lengua se desplazaba hasta el interior de su cueva, mientras con unos dedos tocaba su clítoris.

Me di cuenta que ella misma con sus manos se daba placer en los senos y con sus dedos tiraba y sobaba sus pezones, empecé a comprobar que volvia a excitarme mientras volví a introducir uno de mis dedos en su vagina y mi lengua se dedicaba exclusivamente a su clítoris. Ella me suplicaba cada vez más insistentemente que no parara de comerle su concha y cada vez su voz se hacia menos audible entre sus jadeos hasta que se convirtieron en fuertes gemidos momento en que con sus manos apretó mi cabeza entre sus piernas y llegó de nuevo al orgasmo.

Después de sentir su orgasmo, Yo me encontraba otra vez preparado y con mi miembro endurecido, ella se percató de la situación y que no estaba dispuesta a desperdiciarla, se giró, se apoyó contra la mesita y de su boca sólo salió una simple palabra:

- Fóllame.

Separó un poco sus piernas y dejó el camino libre para que yo pudiera poseerla. Me acerqué e introduje mi pene en su sexo, inmediatamente comencé a moverme en su interior, mis manos cogieron sus tetas que iban y venian libremente al ritmo que mis embestidas perforan la gruta de mi amante. Durante largo rato estubimos follando, nuestros cuerpos sudorosos daban a entender la mezcla de ejercicio, excitación y calentura que habia en aquellos momentos en el reducido espacio en que nos encontrabamos. Despues de largos minutos, le dije que estaba próximo a irme y me rogó que no me corriera en su interior debido a que no tomaba ningún anti-conceptivo. Saqué mi pene de su vagina y le pedí que me hiciera una paja rusa (masturbarme con sus tetas), entonces Bárbara se incorporó, volvió a girarse y mientras se apoyaba de nuevo en la mesa acomodo mi pene entre sus senos, casi desapareció por completo entre su abundante delantera, sólo sobresalia la punta por encima de las rosadas montañas de carne que ella apretaba y que empezó a mover a gran velocidad. Acompañaba el movimiento de sus senos de pasadas de lengua sobre mi capullo cada vez que bajaban y mi pene salia como si tratara de respirar. Las sensaciones que yo sentia cada vez eran más fuertes y menos controlables hasta llegar al momento que mis piernas empezaron a flaquear y potentes chorros de esperma salian disparados hacia la cara de mi compañera, antes de poder reaccionar de mi orgasmo. Alli Bárbara cogió mi pene y se lo llevo a su boca donde la chupo hasta que esta perdio toda su dureza.

Nos quedamos un rato abrazados sintiendo el calor de nuestros cuerpos, luego sacudimos nuestra ropa (llena de polvo) nos vestimos y nos arreglamos todo lo posible. Tomamos el archivador de los documentos y subimos al ascensor que fue testigo de nuestro silencio hasta la oficina, en donde nos dimos cuenta que solo estaba el gerente general y que ya eran pasadas las 4 de la tarde, entonces al pasar al frente de la oficina del gerente, le dije a ella.


- Bárbara, si quieres trae tu notebook, preparamos el informe, lo imprimimos y se lo dejamos al gerente.


- Ok, dame unos minutos y voy.


Alli, me miró con sonrisa picarona, pero cada uno continuó con su trabajo como si nada hubiera ocurrido.