¿Te cuesta entender por qué algunos dudan de la vacuna? El megahilo de ‘permíteme ayudarte’

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(Análisis/Opinión)

Imagina que eres una persona normal. Es el año 2016. Con razón o sin ella, crees la mayor parte de lo que ves en los medios de comunicación.

Crees que las encuestas reflejan ampliamente la opinión pública. Crees que los médicos y los científicos son dignos de confianza e independientes. Eres una persona decente y razonable que sigue las reglas y confía en la autoridad.

Imagina tu sorpresa cuando el Brexit, que te aseguraron que no ocurriría, porque es un movimiento marginal dirigido por racistas para racistas, ocurre. Las encuestas, que predijeron ampliamente que no ocurriría, estaban completamente equivocadas.

Los expertos y eruditos de los medios de comunicación que te dijeron que no ocurriría día tras día, también se equivocaron. “Oh, bueno”, dices, “estas cosas pasan”.

Imagina que al poco tiempo Donald Trump se presenta a la presidencia. Tus publicaciones mediáticas favoritas te dicen que va a perder.

Algunos expertos dicen que su oponente tiene un 99% de probabilidades de ganar.

Una encuesta revela que Hillary Clinton tiene “más del 99% de posibilidades” de ganar las elecciones a Donald Trump​

Imagina que te despiertas la mañana siguiente a las elecciones y descubres que los encuestadores, los expertos de los medios de comunicación y los políticos en los que aún confiabas se han vuelto a equivocar.

Y ahora, el monstruo racista que te dijeron que nunca se acercaría a la Casa Blanca es el líder del mundo libre.

“¿Cómo ha ocurrido esto?”, te preguntarás. ¿Cómo pueden estar tan equivocados los encargados de informarme? “Fueron los rusos”, te dicen.

“Los rusos lograron el Brexit y también consiguieron que Trump fuera elegido”.

Imagina que durante los próximos tres años y medio observas cómo los medios de comunicación y la clase política insisten con la narrativa de la colusión de Rusia. Te cuentan el cómo, el cuándo y el dónde.
Los dossiers, los denunciantes, las prostitutas que se orinan.

Imagina tu desesperación para que las cosas vuelvan a tener sentido. El Informe Muller se acerca y pondrá tu mundo en orden.

Las pruebas de la intromisión extranjera en las elecciones de 2016 y en el Brexit vienen a salvar tu mente intranquila.

Imagina tu sorpresa entonces, cuando descubres que el Brexit y Trump tuvieron poco que ver con la intromisión extranjera. Los gritos sobre los rusos y el Brexit también se apagan.

Imagina que poco a poco, descubres que los acontecimientos que los medios de comunicación y la clase política te decían que no iban a ocurrir ni podían ocurrir, no sólo ocurrieron, sino que ocurrieron sin algún tipo de injerencia maligna. En cambio, millones de tus conciudadanos votaron por ellos.

Una vez más, te preguntas “¿Cómo ha podido ocurrir esto?” y de nuevo los medios de comunicación tienen la respuesta: el racismo. “Tu país es racista”, te dicen. Si eres blanco, esto te parece extraño. Aparte de un puñado de idiotas, nunca has conocido a un racista.

Si eres un inmigrante de una minoría étnica como yo, esto te parece aún más extraño. ¿Por qué la gente de uno de los países más acogedores y tolerantes del mundo quiere convencerse de que su país es racista cuando es tan evidente que no lo es?

Pero las pruebas están ahí mismo, en la pantalla del televisor. Imagina tu horror mientras un actor negro gay es agredido por matones con gorras MAGA que lo maltratan racialmente y le ponen una soga al cuello. Llora mientras habla de ello:

Jussie Smollett FULL Interview on alleged attack | ABC News Exclusive
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Imagina tu indignación cuando ves en las noticias a un grupo de niños con sombreros MAGA de una escuela religiosa que se enfrentan despectivamente a un anciano nativo de América. Reza Aslan te dice que el chico tiene una “cara golpeable” y, aunque aborrezcas la violencia, es difícil no estar de acuerdo.

Imagina que durante días ves la cobertura de estos acontecimientos, con un experto tras otro, un experto tras otro, compartiendo y alimentando tu indignación al respecto. Con cada palabra, tu creencia de que eres una buena persona y de que tu país es un buen país, se tambalea.

Imagina que poco después, sin embargo, la historia de Jussie Smollett resulta ser un bulo para llamar la atención. Imagina que rápidamente descubres que el anciano nativo americano fue quien se enfrentó a los niños y no al revés.

Reza Aslan “probablemente” será demandado por el tuit, ahora borrado, de “la cara golpeable”: Abogado de Sandmann​

“Si este es un país tan racista”, te preguntas… “¿por qué necesitan inventarse historias de racismo?”. Mientras reflexionas sobre esto, recuerdas que desde hace años se espera que sigas la corriente de otras narrativas.

Se espera que creas que ser hombre o mujer no es tan sencillo como creías. Lo que aprendiste sobre biología en la escuela está equivocado. Ya no sabes cuántos géneros hay y te parece peligroso intentar averiguarlo.

Imagina leer que los expertos de la Asociación Americana de Psicología dicen que la masculinidad tradicional es “patológica y dañina”.

La psicología tiene un nuevo enfoque para construir hombres más sanos​

Imagina que todavía quieres creer a los medios de comunicación y a sus expertos, pero ahora eso requiere que pienses que tu país es racista, que los hombres son malos y que el género es una construcción social, sea lo que sea que eso signifique.

Es en este momento cuando surge una pandemia en el otro lado del mundo.

Al principio no te preocupa, pero a medida que surgen escenas de Italia y otros países, queda claro que algo grande está sucediendo.

Observas con nerviosismo cómo los políticos dan rueda de prensa tras rueda de prensa, flanqueados por expertos, para explicar la situación.

El racista Donald Trump clausura los viajes desde China. En respuesta, el alcalde de Florencia aconseja a los ciudadanos luchar contra el racismo “abrazando a un chino”.

Italia lanza la campaña “abraza a un chino” para luchar contra el racismo inducido por el coronavirus​

Poco después, Nancy Pelosi, una respetada demócrata, visita Chinatown en San Francisco para explicar que “no hay ninguna razón para que los turistas o los lugareños se mantengan alejados de la zona debido a la preocupación por el coronavirus”.

“Gracias a Dios que hay gente sensata y no racista que no está exagerando”, te dices.

Nancy Pelosi visita el barrio chino de San Francisco en medio de la preocupación por el coronavirus​

Imagina ver cómo Trump redobla su racismo al afirmar que el virus podría haber venido de un laboratorio de Wuhan.

“Tonterías”, piensas mientras te preguntas cuál es la mejor manera de protegerte a ti y a tu familia de esta enfermedad mortal.

Consideras la posibilidad de adquirir mascarillas, ya que has visto que los visitantes de los países asiáticos las llevan.

Pero el Director Médico del Reino Unido le dice que no te pongas una mascarilla y que te laves las manos.

Coronavirus: El jefe de los servicios médicos pide a los ciudadanos que no lleven mascarillas​

Mientras se introducen los confinamientos en todo el mundo, tú sigues diligentemente todas las normas. Te quedas en casa, sólo sales una vez y vives de los ahorros o de las subvenciones del gobierno.

Es un orgullo para ti poner de tu parte.

Gracias a ti y a millones de tus conciudadanos, la primera oleada de la pandemia no desborda el sistema sanitario. Mientras miles de personas mueren tristemente, tú has ayudado a proteger el NHS.

Imagina tu confusión cuando las mismas personas que se han pasado 3 meses diciéndote que las mascarillas no funcionan y que no debes usarlas introducen mandatos de mascarillas. Te dicen que “estamos siguiendo la ciencia”. Esto no tiene mucho sentido, pero una pandemia no es momento para hacer preguntas.

Al ir con cautela al supermercado, te das cuenta de que las mascarillas han hecho que la gente sea mucho menos propensa a distanciarse socialmente.

Recuerdas haber leído en alguna parte que los cascos de bicicleta funcionan de forma similar: dan más confianza al portador y el resultado son más accidentes y lesiones, no menos.

“Qué tonta es la gente”, te dices. “Si al menos siguieran los consejos del gobierno”.

Enciendes la televisión y te enteras de que los compradores de tu supermercado local no son los únicos que han ignorado las normas.

Neil Ferguson, el hombre cuyas proyecciones se utilizaron como base para los confinamientos, parece haber roto sus propias reglas para conseguir algo de acción con su amante casada.

El principal asesor de Boris Johnson, Dominic Cummings, atravesó medio país para asegurarse de que tenía un lugar mejor para aislarse. Más tarde se descubre que los periodistas que le riñen por ello han asistido a una fiesta de cumpleaños infringiendo las normas.

Kay Burley y Beth Rigby entre los cuatro de Sky News en su 60 cumpleaños​

El confinamiento continúa. Sin embargo, un hombre es asesinado en Minneapolis mientras es detenido por un delito menor. El hombre es negro. El agente es blanco. La detención es captada en vídeo y rápidamente se hace viral en todo el mundo.

Imagina tu horror al ver a un agente de la ley arrodillarse sobre el cuello de otro hombre hasta que se desmaya y posteriormente muere. “Esto es despreciable”, te dices a ti mismo. “Espero que le echen el guante”. De la noche a la mañana, surge una gran campaña por la justicia racial en todo el mundo.

Nadie explica qué tiene que ver el racismo con el incidente, pero no hace falta. Como ya se sabe, Occidente es racista y, por tanto, cada vez que un blanco hace algo malo a un negro, sólo puede haber una explicación.

El hecho de que un incidente idéntico le ocurriera a un hombre blanco llamado Tony Timpa nunca se menciona para contextualizarlo.

Mientras se mantienen las normas de confinamiento, las protestas contra la injusticia se extienden por las calles. Decenas de miles de personas se agolpan en las principales ciudades.

Pocos llevan mascarillas y el distanciamiento social es inexistente.

Se producen enfrentamientos con la policía, y en Estados Unidos los manifestantes saquean tiendas, atacan a los residentes e inician incendios. Un policía negro retirado llamado David Dorn se encuentra entre las docenas de personas que son asesinadas en el caos.

Los medios de comunicación describen estos acontecimientos como “protestas mayoritariamente pacíficas” mientras sus reporteros se sitúan frente a edificios en llamas. Tras meses de duras restricciones, los medios de comunicación y la clase política no ofrecen ninguna crítica a las protestas que violan todos los elementos del confinamiento.

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Después de meses diciéndote que te quedes en casa para evitar el contagio de COVID, los médicos explican que más que ser un evento de propagación masiva de COVID, “la protesta es una profunda intervención de salud pública”.

“La protesta es una profunda intervención de salud pública”. Por qué tantos médicos apoyan las protestas en medio de la pandemia de COVID-19​

Las grandes empresas tecnológicas se lanzan a frenar la difusión de la desinformación. Todas las discusiones de puntos de vista alternativos sobre la eficacia de las mascarillas y los confinamientos, así como los orígenes del virus, son censuradas.

Se suprimen los intentos de discutir el impacto negativo del confinamiento en la salud y el bienestar mental.

A medida que avanza el año, con la inminencia de unas elecciones estadounidenses cruciales, el presidente Trump promete un gran impulso para desarrollar una vacuna.

Kamala Harris, que más tarde es elegida vicepresidenta, dice que no se vacunaría si Trump se lo pidiera:

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En vísperas de las elecciones, una publicación en Estados Unidos emite un reportaje perjudicial sobre Hunter Biden, hijo del candidato presidencial Joe Biden. En el reportaje se alega la corrupción en la que podría estar implicado su padre, así como el consumo de drogas y el uso de prostitutas, entre otras cosas.

Twitter y otras redes sociales impiden que se comparta la historia. Los medios de comunicación alinean a los comentaristas para afirmar que la historia era “desinformación rusa”.

Una vez que su padre gana las elecciones, queda claro que varios elementos clave de la historia son probablemente exactos y que el ordenador portátil del que se recuperó la información es, de hecho, el de Hunter Biden.

Mientras tanto, las cifras de pacientes y muertes de COVID resultan ser erróneas. Durante algún tiempo, cualquier persona que muriera en cualquier momento después de una prueba positiva de COVID se contabilizaba como fallecida por COVID.

Coronavirus: La revisión del recuento de muertes en Inglaterra reduce el número de víctimas en el Reino Unido en 5.000​

Esta cifra se revisa de nuevo posteriormente. El número de personas hospitalizadas a causa del COVID también resulta ser incorrecto.

Las cifras del hospital sobre los casos de Covid son “engañosas​

Ahora que el racista Donald Trump ha dejado de ser presidente, el cierre de fronteras ha dejado de ser considerado xenófobo y es ampliamente defendido en los medios de comunicación.

La teoría de la conspiración racista de que el virus vino de un laboratorio ahora también se permite discutir y podría ser probable que sea la explicación más creíble de los orígenes del virus.

Imagina tu horror cuando te enteras de que la razón por la que murieron miles de personas en la primera oleada de la pandemia fue porque se permitió que los pacientes ancianos con COVID volvieran a las residencias.

Esto es especialmente cierto en el Reino Unido y en Nueva York, dirigida por el gobernador Andrew Cuomo, hermano del presentador de la CNN Chris Cuomo.

El editor del gobernador Cuomo suspende la promoción de su libro sobre el liderazgo durante la pandemia en medio de la investigación sobre las muertes en residencias de ancianos.

Editorial suspende la promoción de un libro de Cuomo, alegando la investigación sobre las residencias de ancianos​

Mientras tanto, Texas y Florida, que permanecieron abiertas, siguen prosperando.

En el Reino Unido, se descubre que el Secretario de Sanidad, responsable de salvar vidas, engaña a su mujer con una ayudante casada, incumpliendo las normas de distanciamiento social.

El hombre que hace las reglas para ti no las cumple.

Es en este momento cuando la vacuna, que en un principio te dijeron que habría que dar a los vulnerables antes de levantar las restricciones, se convierte en el principal motor de la política del Gobierno y de los comentarios de los medios de comunicación.

Los mismos que te dijeron que el Brexit nunca ocurriría, que Trump nunca ganaría, que cuando ganó fue por la colusión rusa, luego por el racismo, que hay que seguir los confinamientos mientras ellos no lo hacen, que las mascarillas no funcionan y luego que sí funcionan…

…que las protestas durante los confinamientos son una “intervención sanitaria”, que los saqueos a las comunidades negras en nombre de la lucha contra el racismo son “mayoritariamente pacíficos”, que Jussie Smollett fue víctima de un crimen de odio, que los hombres son tóxicos, que hay un número infinito de géneros…

…que el COVID no salió de un laboratorio y luego que probablemente sí, que cerrar las fronteras es racista y luego que es lo más importante, que la historia de Hunter Biden es desinformación rusa y luego que no lo es, que no aceptarían la vacuna de Trump y luego que hay que aceptar la vacuna…

…que el gobernador Cuomo es un gran líder de COVID y luego que es un asesino de abuelas, que el número de muertes por COVID es una cosa y luego otra, que los hospitales están llenos de pacientes de COVID y luego que muchos de ellos se contagiaron de COVID en el hospital…

Estos mismos ahora te dicen que la vacuna es segura, que debes aceptarla y que si no lo haces serás un ciudadano de segunda categoría. ¿Entiendes ahora las dudas sobre las vacunas?

Fuente: You’re struggling to understand why some people are vaccine hesitant. The ‘let me help you’ megathread