La Jefa

Hola a todos nuevamente, mi nombre es Franco, tengo 36 años, mido, y como les contaba en mi anterior relato, tuve excelentes experiencias cuando realicé mi práctica profesional, y siguiendo mi relato titulado "La Clienta", les cuento lo que ocurrió después de esa experiencia, no necesariamente con Marcela, la clienta, si no que, con Rosario, mi jefa, así que ahí va:

Después de tener este encuentro con la clienta Marcela, llego el día lunes a trabajar, y me doy cuenta que mi jefa, seguía muy pesada conmigo, culpándome en parte que una clienta haya ido a dejar regalos, siendo que generalmente la gente llevaba uno que otro regalo y a ella nunca le había molestado, además que, según sus palabra "Yo había permitido que me abrazaran en el trabajo" "No teniendo respeto por mi lugar de trabajo", yo la verdad, no tenía ganas de trabajar en un lugar público, puesto que como saben, a uno lo tramitan tanto, existe tanta burocracia y lentitud, por lo que no era un lugar en el que yo quisiera desarrollarme profesionalmente, dicho esto, solo me interesaba cumplir con mi práctica de la mejor manera e irme. Continuaron los desaires y los retos gratuitos y yo me dedicaba a lo mío, mis compañeros más cercanos de la práctica, me molestaban, diciéndome que la jefa había quedado muy celosa con Marcela, y que, corría el rumor que Marcela y yo estábamos pololeando, jajajaja, ustedes saben como son los cahuines de oficina, nada más alejado de la realidad, y además, yo no le conté detalles de nuestra salida a nadie, debido a que no eran amigos, solo compañeros estacionales. Así continuaron las semanas, y cuando ya me estaba quedando más o menos 10 días de práctica, nos citaban a una reunión con los jefes, para hacer una pre evaluación de nuestro paso por la entidad, señalar si tendríamos que repetir dicha práctica, o se extendería un tiempo más, o si estábamos en condiciones de elaborar nuestro informe final de práctica. Me citan el día viernes a las 16:00 hrs en la oficina de mi jefa, a la cual acude el Jefe de mi jefa, ella y yo, nos ponemos a conversar, él me señala que según sus estadísticas mi práctica ha sido llevada a cabo con éxito, por lo que el próximo viernes, es decir, en una semana más, terminaría mi práctica profesional (a menos que me mandara una cagada muy grande), y que luego de aquello, dispondría de 15 días para entregar mi informe, para ser evaluado. Luego de eso, se para y se va, señalando que tiene una reunión, y quedamos Rosario y yo, ella me dice: "Franco, mayores reparos no tengo, estoy conforme en general con tu desempeño...lo único malo tú lo sabes, porque no me gusta que el ambiente laboral se transforme en chacota, pero en términos generales, todo bien", luego de oír esto, no sabía si quedarme callado o responder algo, pero como mi filosofía de vida siempre ha sido la de pedir perdón y no permiso, de no guardarme las cosas, le contesto: "Rosario, ¿cuál es el problema con Marcela?, a fin de cuentas ella solo agradeció, porque acá, nadie nunca la ayudó", a lo que ella me replica: "Una cosa es agradecer, otra cosa es traer regalos, queques, y ponerse a dar abrazos delante de toda la gente", yo me sonreí, y le dije: "Lo siento, pero yo no puedo hacer nada respecto a eso, los regalos los trajo ella, y el abrazo fue en agradecimiento, aunque yo creo que aquí pasa algo más", ella se pone roja inmediatamente y me dice: "Según tú, ¿qué es lo que pasa?", yo totalmente basado, le dije: "La verdad es que creo que te pusiste un poco celosa, ¿o me equivoco?, ella estaba muy roja, entre ira y vergüenza, se para de su escritorio, se dirige hacia la puerta de su oficina y la cierra, me apunta con su dedo y me dice: "Párate y ven", yo me paro, voy hacia ella y me dice: "¿Quieres saber si me puse celosa?", me toma y me da un beso, yo quedé pasmado, ella era de estatura baja, tenía un cuerpo exquisito, además siempre andaba con vestidos ajustados, tenía sus piernas bien trabajadas, un trasero grande y parado, sus pechugas eran pequeñas pero se veían muy bien, nunca voy a olvidar ese vestido con rayas negras y blancas, tipo cebra. Yo respondo su beso, el cual debe haber durado como dos minutos, un beso caliente, salvaje, con mucha lengua, respiración agitada, bien rico la verdad, yo aproveché de recorrer su cintura, y cuando tocaba sus caderas por encima de su vestido, ella me dice: "Eso era no más, no te pases, estamos en el trabajo, yo pensaba dártelo el próximo viernes como despedida, pero no me aguanté", salí de su oficina y me fui directo al baño, porque tenía el pene parado, y no podía volver a mi escritorio así, me lavé las manos, la cara, y luego de un par de minutos salí, terminó la jornada laboral, y me fui a mi casa.

Ese día llegué, me masturbé pensando en lo que había pasado, y como esos eran los tiempos de Facebook, empezamos a hablar durante el fin de semana por ahí con Rosario, lo típico, de su vida, de la mía, de gustos, afines, etc., ella me comentó que venía saliendo de una relación de 12 años, que había terminado muy mal, con violencia física y psicológica, etc., y que llevaba más o menos un año soltera, que solo había tenido un par de "pinches" esporádicos, yo la verdad lo estaba pasando bien conversando y sabiendo más de ella cuando el domingo por la mañana me dice: "Franco, lo de la oficina fue un error, no tendría que haber pasado, ni volverá a pasar" "la cagué totalmente", yo me pongo a escribir y antes de enviar el mensaje, me voy bloqueado, jajajaja, yo quedé muy picado la verdad, pero no iba a insistir. Llega el día lunes, llego como siempre, ella me evitaba, me mandaba a pedir cosas con mis compañeros, y yo la verdad, no soy de andar rogando mucho, así que, me dedicaba a terminar de la mejor forma mi última semana, llega el día jueves, y nos cruzamos miradas en la cocina, ambos preparándonos un té, yo sigo en lo mío, y ella me dice: "Me diste el medio beso y ahora no me conoces", y yo le dije: "Perdón pero, tú me bloqueaste y no eres capaz de ir a mi escritorio y mandas a los demás a preguntar por mi pega", a lo que ella responde: "Qué eres orgulloso", yo encontré bien tonto lo que me dijo, pero me fui a mi escritorio como si nada, llega el viernes, y ella se dirige a la oficina donde estábamos casi todos y dice: "Como ustedes bien saben, para Franco hoy es su último día acá, así que no me queda más que agradecer su voluntad y disposición, un compañero llega con una torta, otro con bebidas, y me pasa un regalo, todos empiezan que lo abra, y era una corbata, muy bonita, sobria, yo le doy las gracias, varios compañeros me abrazan, y me dicen las típicas mentiras, "te vamos a echar de menos", "lo hiciste la raja", "postula y vuelve", etc., y en eso me toca el abrazo con Rosario, ella me dice: "Felicidades", y yo le digo: "En vez de la corbata me habría encantado darte otro beso", ella me dice: "Mira donde estamos" y yo le dije: "Están todos preocupados de la torta y riéndose, relájate". Se acaba la jornada y al momento de las despedidas finales, y le toco la puerta de su oficina, le doy las gracias, le digo chao, nos fundimos en otro abrazo, y le mandé un agarrón al poto, ella me mira y se pone roja inmediatamente, y yo le digo: "Salgamos mañana, ya no trabajo acá, así que, qué más da", ella se ríe y me dice: "Qué atrevido, ya sabes qué, salgamos, qué tanto", nos damos un piquito y me voy.

Quedamos de salir el día sábado, y a eso de las 20 horas más o menos, ella me dice: "Pásame a buscar a mi departamento como a las 22:00 hrs, te mando la dirección, yo no tenía auto en ese momento, tuve que ofrecer lavarlo, limpiar los vidrios, etc., para que mi mamá me prestara el suyo, jajajaja, y bueno, salí a buscarla, pasé al mall a comprar una botella de vino, unos bombones, y unas flores, no quería que fueran rosas rojas, así que compré un ramo de lirios o liliums, como quieran llamarles. Llego, me estaciono, paso por conserjería, y subo, ella abre la puerta y yo me quedé impactado, estaba con un vestido negro, ajustado, corto, unas botas muy bonitas, y me invita a pasar, entro le entrego lo que había llevado, y me lanzo encima, nos fundimos en un abrazo y en un exquisito beso, en el cual nuestras lenguas se encontraron, nuestras respiraciones se coordinaron, un beso muy rico, yo empiezo a mover mis manos, toco su espalda, cintura, y su trasero, luego de un par de segundos, pongo mis manos por debajo de su vestido, ella traía puesto un colaless, yo estaba más caliente que la cresta, y ella me dice: "Paremos un poco, tomemos el vino que trajiste, yo tengo una tabla para picar, además me tengo que volver a maquillar para que salgamos" la verdad es que yo en ese minuto, ya no quería salir, quería quedarme ahí con ella haciéndolo toda la noche, pero tuve que controlarme (por ahora), entonces nos ponemos a conversar, destapamos la botella, degustamos el vino y comimos de la tabla que ella había preparado, nos reímos, entre eso nos besábamos, y ella me dice que se va a ir a maquillar, para que salgamos, ella deja la puerta abierta y conversábamos, en eso me pongo muy caliente, y me paro de mi asiento con destino al baño.

Entro al baño, la miro, y le saco lo que tenía en las manos, lo dejo en su lavamanos, y la agarro a besos, besos calientes, muy apasionados, ricos, intensos, con mis manos recorro su cuerpo, levanto su vestido y empiezo a tocar su trasero, la escena era espectacular, ese culo parado, firme, viéndolo a través del espejo, mientras lo tocaba, estaba muy caliente, bajo los tirantes del vestido, saco sus sostenes y comienzo a lamer sus pezones, a besarlos, a tocarlos, ella gemía, en eso, bajo mi mano izquierda a su entrepierna, siento su colaless mojado y caliente, comienzo a masajear esa zona, ella me empieza a besar el cuello, a morderme, me saca la polera, y seguimos besándonos, ella estaba solo en colaless en el baño y salimos de ahí, nos seguimos besando por el pasillo y ella me indica donde está su pieza, entramos y comienzo a desvestirme, ella seguía solo con su parte de abajo, ella se sienta en la cama, mete su mano en mi bóxer, y yo parado frente a ella, veo como se introduce mi pene en su boca, comienza a hacerme un oral muy rico, con harta saliva y lengua, yo estaba disfrutando, estaba muy excitado, y saco su cabeza de mi pene, y la empujo hacia el colchón, me arrodillo frente a la cama, y le saco sus colaless, ella tenía su vagina depilada, a excepción de una línea muy cuidada, le agarro las piernas, las beso y las separo, y comienzo a lamer su vagina, la cual estaba muy mojada, de sabor muy suave, sigo besando su entrepierna, mientras ella grita, me agarra muy fuerte el pelo, después de un rato, me subo encima de ella, y entro, fue una exquisita sensación, entró muy rico, apretado, hasta el fondo, y ella gemía de placer, estuve un buen rato embistiendo sobre ella, hasta que me salgo, me paro a la orilla de la cama y le digo que se ponga en cuatro, ella me hace caso, y comienzo a darle muy duro, muy duro, ambos estamos demasiados calientes, hasta que acabo muy duro y muy mojado. Luego de eso, nos acostamos en la cama, ella besa, me dice: "Tienes mucha energía", y coloca su cabeza en mi pecho, estuvimos conversando, ella me dice que mejor nos quedemos en su casa, se para a preparar unas cabritas de microondas, solo en colaless, cuando vuelve con las cabritas, el vino y un vaso de agua en una bandeja, la miro, y solo con mirarla se me vuelve a parar, ella me ve, se ríe pero al mismo tiempo siento su mirada con calentura, deja la bandeja en el velador, y se monta encima mío, empieza a cabalgar muy rico, muy rápido, de por sí sola, esa imagen era muy caliente, sus piernas duras, trabajadas, su trasero firme, sus senos ricos, todo era un espectáculo, hasta que me volví a correr con ella. Nos besamos, y pusimos una película.

Al otro día, lo volvimos a hacer, esta vez en cuatro, tomamos desayuno y me fui a mi casa, al salir el conserje me dio jugo porque me había pasado de las horas permitidas, pero yo iba en otra.

 

Sí, estuvimos saliendo, pero poco tiempo más menos de 2 meses

 

Gracias, y me alegro que te haya gustado mi relato, espero la próxima semana subir otro