Con la polola de mi mejor amigo (con permiso)

Hola, como han estado? Llevo mucho tiempo sin escribir, no por falta de historias, jejejej, más bien por falta de tiempo. Como les he comentado anteriormente, mis relatos son 100% reales y si bien no soy como he leído en descripciones de otros relatos (mino, musculoso, con la verga hasta la rodilla, etc) he tenido la fortuna de tener muchas experiencias que valen la pena ser relatadas y está sin dudas es una de ellas.


Corría el verano del año 2019. Yo había vuelto hace poco de un maravilloso viaje en Brasil. Tengo un amigo, de esos de toda la vida y aunque soy mayor que él por 4 años, siempre hemos sido grandes amigos. Este amigo, a quien llamaremos Cristóbal o Cris pololea hace un montón de tiempo con una chica a quien llamaremos Laura. Ella es una chica de una 1,64-1,65 aproximadamente, en ese momento de cabello hasta la mitad de su espalda, muy bella de rostro, de piel más bien blanquita, medidas 85-60-95. Sí, su culo es una obra de arte, parte de genética y de la gran cantidad de ejercicio que ella hace para mantenerse en forma, además de ser colombiana y tener ese acento al hablar que hace que se te ponga dura de solo escucharla. Nuestra relación era buena, pero siempre sentí que entre nosotros había una química especial, las miradas y una que otra indirecta (que con el tiempo logré entender). Sin embargo, nunca me pasé mayores rollos con ella, primero por ser la mujer de mi amigo y segundo, porque no daba la impresión de que pudiera gustarle el mundo que descubrí que le atraía.

Un día conversando con mi amigo de temas de sexo, me confeso que tanto ella como él, gustaban del swingger. La verdad es que fue una sorpresa enorme, porque probablemente me lo hubiera esperado de él, más nunca de ella y debo reconocer que en cuanto lo supe, me imaginé teniendo la oportunidad de disfrutar de esa mujer a la que había mirado durante años de forma disimulada, especialmente en los veranos, en que, con sus bikinis y ese culo majestuoso, debía hacer esfuerzos para ocultar el deseo y las erecciones, mientras compartíamos en la piscina.


Como dije anteriormente era verano y pasábamos mucho juntos en la piscina, pero luego de descubrir lo que mi amigo me contó, ya no disimulaba, muy por el contrario, le hacía halagos y miraba descaradamente la perfección y la redondez de su cola y de sus piernas torneadas, su cintura y sus ojos que entendí, encerraban el deseo de una fiera. Pero lo mejor fue cuando un día conversando con mi amigo, este me confiesa que yo le atraía a ella y que, si yo quería, podía estar con ella. Creí que me estaba tendiendo una trampa, sin embargo, en un par de ocasiones en su casa, ella y yo quedamos solos y Laura me expreso que lo que Cris me había dicho era verdad. En ese momento supe con certeza que quería que fuera mía y así se lo hice saber.


Con el correr de los días, finalmente una tarde me preguntan si podía recibirla ese día, ella vendría a mi casa y estaríamos solos los 2. Debo reconocer que toda mi seguridad y experiencia se vieron desarmados cuando entendí que esa preciosa mujer sería mía un par de horas, donde podría hacerle todo lo que había imaginado y por, sobre todo, podría verla disfrutar, porque me propuse darle el mayor placer posible.


Creí que llegaría sola, sin embargo, fue mi propio amigo quien la trajo a mi casa, quien se despidió con un “pásenlo bien, nos vemos más rato en la piscina” lo que me dio entre risa, nervios y una sensación de morbo tremenda. Entramos a mi casa, le ofrecí algo de beber y nos pusimos a conversar en el sofá. Me pareció extraño que trajera una pequeña mochila, pero me explico que era el bikini para ir después a la casa de Cristóbal. Yo le explique que, aunque moría de ganas por ella, no iba a obligarla a nada y que, si no se sentía cómoda, podíamos abortar misión, pero ella muy segura, me dijo que ella también había esperado ese momento.


Laura: ¿Y si subimos a tu pieza para estar más cómodos?

Yo: Por supuesto, vamos.

Laura: Me permites pasar primero al baño?

Yo: Obviamente, pasa.


Mientras ella entraba al baño, yo la esperaba en mi pieza, nervioso, pero ya tremendamente caliente, pensando en cómo abordarla para que no se sintiera incomoda, pero mis pensamientos cuando apareció después de pasar al baño. Y dijo “apareció” por fue eso, una aparición, como en las películas cuando se ve todo en cámara lenta. Vestida con una babydoll negro con trasparencias y una colaless que resaltaba en ese monumento que tiene por culo, de seguro se me desencajo la boca porque me preguntó, con ese acento que me volvía loco:


Laura: Que pasó, no te gusta como me veo?

Yo: Todo lo contrario, te ves perfecta


Fue decirle eso y abalanzarme sobre ella, a besarla suave y con mis manos recorrer todo su cuerpo, especialmente ese culo con el que había fantaseado.

Luego de desnudarme, acostarla en mi cama, seguir besándola y empezar a bajar para comerle su conchita, suave, depilada y la que se mojó con el contacto de mi boca y lengua. Empecé a comerla mientras la oía gemir y más loco me volvía, tuve que hacer esfuerzos por no correrme ahí mismo. La lamía, jugaba con su clítoris y besaba sus labios, ella apretaba el plumón y arqueaba su espalda mientras gemía, cada vez más fuerte y seguido, hasta que sentí que estaba pronta a acabar, por lo que intensifiqué mis lamidas, hasta que ella acabó. Fue en ese momento que me puse un preservativo, ella abrió sus piernas y comencé a penetrarla, al comienzo suavemente, porque estaba muy apretadita, lo que de nuevo me hizo esforzarme para no acabar, pero cuando ambos nos acostumbramos, subí el ritmo, ambos gemíamos y nos mirábamos fijamente, sin hablar, diciéndonos con la mirada que nos deseábamos y que estábamos disfrutando el momento, sus manos en mi espalda, ya desnuda, mientras yo tocaba y apretaba su culo y trataba de penetrarla lo más profundo que podía, pasados unos 10 min, donde iba jugando con el ritmo de la penetración, sentí que no podía aguantar más y diciéndole al oído “me corro, siente como acabo”, ella me dijo al mío “si vente para mí”, aceleré un poco las embestidas hasta que me corrí muchísimo, mientras imaginaba lo que hubiera sido poder correrme dentro de ella y que hubiera podido sentir mi semen inundando su conchita. Fue algo sublime, no podía creer que finalmente había estado con ella, nos miramos, nos volvimos a besar y dejamos de ser amantes para volver a ser amigos y reírnos ambos de que al fin nos habíamos sacado las ganas.


Luego de pasar ambos al baño, nos vestimos y nos encaminamos a la casa de Cristóbal, para seguir disfrutado, ahora del sol, de unas chelas y de la cara de placer de mi amigo cuando llegamos y le contamos como lo habíamos pasado. Hasta hoy somos amigos los 3, siempre bromeamos y jugamos de volver a repetirlo, pero ella sabe que muero por su cola y que me gustaría mucho enseñarle a disfrutar del placer del anal.


¡Espero que les haya gustado, nos vemos y ya saben, sus comentarios son bienvenidos, ambos son usuarios del portal y de seguro estarán esperando lo que dicen!

 

Como veo que andan tímidos, si llegamos a los 10 comentarios (despues de este obviamente) me autorizo la protagonista a subir algunas fotos de ella, asi que nada, a cumplir la meta!