En los cerros de Viña (época de universitario)

Una historia que se remonta en mi época de universitario en donde realice el intercambio de un semestre, de cambiar la universidad de Santiago e irme a Viña (bueno, en realidad tuve atados con una compañera de curso, con quien pololeaba y me pilló engañandola), así que opté por emigrar un semestre mientras las aguas se calmaban. En realidad no fue un intercambio como tal, si no que me retiré de mi carrera de la universidad en Santiago, me convalidaron la mayoría de las asignaturas en Viña y después no me las convalidan en su totalidad en Santiago al regresar, pero me daba lo mismo, ya que deseaba mantener el training de estudio, ya que si no seguía estudiando ese semestre, seguramente iba a dedicarme a trabajar y dejaría los estudios hasta alli.

Volviendo al tema, los primeros meses fueron tranquilos, por no tener muchas lucas, me quedé en una pieza de una mediagua de un campamento en los cerros de Viña que me la consiguió un amigo de allá.
A mi no me importaba quedarme alli, de hecho al contrario, me gustaba, ya que desde mi habitación tenía vista a los cerros, había tranquilidad y se respiraba aire marino. La media agua era humilde, era de madera, de 3 dormitorios. Y alli vivía la dueña de casa, quien era una mujer de 55 años que se ganaba la vida de colera en ferias de Viña y Valpo y su hija de 20 que trabajaba de cajera en un supermercado. Al ser tan humildes, las lucas que pagaba por quedarme alli eran muy bienvenidas. El único pero era que debíamos compartir un baño que era muy básico.

Como dije, los primeros meses pasaron muy piolas, con la hija casi ni hablábamos, pero con la dueña de casa había mucha química y me trataba como uno más de la familia. Esta mujer físicamente era alta, media como 1,70, de contextura gruesa, bastante tetona y con un rostro bastante golpeado por su vida (no usaba cremas) Era viuda hace como 10 años y sabía que de vez en cuando follaba con un feriano.

Todo cambió una tarde de domingo en donde jugaba el equipo local de Viña contra mi equipo de fútbol y ella era fanática de ese equipo (tenía los típicos banderines, poster en una pared y camiseta de fútbol) y aunque tuviera que andar buscando ofertas en el supermercado, no faltaba la suscripción al canal del fútbol en una Sony Triniton… Estamos hablando del 2005 aprox)

Como era día domingo, empezamos a ver el partido de nuestros equipos y como estábamos solos en la casa, empezamos a beber unas cervezas y a fumar, una cosa llevó a la otra y surgió una pequeña apuesta con la dueña de casa.

El trato era que yo tendría que lavar los platos durante una semana, cosa que me cargaba, si mi equipo perdía, mientras que si ella perdía, tendría que andar con la camiseta de mi equipo 2 días en la feria.
En un partido muy tenso, mi equipo terminó perdiendo 1 a cero al finalizar el primer tiempo. Ella se burló de mí hasta que se cansó. Y yo teniendo plena fe en mi equipo, aumenté la apuesta diciendo que estaba seguro de mi triunfo y que si yo perdía, lavaría los platos por un mes. Ahora si ella ganaba, la apuesta sería que ella tendría que andar toda una semana con la camiseta de mi equipo.

La apuesta quedó establecida y se nos vino encima el segundo tiempo. Mi equipo volvió con todo a la cancha y en menos de 10 minutos, consiguieron anotar un gol, el que celebré a todo grito delante de la dueña de casa. El partido continuó y a los minutos nuevamente mi equipo logró llegar al arco rival, anotando el 2 a 1.

A esta altura, ella se reía nerviosa, ya que veía perdida su apuesta. Trató de dejarla nula, pero no se la acepté, tristemente ella veía como el tiempo se acababa y que tendría que estar una semana con la camiseta de mi equipo, diciéndome que no podría ir a trabajar así, que dirían sus amigos etc, hasta que ya acorralada, viendo a su equipo perder sin opción, me dijo que no cumpliría su apuesta y me dijo que prefería correrme una paja antes de andar toda la semana con la camiseta.

Yo sé que lo dijo como broma, sin embargo, continué con la broma, diciéndole que no era mi tipo, pero que gustoso le recibiría la paja. Ya estaba por terminar el partido y mi equipo convirtió el tercer gol, dándome por ganador absoluto.

Ya con el partido ganado, Ayleen se tapaba la cara y se reía nerviosa, diciéndome que no sería capaz de andar la semana con la camiseta puesta. Le dije que trato son tratos y que por último tenía la otra alternativa.

Así que echándome hacia atrás en el viejo sillón, empecé a acariciar mi pene por sobre el pantalón de buzo, sacándole burla a ella, diciéndole que ahí la tenía o prefería que me quitara mi camiseta y que la usara.
Ya estaba todo dicho, termina el partido en donde mi equipo gana 3-1, ella había perdido y por lo tanto trató de cambiarme la apuesta por mil cosas, a las que obviamente rechacé. A las finales me dijo que cumpliría, pensando que se refería a usar la camiseta, me quité la camiseta para que se colocara y sorpresivamente me dice que esa no, que la otra apuesta. Me miró con tono desafiante, actuando muy segura pensando que yo me echaría para atrás. Sin embargo, con todas las cervezas que teníamos encima (ambos llevábamos como 4 latas de cervezas) en un segundo se me ocurrió que no sería mala idea (igual llevaba 3 meses a pura Manuela) y envalentonado con el alcohol, me eché hacia atrás del sillón, ofreciéndole que cumpliera su apuesta.

Ella se reía y pensando que yo estaba bromeando, se presentó un breve tira y afloja de comentarios, desafiandome a que sacara mi pene para cumplir su apuesta, hasta que me dijo que yo era pura boca y que de seguro no me atrevería, por lo que la apuesta quedaba en nada.

No sé de donde saque el valor, pero como andaba con buzo, me levanté un poco del sillón y me bajé el pantalón con el boxer, dejando mi pene expuesto ante los ojos de esta veterana, la que abrió unos tremendos ojos y corrió la mirada al ver mi acción y me trató de degenerado.

Ahora yo desafiandola, le dije que era ella la que era pura boca, que a mí me daba lo mismo cual de las apuestas quería pagar, pero que si o si tendría que hacerlo. En un ataque de risa de su parte, me dijo que era un depravado, que nunca pensó que yo lo haría y que ni loca cumpliría ninguna de las dos. Alli le dije que era pura boca, (guardándose nuevamente mi pene) y la traté de mujer de poca palabra, típico de los de su equipo, hasta le dije que me iría de esa casa. Creo que esto último no le gustó, así que se sienta a mi lado y me dice que cumpliría su apuesta.

Nuevamente saqué mi pene, el cual estaba bastante erecto, causándole risa, mirando hacia otro lado, pero estirando su mano, me lo agarra, diciéndome que termináramos de una vez por toda la apuesta. Me comenzó a correr una paja fuerte repitiéndome que era un degenerado y mirando hacia otro lado, mientras yo no daba crédito a lo que estaba pasando, sentado en el sofá, con esta vieja corriéndose una paja. En un minuto mi pico había alcanzado un tamaño bastante apreciable y le decía a ella que me retractaba de mis palabras, que era una mujer de palabra. Un minuto más y ella me lo suelta, diciéndome que ya era suficiente, que había cumplido con su parte.

Pero yo no me di por satisfecho, diciéndole que no era justo, que la otra apuesta era de una semana y esta apenas había durado dos minutos. Me dijo que más quería, insultándome, diciéndome que era un degenerado y yo riéndome le dije que los tratos son tratos y pensándolo un poco volvió a agarrar mi pene, moviéndolo con más fuerza aún.

Le dije que la idea era que me hiciera disfrutar, a lo que ella me respondió que eso no era parte del trato. Le dije que sí, pero que era una apuesta entre los dos y que ahí quedaría todo. Que no le podía negar que jamás pensé que lo haría, pero que estando así, la verdad se sentía muy bien. Ella de a poco fue cambiando su actitud desafiante y se quedó más callada y comenzó a mirar lo que tenía en su mano.

- Eres un caliente de mierda, mira como se te está poniendo

- ¿Y qué quiere? .. se siente rico su mano

- Ufff … quien me manda apostar

- Mmmm que rico lo hace

-Mira como se te colocó, que terrible. Acaso nadie te atiende?

-No, llevo varios meses sin nada y no me viene mal una mano de ayuda

- Caliente de mierda

Ya en ese momento, ya estaba pensando en ir un poco más allá de la paja y pasar a que me la chupe o a metérsela.

-Mmmm que rico…

- ¿De verdad estás disfrutando?

- Pero claro … era que no

-¿Ya? , ¿estamos listos?

- No … un ratito mas…

- Degenerado … no se te vaya a ocurrir acabar

- Tranquila amor , tengo aguante…

- Me imagino… ya cortémonos la, que yo también me estoy calentando

- ¿Si? ..

- Y que quieres, si no soy de fierro y hace tanto que no tenia una en la mano

- Mmm ¿y por que no le da un besito?

- Ufff .. mierda, me encantaría.

- Vamos … dele un besito … si esto muere aca

- No se ..mmm lo esta pensando …

Sorpresivamente ella no se aguantó más y agacho la cabeza, metiéndose todo mi misil en la boca. De ahí todo cambió, las cosas se habían salido de control, ambos estábamos calientes y ella realmente comenzó a disfrutar lo que estaba haciéndome, dándome una chupada exquisita. Yo me comencé a quejar, pidiéndole más y más, hasta que, sin fingir más, se arrodilló en el piso y me dio una chupada mucho más fuerte aun.

Yo la tomé de la cabeza y la movía al compás de su mamada, hasta que me di cuenta que una de sus manos se había metido bajo el vestido y se estaba tocando. Al darme cuenta de esto, sabía que pasaría algo mas, asi que le dije que ya no me aguantaba más y que me dejara metérsela.

Para mi sorpresa, ella me dijo de inmediato que sí, pero algo rápido para sacarse la calentura y parándose, rápidamente se quitó los calzones por debajo de su vestido. En unos cuantos segundos, ya la tenía sentándose de frente sobre mí, agarrándome el pene y metiéndoselo en su peluda concha.

No lo podía creer, tenia a la dueña de casa sentada sobre mí, bajando enterrándose mi pico hasta el fondo, para volver a subir y bajar, aumentando de inmediato sus movimientos, con sus tetas chocándome la cara, gimiendo como loca, mientras mis manos le agarraban por primera vez el culo que se gastaba, mientras se enterraba toda mi virilidad.

Estábamos enfermos de calientes y sin perder tiempo le subí el vestido hasta quitarselo y la dejé con las tetas al aire y comencé a chupar sus tetas con todas mis fuerzas, mientras ella gemía y gemía, yo estaba gozando al sentir su concha estaba completamente mojada y deleitándome con sus grandes tetas que golpeaban mi rostro. Intente convencerla de irnos a la pieza, pero no quiso, era demasiado caliente el momento, tampoco quiso cambiar de posición, ya quería hacerlo rápido para evitar que nos pillara su hija que debería llegar dentro de la próxima hora, pero de todas formas disfrutamos como locos

Y a los minutos me avisó que estaba por correrse, así que aceleramos el ritmo de las penetraciones, el orgasmo de ella se venía, llenando el cuarto de quejidos, hasta que empieza a convulsionar diciéndome que se corría.

- Ahhhhhhhhhh... voy acabar, voy acabar, conshesumare que rico, ahi voy acabar .. ahhhh

- Ohhhhhhhhh aguantese un poquito para que duremos más …

- Ahhhhhhhhhh, no... dale luego... Ahhh... no lo puedo creer... ahhhhhhhh… me vas a mandar cortada!!

- Un rato más …

- No, ahora... ahora, sigue no pares mierda...ahora viene!!!

- Dele puta!!...mójeme el pico!!

- Ahhhhhhhhh Y tú échame tus mocos, échame tus mocos dentro de mi zorra ahhhh

- Ufffffffff… me va hacer acabar a mi también

- Ahhhhhhhhhh ya!!! ahora... ahora… dámelos... dámelos!!!! ... me corro!!! ... me corrooooooooooo ¡!!

- Toma, toma!!!!

- Ahhhhhhh me estoy corriendo.. estoy acabando conshesumare... ahhhhhh me estas mandando cortada... que rica wea esto...

-Yo igual, toma mis mocos... ahhhgggg

- Ahhhhhhhhhhhhh

Nuestros gemidos se escucharon por toda la casa, mientras Ayleen me ahogaba con sus tetas apretándome la cabeza, seguia enterrándose todo mi pene en su concha y estaba temblando de placer, casi llorando de gusto. Había sido un monstruoso orgasmo corto, pero muy caliente. Asi me mantuvo un par de minutos, hasta que mi pico salio dentro suyo y al hacerlo, un chorro de semen escurrío de su concha, manchando el piso y el sillón. De eso se bajó y se quedó a mi lado nada sexy, con sus piernas gordas abiertas y toda su concha peluda al aire, pero llena de semen por todos lados. Yo estaba aun con mi pene aun tieso, tratando de asimilar lo que había pasado mirándole las tetas y la concha de la dueña de casa.

- Que locura

- Ufff. … si … realmente una locura

- Hace años que no me corría así

-Estuvo muy buen corto, pero bueno

-No puedo creer que hayamos hecho esto?

- Tranquila, ya lo hecho , hecho esta …

- Si, ya está hecho. Qué le vamos a ser?

- Que estaba bueno y teniamos ganas ¿eh?

- Ja ja... caliente de mierda

- Ja ja yo? .. y tú?

- Otra caliente más .. ja ja … bueno demas esta decirte que de esto ni una palabra a nadie

- Como se te ocurre …

- No, pero a nadie a nadie .. me lo tienes que jurar …

- Tranquila amor, esto muere acá

- Eso sí, acá muere .. nunca más …

- ¿Tan malo estuvo?

- No, al contrario... muy bueno. Por lo mismo, hasta acá nomás... ya nada más de apuestas y nunca más vuelvo a apostar.

- Ja ja , cámbiate de equipo mejor

-Ja ja

Ya recobrando un poco la cordura, ordenamos todo el desastre que habíamos dejado. Ordenamos la mesa, aspiramos la alfombra llena de cenizas y echamos limpiador con olor en el piso (para disimular el olor) y luego preferí salir a dar una vuelta y asumir lo que había hecho. La verdad la cacha con Ayleen había estado muy buena y seguramente esa mujer tendría más sorpresas ocultas que tenía ganas de descubrir. A pesar del juramento que ella había hecho, yo no estaba dispuesto a dejar esto nuevo que había encontrado, tener a una milf caliente en este techo era ideal. A contar de ese momento comenzaron las insinuaciones en la casa, me empecé a pasear en la casa en boxer, otras veces ella se bañaba con la puerta del baño abierta y asi, hasta que volvimos a follar en reiteradas ocaciones, a veces nos limitabamos con una chupada de pico o de sus tetas y otras estabamos horas en su cama... hasta que llegó el momento de irme de regreso a Santiago y a modo de despedida nos dimos una sesión de placer en un motel del camino internacional.