Mi asistente casada, pero insatisfecha

Continuando mis historias en mi trabajo (ya conté recientemente una historia con mi asistente, quien en el pasado habia sido mi polola.. y hace un tiempo subi la historia con la jefa de otra area de la empresa) y es tiempo de contar otra historia con otra asistente, la cual sucedio a fines del año pasado.

La protagonista se llama Maria José de 30 años, una mujer joven, casada y con hijos. Al postular al trabajo, la entrevistó la jefa de RRHH y luego en la segunda entrevista quién iba a ser su jefatura (a quien acompañé, ya que tendría relación con mi departamento) y alli aproveché para conocerla. Físicamente mide 1.65, un poco gordita y dueña de unas tetas bastante grandes. Su cabello era largo, liso y tez blanca, en resumen bastante bonita, no hermosa, pero si linda. Una vez contratada ( a inicios del año pasado), me llamó la atención que siempre se vestía bastante sobria (como si fuera evangélica) y como si fuera una mujer mayor. De un inicio me di cuenta que era una mujer de ideas muy conservadoras, partiendo que se casó muy joven (con veinte años con su primer y único pololo), con quien a los dos años de matrimonio tuvo su primer hijo, el cual se convirtió en el centro de su universo, hasta que cinco años después tuvo un segundo hijo, en este caso una niña. Todo su mundo eran sus hijos por los que se desvivía, ejemplo de esto era que solo había quedado con 4to medio y hasta hace 2 años optó por trabajar, ya que estaba encerrada en su casa. Al no tener experiencia laboral, empezó a trabajar en la empresa como asistente administrativa. Ella debía ir a diario a mi oficina a entregar informes de facturación y ventas y de a poco nuestra relación dentro de la empresa fue creciendo y al tiempo pasó a mi departamento, ya que se generó una vacante como asistente. Como trabajadora era buena (no tanto como Verónica, mi ex) y a pesar de ser subalterna, casi a diario tomábamos un café un las mañanas (con el argumento de planificar el dia a dia, aunque era para hacer un poco de vida social) y algunas veces íbamos a almorzar juntos, ya que en mi area trato de inculcar el compañerismo entre todos.

Y así fue pasando él tiempo, hasta que un día la encontré muy triste, le pregunté el motivo y no quiso hablar del tema, pasaron los días y seguía igual, le insistí y me dijo que me lo contaría más tarde. Finalmente un miércoles, antes de salir de la oficina, llegó a mi oficina, me consultó si tenía un rato para conversar y le dije que sí. Allí cerramos la puerta de la oficina, le pasé unas carpetas para que si alguien pasaba por fuera de mi oficina pensara que hablábamos de pega y al servirle un café, se sinceró conmigo, me dijo que tenía problemas con su marido y por lo que me decía me daba la impresión que a medida que pasaban los días las cosas iban a peor.

Allí me confeso que su marido prácticamente no la tocaba desde su ultimo embarazo y me extrañó esta confesión porque con ella nunca habíamos hablado de sexo (a lo más hablábamos un poco de nuestras parejas y mucho de trabajo) Preguntándole, me reconoció que en ese momento hace más de dos meses que no lo hacían y que estaba casi segura que tenía una amante. Le pregunté cómo lo sabía y me dijo que antes lo hacían prácticamente todas las noches, cuando nació su primer hijo ya con menos frecuencia y cuando nació su segunda hija ya lo hacían un par de veces por semana y desde hace un año hasta ahora casi no tenían relaciones y ella no creía que él pudiese aguantar tanto tiempo así y me preguntaba qué tenía que hacer para poder recuperarlo. Le dije que si el problema lo tenían solo en la cama tendría que solucionarlo allí, que a lo mejor él no se sentía satisfecho o habían caído en la monotonía. Le comenté que quizás convendría que invirtiera en ropa interior sexy (babydoll, encajes) y que trabajara en ser más sensual en la cama y esas cosas. Notaba la inexperiencia de ella, ya que no sabía por dónde empezar, así que desde mi celular le mostré el instagram de una amiga que tiene un sexshop y empezamos a ver los artículos publicados y alli le encargué un babydoll y un disfraz de enfermera. Me daba cuenta que se puso roja al ver artículos publicitados y quedó sorprendida al ver la cantidad y variedades de consoladores y con vergüenza me pidió si le podía comprar uno para probarlo y le dije que si. Allí se transfirió el monto de la ropa y le dije que el vibrador se lo regalaba, ya que me interesaba verla bien. Como la dueña del sexshop vive en mi edificio, le dije que pasaría a buscar las cosas a la tarde y que mañana le llevaría esa compra a la oficina. Al día siguiente, le entregué las cosas y a modo de broma le dije que le quedaría super la ropa y en tono de broma le dije que me mandara unas fotos de como le quedaba todo y para mi sorpresa en la noche me llega al whatsapp unas fotos de ella... realmente se veía rica y si la viera me la follo en el acto.

Esa noche me di su buena paja viendo sus fotos e imaginaba que en esos momentos estaba follando con su marido y al día siguiente le agradezco las fotos y me dice que solo lo hicieron una vez y de manera corta. En ese momento pensé en la forma de llevármela a la cama, pero me di cuenta que ella siempre había sido muy mojigata y su inexperiencia le jugaba en contra. Le dije que quizás convendría organizar una arrancada a la playa sola con su marido y le dije que la podría ayudar a buscar un departamento al frente de la playa, hasta que le dije que un amigo tenía un departamento en Viña y que se podría quedar allí. Dije que le daría dos días libres y que ella se encargará de coordinar las cosas para que su madre se quedara con sus hijos y que su marido fuera a Viña, hasta que llegó ese viaje y se fueron de viaje.

Pasaron los días y al regresar (pensando que habían follado como cuando estaban recién casados) me dice que lo hicieron solo un par de veces y que su esposo se había emborrachado casi todas las noches. Y que con suerte habían ido a la playa un par de días. Me daba cuenta que estaba muy decepcionada, según ella no se sentía mina y que no se sentía capaz de seducir a un hombre. Allí le dije (a modo de subirle el ánimo) que era guapa y muy sexy y que ningún hombre se podría contener de estar con ella (igual fue una exageración, ya que a pesar de tener sus buenas curvas, el modo de vestir de ella no la hacia muy atractiva al ojo de un hombre) y allí tomé valor y de manera diplomática le dije que las fotos de otro día me prendieron muchísimo y ella se sorprendió y se puso muy roja. A contar de ese momento, me di cuenta que la posibilidad de follarla estaba, así que mi forma a dirigirme a ella (a solas) cambió comenzamos a coquetear, llegando al momento de estar solos en mi oficina y hablar de sexo y me preguntaba muchas cosas de sexo, diciendo que su situación de pareja no mejoraba.

Pasaron unas semanas y me dice que su marido había tenido que ir a Concepción por una semana por trabajo, decidí pasar al ataque y la convencí de salir a la salida de la oficina con la idea de seducirla en esa salida, así que le di permiso de salir un poco más temprano, para que le dijera a su madre que cuidara a sus hijos y al cabo de unas horas nos encontramos en la entrada de un restaurante de Providencia y después de comer, pedimos un par de tragos y ella estaba ya algo alegre y yo aprovechaba cualquier ocasión para rozar sus pechos y ver su escote (si bien no tenía un gran escote, lo que mostraba dejaba harto a la imaginación) y antes de que se emborracharse le dije que nos fuéramos (igual me tenía caliente, pero me la debía jugar ahora, ya que me la quería llevar a la cama).

Después de dudar unos instantes, aceptó irse, así que solicité la cuenta y comenzamos a irnos, pero antes de salir del restaurante decidí pasar al ataque y me lancé a besarla en la boca, pero ella no solo lo acepto, si no que respondió con pasión aquel beso. Tras ese beso, entramos a mi auto y continuamos besándonos y le propuse que nos quedáramos juntos y me dice que su mamá estaba cuidando a sus hijos, a lo cual le dije que llamara y que le dijera a su madre que se iba a quedar afuera y al final llama a su mamá y quedan en que iba a legar un poco más tarde de lo conversado. Así que manejé un poco, llegué a un estacionamiento de av. Providencia y nos fuimos a un motel por el sector de Los Leones (no era lo ideal, pero como estábamos calientes, no aguantaríamos en llegar a mi departamento u otro motel más lejano). Al llegar al estacionamiento, nos besamos como dos pololos calientes, nos acariciamos mucho, le tocaba sus tetas, hasta que nos bajamos del auto y de la mano caminamos un par de cuadras y a eso de las 9pm estábamos entrando al motel.

Entramos a la habitación y entre besos nuestra ropa comenzó a irse... primero yo, que quedé rápidamente en bóxer, pero notaba un poco de resistencia a ella a desnudarse, ya que cuando comencé a desabotonar su blusa me dijo que le daba vergüenza, que no andaba con ropa interior sexy (lo cual era cierto, ya que andaba con ropa interior deportiva, un sostén grande y un calzón bastante grande), pero la tranquilicé diciéndole que no se preocupara de eso, de que ella tenía un cuerpo precioso y tras esas palabras la bese y de a poco empecé a desnudarla.. primero le quite la blusa, luego su pantalón y de allí el sostén, en donde rápidamente entraron en escena sus tetas, las cuales eran muy grandes, muy blancas, con una aureolas como de moneda de 500 pesos y un pezón grande, el cual al estar erecto era del tamaño de un poroto. Sus tetas estaban bien formadas, pero ligeramente caídas por su maternidad. Así la hice que se tumbase en la cama, me quité el bóxer y me tumbé a su lado, empecé por acariciar y chupar sus pechos y fui bajando hacía su vientre hasta llegar a sus calzones y acaricié su entrepierna y sentía que su respiración iba en aumento mostrando su excitación y empecé a acariciar su concha por sobre el calzón, estaba húmeda, así que lo corrí un poco y no me costo introducir un dedo en su conchita. Ella permanecía quieta, solo abrió un poco las piernas para facilitar mis maniobras, no tardó nada en empezar a gemir, proseguí manipulando su sexo, jugaba con sus labios vaginales, presionaba su clítoris, introduje un segundo dedo en su interior y empecé a moverlos como si la follase, sus gemidos eran mas intensos y no tardo nada en llegar a su primer orgasmo. No sabia si era debido a la excitación de la situación o por la abstinencia a la que estaba sometida, pero la dejé descansar unos minutos.

Tras ese primer orgasmo, me confeso que su marido se limitaba a acariciar sus pechos y luego subirse encima para penetrarla, le dije que esa noche iba a ser muy distinta que estaba dispuesto a hacerle disfrutar de todas las formas posibles, empecé a besarla primero en la boca para luego bajar a su cuello y de ahí a los pechos, los lamí enteros entreteniéndome en sus pezones, vi que reaccionaba de una forma exagerada a los pequeños mordiscos que le daba, así que seguí bajando hacia su sexo, empecé a bajarle sus calzones y observé su conchita al descubierto, ligeramente cubierta con unos pocos vellos, se veía perfectamente los labios vaginales y me lancé a lamerlos. Allí los chupaba, mordisqueaba y penetraba en ellos con mi lengua y ella estaba súper caliente, me tomaba de la cabeza como queriendo apretarme contra su concha, no tardó en correrse de nuevo, pero esta vez seguí comiéndole la vagina, cuando me decía que no podía más capturé su clítoris con mi boca y chupé con fuerza provocando que arquease su cuerpo al tiempo que tenía un orgasmo brutal, gritaba como una condenada, hasta el punto que tuve que taparle la boca por temor a que pensarán que la estaba torturando en la pieza, así que cuando se relajó liberé su clítoris y me tumbé a su lado acariciando su cuerpo mientras ella se relajaba.

Fui a buscar algo para beber, nos relajamos un poco, sobre todo ella. Ya más tranquila empezó a acariciar mi cuerpo, tomó mi pene y empezó a masturbarme mientras besaba mi pecho y restregaba su cuerpo contra el mío. Dejé que me masturbara unos minutos, hasta que le pedí que me lo chupara, me dijo que no sabía cómo, ya que hace mucho tiempo que no lo hacía, así que pacientemente le indique como hacerlo, se colocó a cuatro patas encima mío y empezó a chupar mi pene, primero muy torpemente pero luego gracias a mis indicaciones con más habilidad. Después de un rato, ya me lo hacia con ansias y yo tuve que hacer esfuerzos para no correrme, finalmente ya no podía aguantar mas, así que le avisé pero ella solo se separó lo suficiente para decirme que quería que lo hiciese en su boca, así lo hice descargando toda mi leche en el interior de su boca, ella no solo lo aceptó sino que se la trago hasta la última gota, siguió lamiendo mi pene hasta dejarlo limpio. Me dejó descansar unos minutos, pero gracias a su masturbación y chupadas (además que prendí la tv y puse el canal Venus) volví a tener una erección rápidamente, así que cuando me vio con mi pene erecto, me pidió que la penetrara, así que me tendí en la cama de espalda y ella se sube sobre mi y no costó lo más mínimo que mi pene entrara en su cuerpo, ya que estaba enormemente dilatada y a los segundos de tenerla sobre mi y con facilidad le conseguí otro orgasmo sin tener que hacer yo el más mínimo esfuerzo por aguantar. Me siguió montando por un buen rato y yo disfrutaba ver sus grandes tetas moverse al ritmo de sus cabalgadas. Después me sorprendió pidiéndome que la penetrara por el culo, la verdad es que tenía unas ganas enormes de hacerlo pero me sorprendió que ella me lo pidiese.

Se puso en cuatro y yo tras ella veía su culo bien grande y para preparar la penetación, empecé por acariciarlo y poco a poco empecé a introducir un dedo en su culo y allí me pidió que tuviese mucho cuidado pues nunca nadie había hurgado en esa zona, así lo hice y al paso de unos minutos conseguí introducir un segundo dedo, pero noté su gesto de dolor, así que empecé jugar con su clítoris al mismo tiempo y eso dio resultado pues empezó a relajarse y mis dedos se movían en su interior con relativa facilidad, pero evidentemente mi pene es un poco ancho (quizás debía meter un tercer dedo en su culo para dilatarlo más), pero decidí probar suerte, le coloque las almohadas debajo de su vientre para que sus nalgas quedaran más levantadas y así facilitar la maniobra, pasé mi pene por la entrada de su vagina para humedecerlo y apoyé mi pene en la entrada de su ano, empecé a apretar con suavidad pero con firmeza y conseguí introducir la punta de mi pene en su culo, esperé unos instantes antes de proseguir y seguí penetrando en su interior, costaba pero lo iba consiguiendo, mientras ella misma llevo su mano derecha a su concha y empezó a masturbarse, parecía que mi pene se iba a reventar de la presión que ejercía su culo sobre mi pene, hasta que finalmente con un empujón fuerte conseguí introducir todo mi pene dentro de ella, dando María José un grito de dolor que se habrá escuchado en todo el motel. Así sentía como mis huevos chocaban con sus nalgas y mi pene se deslizaba por su estrecho agujero. Al verla gritar de dolor, le pregunté si quería que sacara mi pene, pero me pidió que siguiese hasta correrme en su interior, así que agarré sus caderas y empecé a manejar el ritmo de la penetración, hasta que descargue toda mi leche en su culo y cuando saqué mi pene de su culo, pude ver como se cerraba su agujero expulsando parte de mi leche, me dejo descansar un rato, pero no tardó en ir a buscar una toalla y empezó a limpiar mis partes, eso hizo que recuperara algo de vigor, pero no era suficiente para proseguir una penetración, así que me pidió que me pusiera de pie y ella de rodillas empezó a darme una exquisita paja rusa que alternaba con chupadas y así en pocos minutos tuve mi pene totalmente erecto.

Una vez repuesto fue ella misma quien se colocó nuevamente encima mío y empezó a cabalgarme, era increíble que aquella mujer que siempre había visto tan cartucha y que hacía unos minutos me había reconocido que hace mucho que no había chupado un pene, ahora estuviese tan descontrolada. Estábamos follando de forma increíble, veía como sus tetas saltaban arriba y abajo al ritmo de la penetración y no tardo demasiado en correrse de nuevo, entonces la coloque a cuatro patas y la follé desde atrás por su concha, hasta no poder mas y volví a soltar un chorro de leche en su concha, tras lo cual caímos agotados em la cama, ya que ella se había corrido al menos cuatro veces, no se si alguna mas porque en ocasiones sus orgasmos eran larguísimos.

Nos quedamos abrazados uno al lado del otro, de pronto miro el celular y eran las 23:30hrs, así que nos dimos una rica ducha y nos fuimos, en donde luego la dejé en su casa, no sin antes decirle que le daba el día libre. Por la mañana me manda al whatsapp unas fotos con el disfraz de enfermera, ya que (según ella nunca lo había usado con su esposo) y me dice que estaba deseosa de más, así que ese día salí de la oficina a las 16hrs y fui a buscarla para tener una sesión de sexo sin preocuparme mucho de la hora y desde entonces seguimos teniendo sesiones de sexo cada vez que podemos. A ella no le importa que su marido tenga aventuras o no, cuando él quiere hacer el amor con ella, pero su desahogo sexual lo tiene conmigo.