El Museo Vrolik

En Ámsterdam encontramos un sinfín de museos interesantes; otra cosa no, pero museos, aquí, hay hasta decir basta. No obstante, si nos apetece visitar algo un poco diferente, un museo con estudios científicos y tintes tétricos, sin lugar a dudas el museo Vrolik es nuestra opción.

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Posiblemente sea uno de los museos más raros de Holanda, un lugar que parece sacado de una película de terror; y es que en este museo encontramos la mayor colección de deformidades humanas que podamos imaginar.

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El peculiar museo cuenta con una gran colección de especímenes con deformidades, desde embriones anómalos, huesos extraños, cráneos humanos con deformaciones y otras anomalías anatómicas. Todos ellos perfectamente conservados.

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La colección comenzó siendo una colección privada de Gerardus Vrolik y su hijo Willerm Vrolik, ambos profesores de anatomía en el Athenaeum Ilustre, predecesor de la Universidad de Ámsterdam.

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La pasión de padre e hijo por las deformaciones era más que evidente. Pasaron así años coleccionando lo que muchos entendían por monstruosidades. Pero además, su pasión se trasladó también a numerosas obras, como la escrita por Willem sobre deformidades. Todo ello dio lugar a unos 5.000 especímenes que hoy por hoy podemos visitar en este extraño museo.

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Una pasión que dio como resultado una compleja colección científica que pone los pelos de punta hasta la persona más valiente; y es que esto de las deformaciones sigue siendo un tema que sobrecoge enormemente, más cuando vemos cuerpos de fetos y bebés metidos en tarros de formol.

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La colección fue adquirida por la ciudad de Ámsterdam allá por 1869. Fue abierta al público y desde entonces ha sido uno de los museos más raros de la ciudad, siendo visitado por miles de turistas y curiosos al año; y es que lo cierto es que el museo llama muchísimo la atención de los turistas que buscan algo diferente para hacer en la ciudad.

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Está situado a unos 25 minutos del centro, pudiendo así acceder sin problemas a través del transporte público o en un relajante paseo en bicicleta. No obstante, conviene tener en cuenta que se trata de un museo que a priori puede impresionar. Así pues, si viajamos con niños, quizá no sea del todo recomendable visitarlo con ellos.

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