Retomando las Aventuras de Julieta + regalo

Retomando Relatos de Julieta el 3°

Estaba desaparecido de los relatos, así que espero poder retomar con estas aventuras de mi mujer, que en lo personal me fascinan.

Retomaré con esta aventura de Julieta, ya por sus 20 años, se mantenía en su relación tormentosa por los engaños que sufrió, pero que a la vez le abrieron los ojos, y comenzó a ver diferente la vida, su relación, a los hombres, pero por sobre todo a Ella, a darse cuenta de lo que era capaz, de darse cuenta lo atractiva que era-es.

Como ya era costumbre el pololo de Julieta, viajaba regularmente, dejando sola por bastante tiempo a mi musa, un día, corrijo, más bien una noche, Julieta acudió al departamento de su pololo a buscar algunas cosas, ropa, cosas que no vienen al caso. Lo que si viene al caso es que en el departamento de al lado, tenían un carrete algunos compañeros de trabajo de su pololo, que al oír la puerta de al lado, se asomaron, viendo que estaba Julieta. No dudaron en invitarla a carretear un rato, ya que estaba ahí y que la conocían con anterioridad, por ser polola de su colega.

En este carrete había 4 hombres (dos cuarentones, un treintón, y un veinteañero), y 2 Mujeres más, los cuales compartían con música y alcohol.

Julieta aceptó ir un ratito al carrete, al entrar y pasado un rato, comenzó a percibir, que los hombres le prestaban más atención, más amables, y de cierta manera afilando los colmillos con Julieta, (al parecer no se respetaba muchos los códigos de amistad por esos lados).

Transcurrida la noche y alcohol, las mujeres que estaban, se fueron, se aburrieron tal vez, poca atención, en fin, se fueron. A Julieta no le importó, ya que se quedó compartiendo y bebiendo junto a los compañeros de su pololo. Ya muy avanzada la noche el alcohol ya hacia estragos en todos, incluidos Julieta, quien ya se mostraba mas desinhibida, riendo y respondiendo con picardía al juego de seducción que cada uno de los ahí presentes intentaba con ella.

Acá hare un paréntesis, ya que Julieta me confiesa, que en esos momentos ella se sentía muy encendida, atractiva, sexy, ya que los 4 hombres intentaban ganar su atención, con diferentes estrategias, y me confiesa que si ellos se hubieran coordinado, o más bien trabajado en equipo, esta historia hubiese terminado en un GangBang o algo muy similar, pero no fue así, ya que cada uno tiró agua para su propio remolino, tomando otro curso la historia.

Había un Par que llevaba la delantera en el Juego de Seducción y adulación, y que atraían a Julieta por su físico y personalidad, me refiero a uno de los cuarentones y al veinteañero, ellos rápidamente se fueron ganando la atención y deseos de Julieta, a esta altura podría ser cualquiera, pero ellos 2 parecían más insistentes, además debo mencionar que el otro cuarentón perdía la batalla y se dormía ebrio apoyado en la mesa, y el treintón al ser más nuevo, no tenía la suficiente confianza así que se mantenía un poco más atrás en esta danza de seducción.

Luego de miradas, indirectas, palos, etc. Julieta y el veinteañero, parecían ser la pareja folladora de la noche, y ella se pone de pie y dice “me dio sueño” me voy a dormir al departamento de mi pololo, y el veinteañero rápidamente se pone de pie y dice “yo te acompaño, tengo unas cosas allá también”, el cuarentón y el treintón no estuvieron muy de acuerdo, y le insistían que no, que durmiera en ese departamento, que habían habitaciones de sobra, pero Julieta de pie y el veinteañero en el pasillo, les dijo que no que así estaba bien, y se fueron.

Así que tras cerrar la puerta del departamento, instantáneamente se miraron y se amarraron en un beso apasionado, contenido, caliente, borracho y desinhibido, tragándose el uno al otro desesperadamente. Junto a la pared en el living, Julieta fue aprisionada, besándola con pasión el veinteañero, abrazándola, tocando su culo con desesperación, Julieta por su parte comenzó a buscar su pico, el que ya estaba duro, y comenzó a masajearlo y pajear con ganas. A mi musa comenzaron a desabrocharle su jeans y tocaban su conchita por encima de su colaless, le movieron el calzón hacia el lado, y comenzaron a pasar sus dedos por su muy mojada conchita… Julieta estaba caliente. El Veinteañero se ponía de rodillas para saborear esa conchita. Cuando tocan la puerta, muy fuerte y con gritos desde el otro lado, eran los ebrios olvidados, que reclamaban que se haya ido Julieta, y que le pedían, más bien exigían que se fuera dormir al otro departamento, para “cuidarla” por ser polola de su amigo, así que Julieta y el veinteañero, comenzaron rápidamente a subirse la ropa y apagar los fuegos y disimular la cara de sexo que ya tenían. El escandalo afuera era grande ya que golpeaban con insistencia. Julieta abre la puerta con una picarona sonrisa, y pregunta que pasa, y el cuarentón y treintón se deshicieron en explicaciones, del porque no era bueno que durmiera sola, el veinteañero estaba tras la puerta escuchando como se le aguaba la fiesta.

Y así fue como Julieta se vio como la tomaban de la mano y la llevaban al otro departamento para “cuidarla”, le ofrecieron una habitación, le llevaron más frazadas y la dejaron ahí. Luego al ir quitándose la ropa escucho como increpaban al veinteañero mandándolo a su casa.

Como el alojamiento fue improvisado, no contaba con Pijama, así que se durmió en colaless, y la polera, al apoyar la cabeza en la almohada aún se sentía caliente, jugó un ratito con su conchita, hasta tener un rico orgasmo.

Cuando se disponía finalmente a cerrar los ojos, siente que se abre la puerta, pero no se movió, cerró los ojos haciéndose la dormida, y siente que entra el cuarentón, quien sigilosamente se pone de pie junto a ella, y le susurra si está todo bien, si necesita algo, Julieta haciéndose la dormida se gira, dándole la espalda, llevándose sin querer en este movimiento las cobijas dejando expuesta su colita y colaless. El cuarentón al verla así, se encendió aún más, sentándose junto a ella, tocándole el hombro y metiéndole conversa, Julieta se enderezo, para responderle, luego de unos minutos, el cuarentón seguía con sus masajes en los hombros de Julieta, empujando la sabana y cobertor para bajo, y ahí nota que Julieta tampoco tenía sostén, y tenía los pezones paraditos, al ver eso, el hombre se la jugó acercándose y dándole un beso en el cuello, Julieta lo esperaba, esa noche quería culiar sí o sí. Y en ese mismo instante comienzan a besarse calientemente, rápidamente Julieta estaba completamente desnuda sobre la cama, y el hombre también. Julieta se puso de rodillas en la cama para chuparle el pico, mientras el cuarentón le tocaba la colita y le metía los dedos en su conchita, Julieta disfruto este momento, refregándose el pico por su cara, lamiendo cocos con ganas. El cuarentón quería metérselo, así que la recostó, le subió las piernas y comenzó a penetrarla con frenesí, Julieta estaba caliente, pensaba para ella misma, “este pico está más grande”, así que gemía y se tapaba la boca para no gemir fuerte, ya que no sabía si el resto dormía. Cambiaron de posición y la pusieron en cuatro, separo muy bien sus piernas, y comenzaron a embestirla por su conchita, con ganas… en ese momento Julieta levanta la cabeza y se percata que la puerta está entre abierta, y distinguió perfectamente al treintón que miraba y se pajeaba con el espectáculo, Julieta sonrió, y siguió en lo suyo, pidiéndole al cuarentón que se lo metiera por el culo, y lo dijo fuerte, para que el que estaba fuera escuchara, el cuarentón obedeció inmediatamente, penetrándola por el culo, con ganas, hasta que broto de su pico abundante leche, que le lleno el culito a mi Julieta, quien cayo rendida en la cama.

Rápidamente se vistieron y Julieta observo como también el treintón se había ido de la puerta. Se sintió caliente, puta, pero sonrió para sí, porque la noche había sido más de lo que pensó cuando fue a buscar sus cosas al departamento. Trató de dormir pero no pudo, vio como amaneció, y comenzó a vestirse, salió de la habitación sin hacer ruido, y observo que seguía uno durmiendo en la mesa, muchas botellas, vasos y cigarros, el treintón en el sillón, y al otro no lo vio, y pensó que durante un momento de la noche se le paso por la cabeza de que pudieron disfrutar todos, pero las cosas tomaron otro rumbo. Salió sigilosamente del departamento, el sol ya alumbraba con fuerza, se vio caminando a su casa, sin remordimiento, satisfecha y aun con el culito lleno de leche

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