5 personajes históricos sádicos y aterradores

Si el mundo parece un lugar más violento y brutal en nuestros días, bueno, eso se debe a que tu profesor de historia se dedicó a esconder un montón de basura bajo el tapete. ¡Ah!, por supuesto, sabes que la historia está llena de guerras, opresiones y esa clase de cosas. Pero no hablamos de eso – hablamos de ciertas personas ricas y poderosas que hicieron cosas tan aterrorizantes que, si ya viste algo parecido en una película, probablemente creíste que el guionista tenía serios problemas mentales.

1 – Falaris, el tirano que asó personas vivas en una estatua hueca.
Falaris era tanto un líder como un tirano. Edificó su ciudad estado en un sitio próspero y bien acondicionado para criar a una familia. En teoría, eso hizo de sus dominios uno de los mejores sitios para vivir. En la práctica, la historia cambia un poco de forma. Se dice que de forma casi inmediata Falaris daba la cruel orden para asar a una persona viva en una cámara de tortura hecha de bronce con la forma de un toro.

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Falaris, el dictador de Agrigento, Sicilia entre los años de 570 y 554 a.C., es un claro ejemplo del dilema más antiguo de la humanidad: ¿podemos tolerar a un líder capaz, incluso si ese líder disfruta de esparcir una dosis de tortura sádica de vez en cuando?

Su método de tortura favorito era conocido como “el toro de bronce” (hoy se conoce como Toro de Falaris). Se trataba de una estatua hueca con la forma de un toro que fue hecha por un artista griego llamado Perilo. El toro tenía una puerta trampa instalada en el lomo, de forma que el condenado podía ser encerrado dentro de la estatua, que después era colocada encima de una hoguera. A medida que el metal se calentaba, el individuo prisionero en el interior se tostaba gradualmente hasta su muerte. También se cuenta que la boca del toro tenía un dispositivo acústico que convertía los gritos de la víctima en un sonido bajo y prolongado, parecido al mugido del animal.

Desafortunadamente, Perilo no imaginó la cantidad de locura y sadismo que había en el dictador cuando le entregó la terrible estatua, algo que terminó costándole muy caro. En el instante en que recibió su juguete para matar, Falaris exigió una demostración, para probar que funcionaba como afirmaba el artista. Entonces, el propio Perilo fue encerrado dentro de la estatua e inmortalizado como la primera persona en morir por el Toro de Falaris.

Afortunadamente, esta desagradable situación no duró mucho tiempo, y Falaris eventualmente descubrió que asar a sus ciudadanos tendría un costo terrible. El tirano terminó siendo derrocado por una inevitable revuelta popular y, según algunos historiadores, su sucesor no encontró un mejor castigo que quemar a Falaris en su propia creación.

2 – Tiberio, el emperador que disfrutaba de las ejecuciones.
El emperador Tiberio gobernó Roma antes que su sobrino-nieto, el famoso Calígula, tomará el trono. Como resultado, el tiempo que Tiberio pasó en el poder generalmente se ve opacado por el periodo que le siguió. Y, cuando menos, es injusto, porqué Tiberio fue un supervillano que se merecía un espacio mayor en las clases de historia (incluso solo por pura curiosidad y diversión).

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Con el fin de dar un merecido espacio a este terrible personaje, vamos a comenzar con lo mejor (o peor, queda a tu criterio) que salió de él: una técnica de tortura en la que fue pionero.

Tiberio ataba los miembros genitales de sus torturados con una cuerda, de forma que la persona no pudiera orinar. Entonces, los obligaba a beber grandes cantidades de vino, hasta que eventualmente la vejiga estallaba.

Y cualquiera podía convertirse en su enemigo. Cuando Tiberio se dio cuenta que sus nietos Nerón (No Nerón el emperador) y Druso estaban ganando popularidad, dio inicio a una campaña de difamación que culminó declarándolos enemigos del Estado. Según algunos historiadores, Tiberio comenzó a dejar en la ventana de Nerón cuerdas y un montón de ganchos aterradores, hasta que su nieto entendió el mensaje y terminó suicidándose para evitar la cruel tortura. Bueno, era eso, o una muerte por ejecución. De cualquier forma, se puede afirmar que Tiberio no era un candidato para abuelo del año.

La historia oficial es que tras una larga pena en prisión, Tiberio simplemente dejó de alimentarlo, hasta que se vio obligado a comer su propia cama para mantener a la muerte a raya durante unas cuantas horas más. Finalmente Nerón duró nueve días.

Si el sujeto era capaz de hacer esas cosas con su misma sangre, evidentemente nada lo detenía a la hora de aplicar su crueldad en otras personas. Según los historiadores, ni sus “amigos” más cercanos estaban seguros.

Cierta vez, Tiberio invitó a un amigo de Rodas para dar un paseo, pero se olvidó por completo de la invitación cuando el tipo apareció en la fecha y hora indicada. No siendo el tipo de hombre que se preocupaba por recordar rostros, la reacción de Tiberio fue confundir a su amigo con un informante cualquiera y… llevarlo a torturar.

Los actos de crueldad sin sentido eran su pasatiempo favorito.

Durante una de las visitas de Tiberio al campo, un humilde pescador tuvo la PÉSIMA idea de mostrar su aprecio al líder presentándole una gran carpa, recién pescada. El emperador respondió a la gentileza ordenándoles a sus guardias que atraparan al pobre hombre y le frotaran las afiladas escamas del pez en la cara. Quizá al emperador Tiberio nunca le enseñaron a decir un “Muchas Gracias” en la vida.

Cuando el pescador agredido comentó que estaba feliz por no haber ofrecido al emperador un cangrejo gigante que había pescado, rápidamente Tiberio ordenó a sus guardias que buscaran al dichoso cangrejo en la casa del hombre. Buena gente es poco.

3 – El rey Goujian de Yue que obligaba a su pueblo a cortar sus propias gargantas.

El rey Goujian era un estadista chino con, probablemente, la forma más ortodoxa de ganar batallas en la historia de las guerras: la victoria a través de sus propios hombres cortando sus gargantas frente al enemigo.

Espada del rey Goujian de Yue​

Entremos en contexto: cuando su padre murió, en el año 496 a.C., Goujian recibió como regalo una desagradable coronación, cuando el reino vecino de Wu estaba atacando la tierra de Yue. Yue sufrió la derrota y Goujian fue llevado a Wu, donde permaneció en cautiverio hasta que tuvo la edad suficiente para convencer al rey de Wu de su sumisión.

Eventualmente le autorizaron regresar a su tierra, lo que más tarde sería la peor cosa que el pueblo de Wu pudiera haber hecho. Goujian se pasó una década entera fortaleciendo a su ejército, elaborando pacientemente estrategias y esperando el momento adecuado para atacar. Cuando una hambruna inducida alcanzó a Wu, el rey Goujian también atacó.

Goujian llevó al campo de batalla diez años de anhelos de venganza que revoloteaban en su cabeza. Ya debes imaginar que a partir de aquí las cosas se pusieron un poco extrañas, como de hecho sucedió.

Previo a una batalla particularmente importante, los dos ejércitos hacían ese ritual donde se alinean uno frente al otro antes de partir al ataque y cortar en pedazos al rival. Pero los hombres de Goujian tenían una sorpresa: pusieron una línea de hombres desarmados al frente y, en determinado momento, los hombres sacaron un cuchillo, gritaron y se cortaron su propia garganta.

Había un cierto método tras toda esta locura. La idea era la siguiente: las tropas enemigas miraban atónitas los suicidios en masa, ya que lo que esperaban era una buena pelea, y ese sin duda es un elemento sorpresa. Entonces, se quedaron allí sin darse cuenta que el resto de las fuerzas de Goujian se colaba por atrás para aniquilarlos.

4 – El Papa Inocencio VIII que bebió la sangre de unos niños.

Este sujeto era más cruel que todos los vampiros de la saga de Crepúsculo juntos.

Pero antes de comenzar esta historia, se hace necesario hacer una advertencia: los registros históricos de ciertos periodos en la historia pueden resultar complicados. Muchas veces estos registros se escribieron o revisaron tiempo después de los acontecimientos que describen y, a veces, quienes hacen la revisión tienen algún tipo de interés en presentar los temas de esos registros de una forma más o menos dramática.

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No contamos con imágenes o videos de estas personas llevando a cabo dichas atrocidades, pero nuestro desconfiometro está bastante calibrado. Y todo lo que podemos hacer es alertarte sobre el hecho de que los registros históricos no siempre son 100% confiables. Dicho esto, nos encantaría hablar del cuento de un Papa que bebió la sangre de unos niños.

El Papa Inocencio VIII fue exactamente como uno se imagina a un líder religioso importante del siglo XVI, lo que significaba que pasaba sus días librando cruzadas, incentivando a la conversión forzada y arrojando la culpa de todos sus problemas al mundo de las brujas.

Durante sus últimos días, su salud comenzó a descomponerse misteriosamente. Esto era un problema, ya que la medicina de la época se resumía en aplicar “sanguijuelas y mercurio” para cualquier síntoma, y nadie parecía saber a qué tipo de enfermedad se enfrentaba el Papa.

Inocencio tenía fiebre alta, y entraba y salía de un estado de coma. Para los médicos, era cuestión de esperar hasta que pasara a mejor vida.

En un golpe de ironía, el médico personal del Papa, que era estrictamente anti hechicería, anti magia, y anti cualquier cosa que no fuera de Dios, tomó la decisión de ignorar las formas más comunes de tratamiento e intentar algo más “místico”: beber sangre humana. El médico tenía a disposición tres niños de diez años de edad, que fueron llevados al vaticano para servir como donadores.

Aparentemente, el buen médico nunca aprendió a hacer esto antes, pues extrajo tanta sangre de los niños que el procedimiento los mató a todos. La idea era que el Papa lo bebiera todo. Después del coctel de sangre, incluso surgieron rumores de un “Papa Vampiro”.

Inocencio VIII murió algunos días después, presumiblemente con un sabor horrible en la boca. A la humanidad le llevaría 100 años más descubrir que esas cosas funcionan mejor cuando la sangre pasa por el torrente sanguíneo del paciente. Viviendo y aprendiendo.

5 – James Jameson alimentó caníbales con una niña inocente.

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James Jameson era un joven heredero de la fortuna de la compañía Jameson Irish Whiskey de finales del siglo XIX, antes del movimiento de prohibición de los Estados Unidos que casi derrumbó el imperio de la familia. Las cosas iban muy bien para él, que gozaba de una estereotipada educación privilegiada – bebía tés extravagantes, viajaba bastante, cazaba por deporte y ese tipo de cosas – mientras esperaba que la pila gigante de dinero de su familia cayera de forma inevitable sobre él.

Mucho tiempo libre, como puedes imaginar. Cuando la mente está así de ociosa… generalmente empiezan a surgir las malas ideas. En el caso de James, decidió comprar una joven esclava y servirla como alimento para caníbales.

Pues sí. En la época, varios países imperialistas de Europa estaban luchando por pedazos de África con los que deseaban quedarse para oprimir, y miles de personas negras de todos los rincones del continente se reunían para luchar sus guerras.

James Jameson aprovechó la oportunidad para visitar el Congo, porque ser lo suficientemente rico significa que puedes deambular por zonas de guerra y aprovecharte de la miserable atmósfera de esos lugares, al mismo tiempo que se corre un riesgo mínimo. Hay gustos para todo.

Una noche, durante su estadía en una de esas zonas de guerra en el Congo, Jameson comenzó a preguntar sobre el canibalismo a su intérprete. Quedó fascinado con la idea, pero nunca vio que sucediera. Entonces, el intérprete terminó preguntando sobre el tema a los jefes locales, que estuvieron de acuerdo en mostrar a Jameson lo que era “comer personas”.

Solo que, en lugar de que las cosas sucedieran de la forma en que esperarías (Jameson sentado en un caldero gigante), las cosas tomaron un rumbo siniestro. Todo lo que Jameson tenía que hacer era comprar una persona para que los caníbales la comieran, y él tendría el espectáculo que tanto anhelaba.

El heredero rápidamente estuvo de acuerdo, y pagó un elevado precio para una inocente pequeña de 11 años de edad.

Después de comprarla, la entregó al grupo de locales, tomó su cuaderno y dibujó los eventos a medida que los caníbales apuñalaban y desmembraban a la pobre niña. Según algunas fuentes, Jameson incluso estuvo presente cuando prepararon y sirvieron sus restos mortales. En seguida, se retiró a su tienda y terminó su trabajo con acuarelas.

Sí, una niña perdió la vida por el siempre motivo de que un magnate del whiskey quería pinturas más realistas para colgar en su baño. A continuación, fue a su casa y heredó más dinero del que todos nosotros juntos jamás tendremos.