Información La estudiante en práctica

Recién salida de la U, me toca hacer práctica en una empresa constructora. Horario normal de lunes a viernes, visitas a terreno a alguna de las obras, la verdad entretenido para estar recién empezando. Me toca una jefa de unos 40 y tanto, muy segura y capaz, además de inteligente y, como si fuera poco, guapa. El resto de los que trabajan allí saben que es muy exigente, por lo que hasta creo percibir cierto temor a su presencia.

Como a mi me gusta trabajar bajo presión y tengo plena disponibilidad de horario, le caigo "en gracia" a mi nueva jefa. Esa confianza se traduce en que paulatinamente me asigna nuevas responsabilidades, propias casi de una trabajadora contratada y no de alumna en práctica.

Un día, me llama a su oficina y me dice "Necesito que hagas tu mejor esfuerzo y negocies la fabricación de este mobiliario en el menor plazo posible", luego de lo cual me muestra los planos y fotos de lo que tengo que realizar. Entiendo lo que tengo que realizar y pregunto "Tiene que decirme donde debo ir y con quien tengo que hablar", a lo cual me responde "Irás a una fábrica que queda en Quilicura, hablarás con el gerente, se llama Germán Riesco, es confiable en su trabajo y algo fresco en su forma de ser porque le encanta mirar demasiado a las mujeres.....(hace una pausa)...tú eres joven y bien parecida, no te va a despegar los ojos de encima"...me rio y le digo que se cuidarme...."Para negociar el plazo, tengo que ofrecer algún incentivo, no cree?"...."Haz lo que sea necesario" me responde y me cierra un ojo....."Lo que sea necesario?" pregunto...."LO QUE SEA NECESARIO", me reafirma...

Llego al lugar, termino de ponerme los zapatos de seguridad y el casco, me presento en el ingreso y unos trabajadores me reciben (y me observan con toda su atención). Pregunto por el gerente y me indican la oficina que está en un lado alejado de la fábrica. Golpeo la puerta y me recibe "el jefe" con algo de sorpresa. Nos miramos, nos saludamos "Hola" me dice "Hola" respondo "usted es Germán Riesco?"..."Si, ese soy yo" me dice mientras sus ojos me recorren entera, tal como me dijo mi jefa...

Con ese comienzo, saco "la foto" de la situación ... creo que no será tan complicado "hacer todo lo necesario" para cumplir el plazo.



"Mi nombre es Estefanía, vengo de la constructora que trabaja con ustedes, mi jefa me envió a pedirles un trabajo importante"......"Cuál es su jefa?" me pregunta..."la señora Alejandra" respondo....y una sonrisa pícara se dibuja en tu rostro "Alejandra....".

Te muestro los planos, te muestro las fotos y por "error" aparecen unas imágenes mías en traje de baño...te pido las disculpas y te explico la importancia del plazo de entrega, piensas un poco, revisas el volumen de obra a realizar y me das un valor aproximado, te digo que lo informaré, pero que con ese precio tienes que cumplir el plazo a como de lugar...piensas y me dices que quizás sea necesario un incentivo, yo te respondo que si ese incentivo será para los trabajadores....te sonríes y me dices "no, para mi"...aunque trato de mantenerme seria, suelto una sonrisa y te digo "me dieron atribuciones para otorgar incentivos, pero le diré cuál será en mi próxima visita". Guardo mis planos y al sacar el pendrive, por casualidad rozo con mis caderas tu pelvis y para mi sorpresa puedo sentir algo grande y duro debajo...boto el pendrive a propósito y me agacho para que sientas en plenitud mis nalgas frotándose contra tu pelvis...

Me retiro de tu oficina....nos damos los besos protocolares y me doy la vuelta....y llego a sentir tus ojos clavados en mi culo, que aprovecho de mover con moderada coquetería...

Pasan los días y Alejandra, mi jefa, me pide que vea los avances en la fabricación de los muebles que pedimos a la fábrica de don Germán. Me vuelvo a poner en contacto con él, por teléfono, para ponernos de acuerdo en el día y la hora de la visita…”Aló, con don Germán Riesco?”…….”Si, con él” me contesta con su voz grave y pausada…”Habla Estefanía, no se si se acuerda de mi, llamo de parte de la señora Alejandra”….”Por supuesto que me acuerdo, todos acá recuerdan cuando vino y me preguntan cuando volverá”….trato de mantenerme seria y le digo “Sobre eso quiero hablarle, le parece bien que lo visite mañana temprano? Me pidieron revisar el avance”…”Mañana está bien, acá la recibiremos” me dice con tono de travesura.

Al día siguiente llego de nuevo a la fábrica, de jeans, bototos y casco, para ver los avances. Me sorprende mirar como nuestro pedido está en pleno proceso de fabricación, dejando incluso a algunos otros que vi hace un par de semanas atrás de lado, casi sin cambios…”Hola don Germán” saludo…”Hola señorita Estefanía” me responde…”Que sorpresa, llevan un buen avance, es una muy buena noticia”…”Nos esforzamos harto” me dice, pero se acerca y casi susurrando complementa “es que estoy intrigado con el incentivo, me puede dar un adelanto de lo que será?”…”vamos a su oficina” le digo y de manera presurosa caminamos hacia allá, bajo la atenta mirada de los trabajadores.

Como todo un caballero, me deja pasar primero (como si yo no adivinara que lo hace para mirar mi trasero), entra él y se sienta en su sillón…”Sigue en pie lo del incentivo, cierto?” me pregunta….”Por supuesto” le digo yo….”Me puede decir de que se tratará ese incentivo?” me pregunta mientras yo me levanto del asiento y veo como sus ojos me recorren como queriendo devorarme…me acerco, quedo de pie al lado de él y tomo una de sus manos para colocarla en mi cintura “Es un incentivo personal e intransferible, que lo puede cobrar solo una vez y solo si cumple toda la entrega en la fecha” le digo mientras deslizo su mano por mi vientre y caderas. Él traga saliva y trata de ponerse de pie, pero lo detengo con mi mano en su hombro y le digo “Ese es el adelanto, lo siento”…saco su mano de encima de mí y me alejo…”señorita Estefanía, nos esforzaremos aún más” me dice mientras se humedece los labios. Nos despedimos y me alejo, sabiendo que él y sus trabajadores me miran salir hasta que salgo a la calle.

A la semana siguiente, ya sin que mi jefa me lo pida, programo otra visita, queda solo una semana para que se cumpla el plazo y no puedo dejar de controlar a nuestro proveedor principal. Llamo por teléfono para avisar la visita (ya me reconocen la voz) y me preparo para ir. Nuevamente me sorprenden, tienen todo casi listo y falta aún una semana completa. Saludo a los trabajadores y pregunto por su jefe…”Donde está don Germán?”….”En su oficina señorita, dijo que pasara”…me acerco, golpeo la puerta y me dice “Entre señorita Estefanía”…abro la puerta y me espera adentro muy bien vestido, como si fuera a una fiesta…”Es increíble el avance que tienen, están casi listos, felicitaciones!”….me mira y me dice “Hemos hecho todo por ese incentivo, no sabe como nos hemos esforzado”…”Que considerado es usted, habla en plural, se nota que le gusta trabajar en equipo y es humilde porque no se atribuye como sus logros lo que ha hecho en conjunto con sus trabajadores”…”Si, me gusta que sientan que el reconocimiento y los beneficios no son solo para mi, sino para todos, por eso me gustaría presentarle a dos de ellos, si me lo permite”…yo muy emocionada le digo “Por supuesto, preséntemelos”…llama por altavoz a dos de ellos “Marco Burgos y Mario Silva, a la oficina por favor”…pasa un momento y ambos entran…uno es un capataz de unos 40 y tantos y el otro es un maestro, de más de 50 años. Muy amables ambos me saludan y yo aprovecho de agradecerles el esfuerzo y dedicación. Pasa un instante de conversación y ambos retoman sus funciones. Complacida con el éxito que está teniendo mi primera labor de mayor responsabilidad me despido de don Germán, pero al darle el beso en la mejilla, le susurro “este es un adelanto” mientras pongo una mano sobre su pantalón y aprieto ese bulto que está bajo el cierre…aunque está en reposo, se siente rico y grande. Le doy un segundo beso en la otra mejilla, pero con un leve contacto de nuestros labios…”me llama cuando esté todo listo, vengo y le doy su incentivo”, le cierro un ojo y me doy la vuelta rumbo a la puerta y luego a la calle.

Pasan dos días y luego de una calurosa y ajetreada jornada, vuelvo a la oficina y me encuentro con un recado sobre mi escritorio “Llamó don Germán Riesco, dice que está todo terminado y embalado. Pide que vaya para la planta”. Miro la hora, son casi las 6 de la tarde, llegaría después de la hora de salida, así que tengo que apurarme. Llamo apresurada “Don Germán, recién acabo de ver su recado, me puede esperar?”…”Por supuesto señorita, la esperamos acá”…” voy saliendo” le digo. Salgo pero es hora del taco, hay demora, mucho calor….por eso ando con un vestido gris algo corto, sin sostén, solo con un diminuto colaless negro.

Llego agitada, la puerta está cerrada, pero golpeo y don Germán me recibe. Sonrisa, saludo, beso…”Vengo a ver nuestro pedido” digo de entrada…”y cumplirá su incentivo prometido?” me pregunta……”Si está todo cumplido, por supuesto”…entro a la fábrica vacía ya a esa hora y puedo comprobar que está todo terminado, perfectamente embalado y listo para despachar…”Vamos a su oficina?” le digo….caminamos, yo delante y él deleitándose detrás, mirando como su “incentivo” va rumbo a su oficina.

Entramos y apenas cierra la puerta me toma de la cintura desde atrás, sus manos me sujetan fuerte y yo pongo las mías sobre las de él casi de manera instintiva para zafarme, pero siento cuando me aprieta contra él ese bulto grande que de nuevo crece bajo su pantalón y recuerdo que debo pagar mi deuda “don Germán, tan duro que se siente bajo su pantalón”…sus manos no me sueltan, sus labios se pegan a mi espalda, nos frotamos y comienzo a excitarme, apoyo mis manos sobre el escritorio y dejo que siga frotándose contra mi culo, me levanto el vestido y le digo “está bien este incentivo?” mostrando mis nalgas grandes y bronceadas…”te ves exquisita” me dice…me da una palmada suave y se agacha para perder su boca y su lengua lamiéndome casi con desesperación…”ahora me toca a mi” le digo y me doy la vuelta, lo llevo hasta su sillón y abro su cierre para descubrir el miembro más grueso que jamás haya tenido en mis manos…”Awww, don Germán, me va a costar pagar mi deuda”…lo miro lo llevo a mi boca pequeña para comenzar a lamerlo delicadamente, de abajo hacia arriba, con suavidad…y de a poco comienzo a introducirlo en mi boca, mmmmmmmm, apenas me cabe. Estoy en eso cuando sin darme cuenta alguien me acaricia el pelo, pero no es don Germán…miro hacia el lado y son los dos trabajadores que me habían presentado en mi última visita…y don Germán me dice “recuerda que yo no soy egoísta, comparto las felicitaciones y los incentivos, es parte del trabajo en equipo”…ya estoy allí y me cumplieron, así es que no me queda otra alternativa que cumplir…me arrodillo y los 3 se ponen frente a mi, con sus penes fuera del cierre del pantalón, erectos y duros…voy alternando con cada uno para mantener sus erecciones y disfrutar de ese momento de placer.



Mis manos y mi boca se ocupan de los 3, aunque debo reconocer que don Germán es el que me cuesta más para poder complacerlo porque apenas me entra en la boca. No contenta con besar, lamer y chuparlos, también me dedico al resto de su virilidad, lamiendo y acariciando…”está bien así?” pregunto en los pocos instantes en que tengo la boca desocupada…”si señorita, lo hace muy bien” me dice el mayor de los 3, don Mario. Ya con más confianza, Marco me toma la cabeza con ambas manos y me penetra con fuerza en la boca, moviéndose como si fuera mi pelvis y no mi cara lo que tiene al frente….aunque me dan arcadas, me gusta esa sensación de sometimiento…y la repiten los otros dos…don Mario, con algo menos de energía y don Germán, que casi me asfixia en cada embestida.

Me detengo, recupero el aliento y vuelvo a lamerlos un poco más a cada uno, antes de ponerme de pie, me sacan el vestido entre todos y me manosean de forma afanosa, me excita eso, sobre todo sus manos entre mis piernas y sobre mis pechos grandes, camino y termino por apoyarme sobre el escritorio, dejando mi culo redondo y grande a disposición de todos…Marco me saca el colaless y se agacha a lamer mi conchita que ya llega a palpitar de deseo, don Mario se masturba frente a mi y don Germán me abre el culo con las manos para que Marco pueda meter casi toda su cara detrás de mi…me mojo, mis pezones se erectan, con la mano masturbo a don Mario, me caliento cada vez más…luego se turnan, don Mario se pone detrás, Marco me abre las nalgas y don German se pone al frente…mis gemidos se hacen más fuertes…finalmente don Germán completa el turno comiéndose literalmente mi clítoris y todo mi culito mientras don Mario lo abre con sus manos y Marco está frente a mi…”está bien señorita?” me dice con tono algo irónico don Mario, mientras Marco pone su pene en mi conchita y tomándome firme de las caderas lo hunde fuerte…”Aww!” alcanzo a decir cuando comienza a moverse rápido y fuerte, haciendo que el choque de nuestros cuerpos suene en toda la oficina, luego es el turno de don Mario, el que me toma del pelo y me penetra con casi la misma fuerza de Marco, al tiempo que me da un par de palmadas y dice “no sabe cuántas veces imaginé este momento señorita”…se mueve y ese característico sonido de choque de su pelvis con mis nalgas retumba de nuevo en la oficina…mis pechos se mueven, mis ojos cerrados y mi boca entreabierta…lo estoy gozando, se siente rico…don Mario sale de mi y me toma de un brazo don Germán, me lleva hacia un rincón y me aprisiona contra el muro poniéndose detrás de mi, sus manos sujetan mis brazos y los hacen hacia atrás…”abra su culito señorita Estefanía!” me ordena, le obedezco y abro mis nalgas con ambas manos…y comienzo a sentir como ese grueso pene entra en mi, de a poco, pero sin retroceder…me cuesta, me llega a doler un poco, pero me gusta…entra por completo y me dice “me va a disculpar, pero no me puedo aguantar más”…termina de decirlo y comienza a entrar y salir, cada vez más rápido, lo siento muy profundo, me causa ese dolor placentero que me hace gemir casi con desesperación “mmmmmmmm, ayyyyy, mmmmmmmmm, que rico!” alcanzo a decir mientras me sigue clavando su miembro grande y duro con todas sus fuerzas…pasa un buen rato antes de que me suelte y me pueda mover hacia otro lado de la oficina…

No alcanzo a dar dos pasos y entre los 3 me hacen arrodillarme y luego ponerme en cuatro patas, como una perrita…primero se pone don Mario atrás y me vuelve a clavar con ganas, se mueve y me hace gemir pero Marco se acuesta delante de mí y me ofrece su miembro hinchado por la excitación….lo tomo con una mano y aprovechando el movimiento de mi cuerpo por las embestidas que me dan, voy chupando ese regalo que quedó frente a mi…don Germán me manosea, se entretiene con mis pechos, mi vientre y mi espalda…pasan los minutos y don Germán se acuesta frente a mi y toma mi cabeza para hundirme su pene rico en la boca, mientras Marco se pone detrás y me vuelve a penetrar con muchas ganas…y don Mario, don Mario mira y toca mi espalda y frota su pene contra mi cuerpo.

De tanto chupar y ser penetrada, me siento casi en trance y ya no tengo ninguna intención de parar. Como puedo me acuesto en el sillón que hay y dejo que se turnen subiéndose sobre mi, me dan por unos minutos, siento como sus penes duros entran y salen de mi conchita y otro entra y sale de mi boca…es exquisito, quiero más y más…hasta que se me ocurre ponerme en cuatro de nuevo sobre el sillón y me abro el culo con ambas manos y les digo “quiero que don Mario me de por el culo”…siento sus manos en mis caderas, su pene en mi ano y con suavidad se empuja adentro……mmmmmmmmmmm, lo deseaba….adentro de mi entrada más apretada e inexplorada.

Entra despacio, sabiendo que si lo hace de manera brusca, puedo desistir de continuar con esa penetración tan deseada y valorada por los hombres y tan poco explorada y disfrutada por la mayoría de nosotras…se hunde de a poco, me toma con delicadeza de las caderas y me pregunta “está bien así señorita?”….si supiera que quiero que me parta el culo, no preguntaría…pero me hago la loca un rato y le contesto “si don Mario, está bien, siga moviéndose”…lo saca despacio y sin dificultad, yo estoy excitada y dilatada, quiero más fuerza en sus movimientos…”hágalo más rápido, no me duele” le digo…y se empieza a mover, entrando y saliendo, haciendo que escapen mis gemidos “ayyyy, mmmmmm, ayyyyyyy, mmmmmmm”…”cómo se siente señorita?”….”se siente muy rico don Mario, no pare”…va aumentando la velocidad hasta que ya puede sacarlo y volver a hundirlo por completo en mi entregado culito…”Ayy don Mario que rico, siga sacándolo y hundiéndolo entero”…tengo las manos empuñadas apretando los cojines del sillón y la cara apoyada de lado con el respaldo…”Marco, ahora tú!”…se cambian y es Marco el que penetra mi agujero color marrón…sin aviso me embiste con fuerza y rapidez, más que don Mario….”Ayyy, Ayyyy, Ayyyy” alcanzo a lanzar en cada choque…me gusta cómo se siente, duro y rápido, con muchas ganas, sube un pie al sillón y pone ambas manos en mis hombros para empujarse más fuerte…aprieto con más fuerza los cojines con mis manos y empiezo a sentir un rico orgasmo anal….mi gemido se prolonga y por mis piernas escurre ese jugo caliente que sale cuando acabo de manera intensa…”sácalo entero y vuelve a meterlo todo Marco” le digo con la voz agitada, casi jadeando…se aleja un poco y comienza a hacer lo que le pedí…sacarlo entero, hundirlo con un solo empujón, volver a sacarlo y así sucesivamente…

“Es su turno don Germán” le digo, sabiendo que es quien me tiene más ganas y que será el que más me costará…Se acerca, me da una palmada…”niña mala” me dice con una risa traviesa…”soy niña buena” le contesto…”he pagado con creces el incentivo” agrego…”Es una broma mi niña” me responde…acaricia mis caderas, escupe sus dedos y me lubrica aún más mi entrada, coloca su dotación palpitante y empieza a entrar….”que grueso” le digo, mientras siento ese miembro grande y duro entrando en mi….a pesar de estar dilatada y con muchas ganas, no deja de costarme recibirlo dentro de mi.

“Muévase de a poco don Germán” le digo mientras me abro el culo con ambas manos para que me cueste menos ser enculada. Él sabe lo que tiene y me trata con cuidado….al comienzo….de a poco se mueve más y más rápido, a medida que va notando menos resistencia de mi culito, cada vez más entregado a su sometimiento. A pesar del dolor inicial, igual no he dejado de disfrutarlo ni un segundo dentro de mi…giro mi cabeza y le digo “húndalo entero y no es mueva”…cuando lo hace, meto una de mis manos entre mis piernas y acaricio sus bolas, grandes…que cuelgan fuera de mi….eso le gusta, lo disfruta, porque siento que se hincha y endurece aún más dentro de mi…”Que rico Estefanía” me dice…a lo que yo contesto “vuelva a moverse don Germán, hasta que lo pueda hacer muy rápido”…era lo que él estaba esperando…me toma con fuerza de las caderas y empieza a moverse a su antojo, su pelvis choca mi culo casi con furia, mis tetas que cuelgan se mueven casi como que se quisieran salir…solo puedo gemir mientras siento ganas de acabar de nuevo…”ooooooh, oooooooh, mmmmmmmm, ooooooh!!” alcanzo a gemir cuando acabo, lanzando un chorro caliente, mojando mis muslos y el sillón…pero él no se detiene, sigue con todas sus ganas…”Don Germán, me está partiendo el culo!!” le digo casi como un grito de auxilio…pero no se detiene. Solo cuando sus piernas se cansan se detiene y me deja escapar…

Me alcanzo a sentar sobre mi irritado y abusado culo, cuando don Mario casi desesperado se sube al sillón y me pone su miembro frente a la cara, se está masajeando e intuyo que quiere acabar…de pronto lanza su semen sobre mis pechos…le tomo su miembro aún sensible con la mano y lo llevo a mi boca, para lamerlo y dejarlo seco y limpio…él solo lanza un gemido largo y agudo, de placer.

“Marco, siéntate” le digo…apenas lo hace, con mi mano tomo su pene, le doy dos mamadas intensas y me doy vuelta para sentarme sobre él, lo guío con mi mano y literalmente me lo entierro por el culo, me acuesto sobre él de espaldas y con la mirada invito a don Germán a subirse sobre mi, para iniciar una exquisita doble penetración…nos miramos mientras él me vuelve a clavar su virilidad en mi conchita húmeda y suave…se siente demasiado rico tener a Marco completamente enterrado en mi culo mientras don Germán se mueve con frenesí entrando y saliendo de mi otro agujerito…se mueve rápido y sin descanso hasta que escucho a Marco decir “Estoy acabando!”…”Por el culo no hay problema” le respondo mientras me acomodo para que me de un beso apasionado. No pasa ni un par de minutos y es don Germán el que se sale de mi cuerpo y con una mano termina de estimularse para acabar también sobre mis pechos…”Ooooh Estefanía!” me dice con voz de esfuerzo…y de la misma forma que con don Mario, con mi mano llevo su dotación a mi boca para lamerlo y chuparlo, hasta dejarlo seco y limpio…



Me levanto del sillón, mi cuerpo está sudoroso y el semen escurre por mis piernas y vientre…los he dejado a los 3 agotados y yo me siento la mujer más atractiva y deseada…pregunto por las duchas y don Mario me lleva de la mano, desnudos por la mitad de la fábrica, hasta un lugar al que él le llama “la casa de cambio”. Me ducho, salgo solo con la toalla, recojo mi ropa en la oficina, me visto y camino a la salida…”Yo la llevo señorita” me dice don Mario…”Que amable, muchas gracias”…me despido de Marco y don Germán y vuelvo a mi casa…sola, con don Mario.

Al día siguiente, informo a Alejandra que el pedido está terminado y embalado, antes de la fecha límite. Sonríe, me felicita y me dice "de cuánto es el cheque que tengo que hacer por el incentivo?"...la quedo mirando con cara de "Qué!!??"......se da cuenta, se ríe y me dice "niña nueva incauta, de nuevo Germán hizo lo mismo que cuando lo conocí"...la miro, nos reímos y me pregunta "Cómo estuvo?"....a lo cual contesto "No fue solo con él, también con un supervisor y un maestro"......aún con la sonrisa en el rostro me dice "Parece que vas a llegar más lejos que yo".

 

Está bien el comentario, no es ofensivo.
Me alegra que te haya gustado el relato