“El vampiro de Düsseldorf”: El asesino en serie alemán que amaba beber la sangre de sus víctimas

Peter Kürten fue guillotinado en 1931 por cometer 9 asesinatos.​

Peter Kürten, el asesino en serie que sería conocido como “El vampiro de Düsseldorf” debido a su afición de beber la sangre de sus víctimas, nació el 26 de mayo de 1883 en Mulheim, Alemania. Como tercero de trece hermanos, creció en el seno de una familia muy pobre, con un padre violento y alcohólico que solía dar palizas a su madre y abusar sexualmente de sus hermanas pequeñas. Con sólo nueve años, Peter escapó de su casa de Düsseldorf, donde su familia se había mudado, pero algo del carácter atrabiliario de su padre ya había arraigado en él: en las semanas siguientes ahogó a dos niños que se bañaban en el río Rin, aunque debieron transcurrir varios años más para que volviera a matar.

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El 25 de mayo de 1913, cuando Kürten ya era un delincuente de treinta años, entró a una casa a robar, pero encontró allí a Khristine Klein, una niña de 13 años a la que estranguló y degolló. “Entré en una casa de Wolfstrasse, cuyo inquilino era de apellido Klein; fui hasta la primera planta. Abrí varias puertas y no encontré nada digno de robar, pero en la cama vi a una muchacha durmiendo de aproximadamente diez años cubierta con una cobija gruesa de plumas. Tenía un pequeño cuchillo en el bolsillo con el cual corté su garganta. Oí los chorros y el goteo de la sangre en la estera al lado de la cama…”, relataría posteriormente el asesino, quien dejó en la escena del crimen un pañuelo con sus iniciales, PK, que casualmente coincidían con las del padre de la niña, Peter Klein, que en primera instancia fue acusado del homicidio.


Dos meses después, Kürten, en otro asalto domiciliario, asesinó a Gertrud Franken, joven de 17 años a la que estranguló con sus propias manos. Las siguientes víctimas serían dos hermanas a las que mutiló, aunque a partir de entonces su insanía criminal alcanzó nuevas cotas: empezó a beber la sangre de sus víctimas.

Algunas de las víctimas del “Vampiro de Düsseldorf”.
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En 1925, Kürten asesinó en Düsseldorf a Rosa Ohlijer, una niña de de ocho años de edad a la que apuñaló trece veces con unas tijera. Tras beber su sangre, Kürten quemó su cuerpo con gasolina. El 13 de febrero de 1929 volvió a asesinar a una niña de la misma edad y el 7 de noviembre del mismo año mató a dos hermanas de cinco y catorce años. En septiembre ya había matado a una mujer con un martillo y el 29 de agosto hizo lo mismo con Gertrude Albermann, una niña de cinco años, atreviéndose a enviar a un periódico local el mapa del lugar donde la había enterrado.

En 1930 “El vampiro de Düsseldorf” violó y estranguló en un bosque ubicado en las afueras de la ciudad a María Büdleick, una empleada doméstica de veinte años a la que erróneamente dio por muerta. La víctima sobrevivió a la agresión y acudió a la policía a denunciar al atacante. Pocos días después, Kürten fue detenido. Durante los interrogatorios, confesó alrededor de setenta actos criminales entre los que se incluían agresiones sexuales, asesinatos y actos de piromanía.

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Kürten relató que a veces prendía fuego a edificios abandonados, “con la esperanza de ver salir ardiendo del interior a vagabundos que pernoctasen dentro”, reconociendo también que entre sus fetiches se encontraba la sangre: sentía un gran placer al estar en contacto con ella, por lo que a veces la bebía.

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Tras escuchar las terribles confesiones del acusado, un jurado lo condenó a muerte por considerarlo culpable de nueve asesinatos, aunque Kürten había confesado 68 homicidios. “El vampiro de Düsseldorf”, quien por entonces tenía 48 años, no protestó ni apeló al fallo, aceptando la pena capital en silencio. Fue ejecutado en la guillotina el 2 de julio de 1931, en Colonia. Su delirante insanía criminal y sed de sangre quedó de manifiesto cuando, antes de morir, le preguntó al verdugo: “¿Después de que me corten la cabeza… podré oír como brota la sangre de mi cuello?”.

Los psiquiatras alemanes, profundamente intrigados por la psicopatía y la anatomía del cerebro de Peter Kürten, quien sufría del trastorno conocido como hematodipsia o vampirismo clínico (y que ha sido frecuentemente diagnosticado en otros personajes históricos y asesinos en serie como la condesa húngara del siglo XVI Elizabeth Bathory), solicitaron a las autoridades la cabeza cercenada del asesino para estudiar su cerebro y comprobar si había algunas anormalidades presentes que podrían haber causado que se convirtiera en el monstruo que había llegado a ser.

La cabeza diseccionada del “Vampiro de Dusseldorf”.​

Hoy, la cabeza de “El vampiro de Düsseldorf” se exhibe en el Museo Ripley’s de Wisconsin Dells, en Estados Unidos, como una curiosidad histórica, dentro de una caja de cristal. Un cartel explica su caso a todos los visitantes interesados en su vida y en su perfil criminal.

En 1931, el cineasta alemán Fritz Lang dirigió la película “M, el vampiro de Düsseldorf”, protagonizada por Peter Lorre y basada en estos sangrientos sucesos y en la escalofriante figura de Peter Kürten.

LES DEJO UN PDF POR SI LES INTERESA MAS

https://es.scribd.com/doc/142794796/Peter-Kurten-docx​

 

gracias amigo por la aclaracion ..cuando tava en el tema como que lo dude pero al no tener memoria del otro lo omiti. gracias