Trio con madura

Hola a todos, es primera vez que escribo en este foro... tengo varias historias que contar. Partiré contando una de las últimas buenas experiencias en una ciudad del sur. Para darles el contexto, soy un tipo normal, educado, sano, simpático, en torno a los 40 años. Tengo un lado B bastante desarrollado, disfruto la bisexualidad sin complejos ni traumas, soy muy caliente, me encantan las minas las disfruto completamente y de vez en cuando, como buen tiburón, me como un hombre. En fin, si has llegado hasta aquí y no te complica te invito a leer esta historia, basada en hechos reales.

Por asuntos laborales debo viajar dentro de Chile, recorriendo el país varias veces este último año. Lo clásico es levantarse temprano, ir al aeropuerto, volar un par de horas, hacer mis quehaceres y luego ir al hotel. Para romper la rutina, entre tanto viaje, busqué una aplicación donde se pudiera encontrar alguna pareja interesada el hacer un trio, entre tantas publicaciones pinché una bastante discreta, como arrastro algo de experiencia sé que lo ideal para hacer contacto, es enviar un mensaje algo elaborado, no el típico "hola", sino más bien presentándote adecuadamente, sin apuros. Luego de un breve tiempo recibí la respuesta a mi presentación, donde comencé a conversar con una persona respecto qué buscábamos en particular. rápidamente coincidimos en lo que buscábamos, un encuentro bisexual (no excluyente), donde la principal atención debía ser dedicada a ella. La nombraremos Isabel.

Como se aprecia, la conversación era con el varón. Le expliqué que faltaban algunas semanas para mi viaje así que la conversación fue relajada, sin apuros. Pedí detalles de Isabel, qué cosas le gustan, que cosas no, que lenguaje prefiere... en fin una serie de tips que este buen hombre fue compartiendo conmigo a fin de que llegara el encuentro fuera una experiencia placentera para todos.

Luego de un par de semanas llegó el momento de mi viaje programado, tomé el avión temprano y llegando a la ciudad le envié una foto desde el aeropuerto, diciéndole que ya estaba ahí y que esa noche llevaríamos a cabo lo que veníamos planeando hace semanas. Terminé mi jornada laboral, pasé al centro a comprar algún obsequio (dato del buen hombre). Llegué al hotel que estaba justo frente al mar, una vista maravillosa, con una amplia terraza. Me preparé completamente para la acción (el que sabe sabe) y me dispuse a esperar la hora de la llegada de mis nuevos amigos. Mientras esperaba prendí uno de los que dan risa, me tomé una wisky, caminé por la orilla del mar.

Ya cerca de la hora acordada recibo un mensaje: en 10 minutos estamos allá.

Salí a esperarlos, pasaban vehículos frente al hotel y nadie se detenía, de pronto, veo una SUB, hacemos contacto visual. Se detienen, me acerco. Hola cómo están, soy Daniel. Vamos al estacionamiento del hotel, les dije. Me subí al vehículo en la parte trasera y entramos al hotel. Nos estacionamos y al bajar del vehículo para saludarnos como corresponde, todos mis sentidos se dirigieron a Isabel. Una Mujer hermosa, grande (180 aprox), vestía una minifalda, polera y chaqueta, calculo unos 45 años. Delicadamente maquillada, deliciosamente perfumada. El buen hombre, similar en edad, bien parecido. Nos saludamos con un abrazo suave y los invité a subir a la terraza del hotel.


Llegamos a la terraza que previamente había reservado, un cálido y cómodo lugar con una vista privilegiada del mar, el sonido de las olas, el are salino eran un complemento perfecto para "romper el hielo". Llegó el Matrie y nos presentó una exquisita carta de cócteles, seleccionamos cada uno el de nuestra preferencia, comenzó nuestra junta.

Estuvimos en la terraza, charlando, riendo, soltando las tensiones propias de estar hablando entre desconocidos. Luego de unos 30 minutos, pongo nuevamente atención en ella. Cruzaba sus piernas dejando ver unos muslos grandes, carnudos, en mi mente pensaba "Ctm, la media mina que me voy a comer, rica la socia". Hubo un momento de breve silencio donde salió la chispa que encendería el fuego.
La pregunta clave "¿desde cuando están en el lado B?", palabras más, palabras menos, pasaron pocos minutos más, terminamos nuestros tragos y los invité a subir a la habitación. Caminamos por la terraza, no pasábamos desapercibidos, dos hombres caminando junto una mujer grande en minifalda, muy atractiva. No miramos a nadie, pero las miradas estaban ahí. Llegamos al ascensor, subimos y salimos en el piso. Ella caminaba delante de nosotros, sentía sus hormonas en el aire, contorneaba sus caderas. llegamos frente a la puerta, puse la tarjeta, abrí la puerta, les pedí que entraran. Entraron. Cerré la puerta.

La habitación estaba preparada, forros, agua, media luz, música new wave, ventanas abiertas, terraza, vino blanco. Nos paramos en el centro de la habitación como diciéndonos "bueno aquí estamos". Decidí tomar la iniciativa, siguiendo muy de cerca todas las recomendaciones y tips que me había dado el buen Hombre. Saqué un obsequio del cajón y le dije, -Querida Isabel, te traje un obsequio. Lo tomó, lo abrió y sonrió. Era un simple pero muy sugerente traje hot, maya de encaje con aberturas en lugares específicos. Nos miró y dijo, -bueno, entonces voy a ponerme cómoda. Fue al baño y nosotros a la terraza.

De pronto, aparece frente a nosotros una mujer espléndida, vestida con su conjunto erótico. Inmediatamente la abracé y comenzamos a besarnos apasionadamente, tomé sus caderas, su culo exquisito. Entramos a la habitación y les dije, - la dinámica será la siguiente, cada uno de nosotros tendrá la oportunidad de dirigir la acción, la primera serás tú, Isabel. Estábamos hirviendo, ella tomo la iniciativa y lo primero que hiso fue tenderse en la cama, de espalda, abrió sus piernas y me dijo - ven, cómeme.

Me puse frente a ella, tomó mi cabeza y la dirigió a su entrepierna, comencé a besar esa concha exquisita, totalmente depilada, de un sabor y aroma suave, delicioso. Mi boca besaba su concha, suave, sin apuros, esperando que esa flor comenzase a lubricarse más todavía. mordía suavemente sus labios, chupando y tirando suavemente su clítoris, unos diez minutos chupando zorrita. El buen hombre miraba atento cada detalle, disfrutando como otro hombre se comía a su mujer. Seguía con mi boca en su zorra, metiendo mi lengua por su concha, llevé mis dedos a su vagina e introduje dos deditos mientras no dejaba de chupar esa concha caliente. De pronto tomo sus piernas, las levanto y dejo al descubierto un orto delicioso, comencé a chupar su hoyito, suave, se habría solo, metía mi lengua en el, comencé a culiar su hoyito con mi lengua, ella totalmente desplegada disfrutaba cada lengüetazo el el hoyito. En eso llega su hombre y toma mi lugar, sigue chupando zorra mientras yo me ponía el forrito. Miraba ese espectáculo mientras mi carne estaba hirviendo, palpitando, duro como una piedra. - ven, me dijo. Arbió sus piernas y me invitó a poseerla, estaba mojada, lubricada. Comencé a frotar la punta del pico en la entrada de la concha, rosando su clitoris con la cabeza, así estaría hasta que me pidiese entrar, así lo hizo, - métemelo hasta el fondo por favor. Metí mi pico en su concha y comencé a bombear suave, mezclando intensidades y movimientos entraba y salía entero, otras veces hasta la mitad y en ocasiones solo la cabecita, no había apuro, quería culiarla y disfrutarla enterita. Sobre ella seguía con mis embestidas, tomaba sus pechos y los chupaba con suavidad e intensidad, mientras no dejaba de meterle el pico. Su hombre a un lado viendo como se culiaban a su mujer, se puso cerca de su cara y le ofreció el pico para que ella lo chupara, se lo metió a la boca. Tenía un pico en la zorra y otro en la boca, sus pechos duros agradecían cada lamida, sus pezones erguidos eran una muestra irrefutable que estaba disfrutando tanto como nosotros. Nos turnamos, el y yo culiándonos a su mujer, distintas posiciones. Patitas al hombro, tijeritas, en cuatro, de pie, apoyada sobre la pared, hicimos muchas posiciones, siempre con el pico adentro. Después de unos 40 minutos culiando, salimos a la terraza para descansar un poco. Me senté en el suelo de la terraza, ella y él frente a mi, los tres desnudos. Le dije, - ven, siéntate a mi lado. Se sentó junto a mi y comenzamos a besarnos apasionadamente, mientras metía un dedito en su concha totalmente inundada de placer. Le pregunté si podía meter dos deditos, me dijo que sí, seguíamos besándonos y dos deditos dentro de ella seguían el movimiento, caerán tres?, le pregunté. Sí, me dijo ella. tres dedos en su concha y mi boca recooriendo su boca y sus pechos. Pueden ser cuatro? - no sé si entran, me dijo. probemos? Sí, me respondió. Cuatro dedos en su zorra, entraban y salían, la estaba culiando con mis manos, sentados en el piso de la terraza.

Terminamos el break y regresamos a la cama. Tengo una sorpresa morbosa, quieres conocerla?, le pregunté. Que es? me preguntó. No dije nada y saqué del cajón un pepino de unos 25 cm, ancho. Me miro y solo sonrió. Bueno, me dijo. Ya en la cama comencé a culairla nuevamente, para retomar el calor, le muestro el pepino y mueve su cabeza asintiendo. comencé a meter ese poderoso articulo en su cocha, suabe, era grande, solo gemía, mintras tanto con mi verga enfundada comencé a rozar su hoyito, presionando suavemente mi verga en la entrada de su culo... entró la cabeza y el pepino metido hasta la mitad de su zorra, no había apuro. En esa posición pasaron varios minutos hasta que me verga estaba totalmente metida en su culo, culiandola en grado cuatro y el pepino completamente metido en su concha. Gemía, se apretaba sus pezones, se movía y miraba a su hombre como diciéndole, esto es lo que querías ver ?. Ese culito ya estaba abierto.

Ahora me toca a mi dirigir, dijo ella. Se arrodilló y nos pusoa ambos frente a ella, chupaba pico como una maestra, suave, baboso, hasta el fondo se metía mi pico y el de su hombre, se metía ambas vergas en la boca, chupaba pico, cocos a la vez, le encantaba chupar pico. Me dijo acuéstate boca arriba, obedecí sin más. Pensé que ensartaría su concha en mi verga, pero no. acomodó su culo en la punta de mi pico y comenzó a sentarse, hasta que lo tenía completamente adentro. Cabalgaba sobre mi, su culo abierto se tragaba mi pico sin compasión, se levantaba y se dejaba caer con fuerza, mis cocos chocaban con su culo cada vez que se sentaba con fuerza sobre mi, su hombre al un lado, de pie sobre la cama le pasaba el pico por la boca, mientras me culiaba con su chico. así unos 20 minutos más. Otros break para tomar agua y descansar un poco. fumamos otro cigarro en la terraza y entramos nuevamente a la habitación. Se puso en el ventanal de la habitación, desnuda con sus piernas abiertas, una clara invitación que atendí con celeridad. Me fui al suelo, hincado frente a ella, comencé a chupar zorra nuevamente, me tomaba la cabeza y la apretaba hacia su cocha, mi lengua apasionadamente comía su néctar de mujer.

Ahora te toca a ti, le dije al buen hombre. No, dijo, sigan ustedes.

Tomé la iniciativa nuevamente, la puse en cuatro, apunté directamente en su hoyito, metí mi pico en su culo, entrando hasta el fondo, chocando los cocos en su culo... quiero tu semen, me dijo. -Cómo lo quieres? - en mi espalda. Seguí follándola, su culo estaba abierto, sacaba mi pico y metía mis dedos en su hoyo, entraban muy fácilmente, estaba totalmente dilatado ese culo... seguí bombeando, hasta que vi venir su tercer orgasmo aceleré el ritmo y cuando estaba explotando de placer bombeé más fuerte, retiré el forro y con mis manos majeé mi mico a la entrada de su culo hasta que exploté con a lo menos siete choros de moco caliente, espeso y abundante sobre se espalda, regándola, mientras temblaba de placer. Fue el climax total.

Espero les haya gustado la historia, comenten.
Saludos.

 

leiste mi otro relato? quizas tambien te guste. saludos.