Aprovechamiento sexual de mi jefe

Tema en 'Relatos Eróticos' iniciado por InSitu, 15 Mar 2025.

  1. InSitu

    InSitu Usuario Nuevo nvl. 1
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    Acá les relato una más de mis tantas experiencias:

    A lo largo de mi vida he sabido costearme mis propias necesidades. En uno de mis trabajos en Viña del Mar, estaba en una tienda de ropa industrial, tenía un jefe y que a la vez era el dueño de aquella empresa. En ella había una de las niñas trabajadoras que la usaba de juguete sexual, y cuando llegó el momento de reemplazarla, se fijó en mí.

    En mis tiempos, el sueldo se pagaba entregando un sobre y en efectivo. Una de mis labores que yo hacía en esa empresa, era que tenía que planchar y doblar los overoles o buzos que me pasaban, eran enormes y me imaginaba que tipo de hombres los usaban, eso me excitaba mucho, porque yo soy pequeñita (1.6 de altura) entonces esos overoles me causaban excitación al pensar que podría tener unos de esos enormes hombres encima mío haciéndome sexo y manejándome a sus antojos. Siempre me han atraído y he tenido machos altos y bien dotados, la suerte me ha acompañado en el transcurso de mi vida y han sido muy pocas las decepciones sexuales. Pero como lo menciono, los dotados han sido la mayoría. Por fortuna mi sexo fue capacitado para albergar buenos tamaños que me han hecho gozar y sufrir.

    Bueno, uno de esos días de fin de mes, llegó el momento del pago, y me extrañó que yo iba quedando para el final de los llamados a pagarse. No me imaginé que el pago venía con algo de sorpresa, algo que tenía preparado mi jefe. Cuando llegó el momento, me llamó, estábamos solo yo y él, cuando entré cerré la puerta de su oficina que quedaba en un segundo piso, él sentado en la silla de su escritorio, me llama, me acerco para recibir el sobre con mi sueldo y al extender mi mano, me agarra de ella y me tira sobre sus piernas, quedando yo justo arriba de su paquete. Claramente ya había preparado todo por lo que él ya estaba excitado, noté su abultado y duro pene entre mis nalgas y mi pierna, una vez que estaba en esa posición dudé, me sentí vulnerada, pero dudé en reaccionar violentamente, porque no sabía cómo él iba a actuar, me dejé llevar. Acción que nosotras las mujeres al estar en situaciones así, obviamente tenemos dos caminos, una es huir o quedarse a disfrutar el desenlace. Ésta última fue mi decisión, cuando se percató que me quedé tranquilita a merced de sus instintos, sacó de uno de sus cajones del escritorio una revista pornográfica y me la empieza a hojear y a describirme las fotografías que ésta mostraba, mi sexo empezó a humedecerse, es más, empecé a sentir un torrente de fluidos que bajaban y mojaban mis calzones, estremeciéndome al pensar lo que me deparaba si seguía en esa posición.

    Bueno, lentamente con su mano hojeaba la revista y con la otra la posó en mi cintura, luego empezó a subirla por el costado hasta mi seno, y furtivamente me la agarra fuertemente, a lo que solté un leve gemido, mis pezones se endurecieron al instante. Notó mi calentura, por lo que rápidamente metió sus manos por debajo de mis ropas y me acomodó justo arriba de su miembro que ya se sentía que explotaba. Tanto me acarició que cerré mis ojos y solo disfrutaba de aquel masajeo constante sobre mis pechos.

    Luego me paró de espalda a él y baja rápidamente mi falda junto con mi ropa interior, quedé totalmente expuesta a sus deseos. Me da vuelta y me sienta sobre el escritorio justo delante de él, me abre las piernas y empieza un delicioso langüetear a mi vagina ya jugosa, estaba él sentado frente a mí, justo a la altura para darme una buena penetración. Después de una larga succión a mi clítoris y metidas de lengua entre mis labios inferiores, se para y se baja sus pantalones, noté que no usaba ropa interior. Y veo su enorme verga a lo que dudé que me la podría penetrar, pero ya excitada y jugosa, se me disipó esa duda, me concentré en que tenía que comérmela como sea.

    Él empezó un juego de hacer rozar la cabeza de su pene en mi hendidura, a lo que mi cuerpo empezó a vibrar de gozo, él un hombre maduro sabía lo que una mujer necesitaba para entregarse completamente. Lo logró, cuando ya se percató que yo ya estaba completamente caliente, al sentir mis gemidos, empezó a penetrarme, sentí su cabeza abriéndose paso, hasta que todo el resto de su verga iba encaminándose hacía mi interior. Antes de llegar a mi fondo, lo sacó repentinamente, sintiendo un fuerte ruido de como cuando se destapa una botella, eso me causó aún más un estremecimiento al pensar que había calzado justo su buena verga en mi jugosa vagina. Luego volvió a entrar, y ahora era un mete y saca lentamente, luego rápido y nuevamente lento. Estaba totalmente en frenesí.

    En la oficina había una especie de sofá/cama, le dije sutilmente que porque no lo ocupábamos para sentirme más a gusto. Me mira con cierta ternura, me toma de la cintura con su pene dentro de mí y me lleva hasta ese sofá/cama, me deposita suavemente, me saca su pene y me da vuelta y me pone en cuatro, me lubrica con su saliva directamente de su boca, se para y deposita su verga en mi entrada. Nuevamente siento un estremecimiento, me empieza a penetrar lentamente y les digo sinceramente que mi interior era como que no tenía fin, hasta… que su cabeza toca la entrada de mi útero, ahí me sentí desfallecer. Empezó a meter y sacar, a golpear sus testículos en mi clítoris. Estuvimos así por un rato, pensaba que íbamos a estar por un largo rato, pero estaba tan caliente este hombre que me dice que va a acabar, me pregunta “adentro o afuera”, yo ya tenía mi sistema de anticonceptivo, así que le dije “échala adentro”, después de un minuto sentí su torrente de leche que inundaba mi interior, él siguió bombeando, por lo que sentí que su líquido y el mío escurría por mis piernas, hasta ese momento nunca había visto ni sentido tanta leche escurrir. Luego saca su pene y fue ahí que sentí un enorme deseo de mamárselo para sacarle hasta la última gota de su líquido seminal. Así lo hice, este hombre estaba tan caliente que al parecer tenía una fuente inagotable de lechecita, que yo sentía como seguía saliendo de su verga aún parada, me la bebí como un bebé con ganas de mamar.

    Bueno, ya en esta parte no creo que quieran saber quién quedó a cargo de la empresa por un tiempo. La verdad que mis expectativas eran otras y al poco tiempo renuncié y me cambié a otra verga, perdón, a otro trabajo. Hoy pienso que la vida hay que disfrutarla, hoy me he percatado que hubiese disfrutado mucho más del sexo, pero los prejuicios me detuvieron.

    Espero seguir recopilando relatos para seguir escribiendo. Síganme para tener más primicias de mi vida. :beso2:
     
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  2. bauza

    bauza Usuario Habitual nvl.3 ★
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    Que buen relato, super caliente.
    Me dejaste con la verga super dura
     
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  3. Fechin

    Fechin Usuario Nuevo nvl. 1
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    Que bien relato,
    Corto pero preciso, cuando nos deleitas con otro.
     
  4. alteregocitadino

    alteregocitadino Usuario Casual nvl. 2
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    Uno pasa tanta horas en la pega que siempre es posible esos momentos,,,trabaje muchos años con puras mujeres!! y puta que excita andar de bandido..

    Tambien quedamos venoso leyendote e imaginando que no dejaste ni una gota...
    se agradece cooperar con el morbo mija!:amigos:
     
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  5. InSitu

    InSitu Usuario Nuevo nvl. 1
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    Gracias por sus elogios. Aprovecho de comentar que mi proximo relato será de un bombero que apagó mi fuego interior.
    Besos a todos :beso2: