Featured Cinco inolvidables actos de rebeldía que cambiaron el curso de la historia

Pudieron ocurrir catástrofes si hacían lo que les dijeron.
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La jerarquía a nivel militar es uno de los aspectos de mayor relevancia histórica. Las órdenes, el 99% del tiempo, deben cumplirse tal cual. Pero en el otro 1%, ocurrió todo lo contrario.
Ranker realizó una recopilación de personas que decidieron no hacer lo que les dijeron, y terminaron por cambiar el curso del mundo. Si obedecían, pudieron ocurrir una serie de catástrofes.

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1.- STANISLAV PETROV: Su decisión evitó un conflicto nuclear. El 26 de septiembre de 1983, mientras estaba en un búnker en Moscú, el sistema detectó lo que pareció ser un misil que habría sido enviado por Estados Unidos. Pese a que le mandataron responder, él y su equipo no lo hicieron. Y resultó ser que la alarma se disparó por los rayos del sol. En caso de réplica, pudieron morir millones de personas.​

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2.- VASILI ARKHIPOV: En plena “Crisis de los Misiles”, en octubre de 1962 (un año antes del asesinato del Presidente norteamericano John F. Kennedy), Estados Unidos y la Unión Soviética estuvieron al borde de una guerra nuclear.
Pero otra vez un oficial tuvo la cabeza fría para evitarla. El submarino B-59 estaba estacionado en el Caribe, equipado con un misil igual de devastador que la bomba lanzada en Hiroshima. La orden era atacar en caso de provocación. Y casi ocurre, cuando la Armada estadounidense advirtió la nave. Pero Arkhipov convenció al comandante Valentin Savitski de que no había riesgo. Y así se impidió lo que hubiera sido un desastre.
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3.- THOMAS DERRICK: Cerca del final de la Segunda Guerra Mundial, Australia cumplió un rol determinante en la victoria del bloque aliado. En la batalla de Nueva Guinea (noviembre de 1943), lideró al batallón 2/48 hasta las líneas japonesas, cuando su avance se detuvo y su comandante le ordenó retirarse.
Su respuesta terminó siendo épica: “Deme 20 minutos y nos apropiaremos del lugar”. Y fue tal cual. Por su cuenta, se adueñó de 10 posiciones enemigas en plena jungla. Dos años más tarde, falleció siendo un héroe.

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4.- DIETRICH VON CHOLTITZ: El 6 de junio de 1994 es considerado el día más importante de la Segunda Guerra Mundial. En la Batalla de Normandía, mundialmente conocida como “Día D”, las fuerzas aliadas lograron llegar hasta Francia. Desesperado, Adolf Hitler dio la orden de quemar París, incluyendo la Catedral de Notre Dame y el Arco del Triunfo.
Sin embargo, Von Choltitz desobedeció, y en 1951 escribió en sus memorias que esa decisión no tenía nada que ver con el conflicto, y que el ex líder nazi “estaba inestable mentalmente”. Finalmente, la capital francesa fue recuperada el 19 de agosto.

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5.- ALBERT SPEER: Otra figura clave en evitar un desastre que había sido mandatado por Hitler. En marzo de 1945, las fuerzas aliadas accedieron a Alemania, en lo que comenzó a ser el final de la Segunda Guerra Mundial. El fallecido dictador ordenó la destrucción total de la infraestructura industrial alemana, con el fin de evitar que cayeran en manos enemigas.
Pero Speer, quien además era una de sus personas más cercanas, derechamente se negó. El impacto en el pueblo local habría sido devastador, y quizás el mundo de hoy no sería lo mismo si se hubiera llevado a cabo