Una niña en la familia

Tengo 27 años, y les voy a contar lo que me sucedió hace apenas pocos días. Aunque no lo crean (cosa que aún a mí me cuesta creer), esto en realidad sucedió.Desde que comencé a salir con mi novia me llevé muy bien con su hermanita (que en aquel entonces tenía 9 años), ahora mi novia y yo estamos a punto de casarnos y su hermana tiene 17 años. En fin, mi novia es morena, de pechos pequeños pero firmes y hermosos, caderas anchas y un trasero y piernas grandes y bien formadas. Su hermana por el contrario es de piel blanca, cabello castaño oscuro, un rostro bello, contextura delgada, caderas estrechas, piernas largas y nalgas no muy prominentes pero sí muy paradas; sin embargo lo que más llama la atención de ella son sus enormes tetas, las cuales comenzó a desarrollar más o menos 3 años atrás.

El todo es que la chiquilla desde siempre fue hermosa, y como nos llevábamos tan bien, siempre tuve oportunidad de meterle mano cuando jugábamos. Incluso cuando me sentía más arriesgado llegaba a agarrarle las tetas cuando la abrazaba, y como hasta hace unos 2 años todo fue inocente a sus ojos. Sin embargo con el pasar del tiempo, e imagino que en su paso por el colegio aprendió ciertas y tuve que dejar de darme esos gustos.En fin, que desde hace un tiempo ella y mi novia se pelearon, y como vivimos cerca, pues me he convertido en una especie de ligamen entre las dos, y por otro lado algo así como un confidente (en algunos temas) de mi cuñada. La semana anterior, al pasar por casa de mi suegro aprovechó para mostrarme algunos discos que le habían prestado, y me pareció algo extraño que me dijera que hacía mucho que no iba a mi casa a hablar conmigo, ya que ahí se encontraba su hermana y no quería topársela, por lo que le dije que llegara el viernes en la tarde, ya que mi novia se encontraría con unas amigas y llegaría ya tarde.Todo transcurrió normal, e incluso olvide su inminente visita hasta el própio día en le trabajo. Llegue como todos los días, con la diferencia de que llegué solo en el auto. Al pasar por su ventana me dijo que la esperara, ya que deseaba irse conmigo. Ella salió con un pantaloncillo bastante corto y con la blusa del colegio aún, que es una guayabera blanca bastante transparente, y cubierta con un sueter, cosa que me extraño ya que hacía algo de calor.Subimos a mi departamento, e inmediatamente fui a ponerme algo más cómodo. Al final salí con una t-shirt de las de casa y solamente en boxer (la verdad, después de tanto tiempo ya existía esa confianza). Nos sentamos en el sofá grande de la sala y pusimos algo de música (compartimos gusto por la música). Inmediatamente, como en otras tantas ocasiones, se recostó en mi regazo y comenzamos a charlar amenamente de distintas cosas, entre ellas el colegio de ella.Cada vez que había tenido una oportunidad con algún chico, siempre me lo comentaba, aún antes que a su hermana o a su padre (mi suegra murió hace algún tiempo). Hacía algunos días me contó que había tenido una decepción con un chico del colegio, ya que estuvieron saliendo y luego de un tiempo él le dijo que andaba con otra. Siempre he sido muy liberal respecto al sexo, y he tratado de transmitirle eso tanto a mis hermanos menores como a mi cuñada, en el sentido de que llegue hasta donde sus sentimientos la lleven, pero con cuidado. He bromeado muchas veces con ella con respecto al sexo, he incluso le he hecho saber los mucho que me gustan sus tetas, diciéndole que sus compañeros deben sufrir de una fuerte regresión la lactancia cada vez que la ven. Ella se lo toma con gracia y me reprende entre risas. Es interesante ahora que lo pienso, lo bien que se lleva conmigo tomando en consideración su carácter fuerte y rebelde.El asunto es que le pregunté como le iba con los chicos, alo que me contesto que nada bien, ya que el “estupido ese” la había engañado.

Continuamos hablando cuando no sé porque le pregunté que si había tenido sexo. Teniendo ya 17, pues me pareció lo más natural del mundo. Su expresión cambió de repente, y me dijo que eso era algo que quería hablar conmigo desde hacía tiempo. Hace varios meses, antes de que se enfadaran mi novia y ella, ocurrió que cuando su hermana y yo estábamos teniendo una muy satisfactoria cesión de sexo, ella entro de improviso (nunca cerramos la puerta principal, ya que nuestro apartamento se encuentra bastante oculto por otras 2 casas), nos vió y les puedo asegurar que nunca olvidaré su expresión.Lo extraño es que se enfadó con su hermana (aún no entendía porqué), pero no conmigo. Sin más, comenzó a hablarme de ese día, y me dijo que se había sentido muy mal de habernos visto, sobre todo a mí ya que nunca había visto a un hombre desnudo en vivo y a todo color, mucho menos teniendo sexo. Me dijo que ella y una compañera habían visto en una ocasión una película pornográfica, y que con una los chicos con los que salió, pues el le descubrió las tetas y la toco bastante bien, y la hizo acariciar su miembro por encima del pantalón, pero esa era toda su experiencia con el sexo.Luego me dijo que yo siempre le había parecido atractivo, aún cuando era apenas una niña, y que por eso disfrutaba tanto de mi compañía. Cuando fue creciendo trató de no prestarle atención a eso ya que le pareció embarazoso estar enamorada del novio de su hermana, y nunca se lo contó a nadie. También me dijo que extrañaba el tiempo en que yo la acariciaba, ya que sabía que yo lo hacía adrede, pero que no decía nada para que no dejara de hacerlo. Ahora me daba cuenta de porqué su enfado con su hermana.Su rostro denotaba algo de vergüenza, por lo que la tomé por la barbilla y la hice mirarme. Se acercó a mí y trató de besarme, pero por estúpido que parezca le dije que no estaba bien. Ella me preguntó que si no me parecía atractiva, a lo que le contesté que ella sabía perfectamente bien que sí, que era una de las chicas más hermosas que había visto, y por algún motivo le dije que me encantaban sus tetas. Quise creer que lo decía para subir su autoestima, pero en realidad era lo que sentía.Ella se quitó el sueter, y entonces supe porqué lo llevaba; no usaba sujetador, y por su blusa se traslucían los pechos más hermosos que haya visto en persona, firmes y con un enorme pezón rosado, que ya comenzaban a ponerse erectos. Ya en una ocasión teniendo ella 12 o 13 años me había animado a lamer uno de sus pechos incipientes mientras dormía, pero jamás me imagine que llegarían a hacerse tan hermosos. Me imagino que yo miraba su pecho con cara de bobo, ya que soltó una risa y me preguntó que si le gustaban, a lo que solo acaté a afirmar con la cabeza y mojar mis labios.

Ello comenzó a desabrochar su blusa, cosa que le ayudé a concluir, y al verlos ahora completamente desnudos, les juro que sufrí de una de mis más terribles erecciones, ya que incluso el miembro se me escapó por la abertura del boxer sin darme cuenta. Creo que ahora éramos 2 los que teníamos cara de bobo, ya que ella miraba fijamente mi miembro, y hasta entonces noté lo que me sucedió. Traté de taparme, pero ella me tomó las manos y me la quitó del regazo; desabrochó el botón del boxer y terminó de descubrir mi miembro. Me miro directamente a la cara y me dijo que era la primera vez que tocaba uno, que no imaginó que fuera tan caliente. Les juro que yo me sentía en el cielo sintiendo su mano cerrada alrededor de mi verga, y entonces extendí mis manos hasta sus tetas, acariciando y pellizcando suavemente sus pezones. Ella dio un pequeño salto, y cerró los ojos. Estábamos disfrutando de nuestros cuerpos sin decir siquiera una sola palabra. Me acerqué a ella y la abracé, la besé en la boca apasionadamente, y acto seguido me dirigí a sus tetas para lamerlas largamente. Ella solo suspiraba y me acariciaba el cabello con los ojos cerrados. Cuando al fin me detuve, no sin antes dejarle todo el pecho y el vientre húmedo, la miré y tenía esa expresión que tienen las mujeres cuando han experimentado un orgasmo, o la menos mucho placer; esa expresión capáz de enamorar a cualquier hombre.Cuando se repuso un poco me dijo que quería hacer lo que había visto en la película, y sin decir nada me bajó el boxer hasta las rodillas, yo solo me recosté dispuesto a disfrutar del espectáculo.

Ella tomó mi verga con las dos manos, y luego de masturbarme un rato (bastante brusca por cierto, por lo que tuve que decirle como hacerlo), se lo metió a la boca y comenzó una estupenda mamada, eso hasta que trató de hacer una garganta profunda y sufrió de arcadas. Le dije que no tratara de hacer eso hasta tener más practica, pero la verdad es que la chica no lo hacía nada mal. Luego, creo que cumplió uno de mis más profundas perversiones, ya que puso mi verga entre sus tetas y con la saliba que había dejado en ella me hizo una cubana digna de recordar por mucho, mucho tiempo. Hay que tomar en cuenta que mi novia no puede darme ese gusto ya que sus tetas son mucho más pequeñas. La verdad es que yo estaba en la gloria, y cuando comencé a eyacular como loco, ella dio un respingo sorprendida e inmediatamente volvió a meterse mi miembro en la boca, tratando de extraer lo que quedara en él. La vi hacer una expresión curiosa al probar mi sabor, lo cual me causó algo de risa.Cuando vió que no quedaba nada me dijo que quería hacerlo conmigo, prometiéndome que no le diría nunca nada a mi novia, y fue cuando por fin me acordé de ella. Es increíble como el sexo nos hace olvidarnos aún de las personas más importantes. Le dije mientras me levantaba y trataba de subirme el boxer, que no sería correcto que sucediera lo mismo otra vez, es decir que entrara su hermana y nos encontrara teniendo sexo.

Ella se puso de pié y me dijo maliciosamente que porqué decía que no si ella sabía que yo lo deseaba. Yo le dije que sí, que me moría de ganas, pero que quedaría para otro día. La abracé y la acerqué a mí, la besé apasionadamente y luego volví a lamer sus tetas (gran error, tomando en consideración que acababa de eyacular en ellas), para luego ponerle el sueter sin molestarme en siquiera buscar su blusa.Le tuve que prometer que terminaría lo que había comenzado para que accediera a irse, y les juro que estoy dispuesto a cumplir esa promesa.