La polémica actriz regresa más sexy y provocativa al trabajo con una sucesión de fotos que sacan a la luz su lado sensual y sangriento con ayuda del reportero gráfico Tyler Shields y el modelo Spencer Falls. Lindsay Lohan deja atrás su largo período de rehabilitación por drogas y arresto domiciliario para volver a retomar su carrera, esta vez como una mujer de armas tomar si se quieren sobrepasar con ella. Con esta idea la artista acaba apuñalando al individuo que la acompaña. La escabrosa sesión se inicia desde el interior de un vehículo donde aparece un hombre metiendo la mano en el escote de Lohan, quien lleva puesta una gabardina, hasta llegar a un túnel que no parece tener fin en el que la artista regresó al lado oscuro cargada de erotismo y criminalidad. Luego de apuñalar a un hombre y posar con un cuchillo ensangrentado, las últimas imágenes de Lindsay terminan sobre una cama. En una aparece acompañada y en la otra sola, pero en ambas adopta su personalidad más angelical, que la tiene aunque cueste creerlo.