Estaba un cura confesando, cuando de repente entra a solicitar su servicio una rubia espectacular!!!, Impresionante!!!, Una cosa de locos!!!. Entonces el cura la ve acercarse y ya comienza a temblar. En eso la joven le dice: - Padre, padre... tengo un terrible problema. - Dime, dime hija, ¿cuál es tu problema? (sin despegarle los ojos de los pechos). - Padre, padre, lo que pasa es que no puedo dejar de hacer el amor. - Pero, ¿con quién hija?. - No importa quien sea padre, me vienen las ganas y no puedo evitarlo. - No entiendo hijjjj...aaaa (transpirando el curita). - Por ejemplo, estoy en mi casa y entra el lechero, lo miro, me dan ganas y zas!!!, le hago el amor. - Pero, ¿Sólo te pasa con el lechero hija?. - No, padrecito, también con el carnicero, con mi primo, con mi tío, con mi hermano, con mi pap... y... y... - Y qué hija???? (el cura desesperado para ese momento). - Y... y... ahora tengo ganas de hacerlo con usted padre... - Pero hija mía yo estoy casado con Dios, me debo a la iglesia... - Padre, usted no entiende el fuego que siento en mi interior??? Venga hágame el amor acá, en el banco de la iglesia... - Por amor de dios hija... ¿qué dices, hija...??? Me debo a mis fieles... que el diablo se aparte de ti... - Venga padre que no aguanto más, haga lo que quiera conmigo.... Y ahí se saca el tapado, era una mujer espectacular, el padre transpirando y la mujer seguía: - Padre, ¡hágame el amor!... ¡hágame el amor!... El padre se pone nervioso, cierra los ojos (todo caliente), voltea hacia atrás y ve a Jesús clavado en la cruz y le dice: ¡Jesucristo!, Por favor ayúdame ¿Qué hago?¡¿Que hago?! A lo que Jesús le responde: - Sácame los clavos!!! sácame los clavos!!!...