Se llama Carlos Olea tiene 44 años, dice sentir "algo por dentro, como si los nervios se estuvieran poniendo duros" y es conocido en Chile como "el hombre de piedra". Este chileno padece desde su nacimiento fibrodisplasia osificante progresiva, una rara patología genética que ha destruido sus músculos y sus articulaciones, por lo que su movilidad es casi nula. El paciente vive junto a sus padres en el campo, y cada día sacan su rígido cuerpo a la puerta de la casa y lo atan con una ancha correa de cuero a la pared para que pueda observar el paisaje. Suele comer gracias a un sistema de palillos y su único placer es el tabaco. A pesar de que sólo logra mover mínimamente algunos dedos de sus pies y manos, puede fumar si le colocan un cigarro en la punta de una larga varilla que tiene una abertura en un extremo. Por el momento su enfermedad no tiene cura y generalmente sus portadores no tienen descendencia. "Ninguna mujer me va a querer" dice preocupado Carlos en la edición de hoy del matutino chileno Las Últimas Noticias. La enfermedad genética que lo coarta y la dificultad para conseguir el amor recuerdan a la historia del "hombre árbol" quien fue abandonado por su mujer cunado grandes verrugas marrones, parecidas a raíces, tomaron todo su cuerpo.
Que fome, yo en ese caso hago que maten, no soportaría depender 100% de mi familia, gracias por el tema.
la otra vez cuando salio en canal 13 lo mostraron fumando... lo hacia gracias a una varilla que le habian hecho...