Moví mis dedos bruscamente para rascarme una espinilla del culo, luego me acomodé para seguir con el sueño que había dejado inconcluso......... ¡Qué es lo que veo señorinos!, ¡el sueño ya no era el mismo!, la notable modelo voluptuosa de culo esplendoroso, y de tetas de hule había sido reemplazada por una exuberante mujer extraterrestre obesa, de unas tetas interestelares de verde brillante como luciérnaga en medio de las tinieblas. El pezón irradiaba una luz evocante, que me llamaba y me engatusaba como un niñajo a un caramelo y visceversa. Su cabello largo hasta el suelo barría la inmundicia del piso de baldosas y sus carnes desparramadas le hacían ver una figura hermosa pero sin forma. Entonces sus ojos se clavaron en mi paquetón y yo me sentí observado como por mil ojos, entonces a paso anciano se acercó sensualmente a mí, mientras se maleaba el vaginón con un bisturí. No sabía que reverendas hacer, podría ir a sus brazos y hacerla mía o escapar y prevenir cualquier percance sexual. Me decidí por lo primero sin muchas vueltas y me bajé mis jeans rosas y luego hice lo mismo con mis zungas de gamusa tierna, el problema estaba en que al hacer la acción de bajarse las zungas mi miembro viril cayó al suelo, ¡por las santísimas recrestas! estaba desmembrado, mi puto wuachalomo había caído y rodado por el suelo como carne rancia, entonces recogí el pedazo de miembro reproductor y traté de ponerla en su lugar pero se volvía a caer torpemente. ¡Caspitas! la gordis interestelar ya viene por mi y yo no tengo nada para introducirle, ¿qué podría hacer?..... Entonces, sin saber que ocurrió, desperté de golpe con tremendo dolor de ano.