Este vestido ajustado que lució Jennifer López yendo al set de American Idol podría ser una gran respuesta al mensaje que le quiere transmitir a su ex marido, Marc Anthony: ahora se mira, pero no se toca. Y es que la cantante no quiere volver para nada con su ex, ya que está más que contenta con su yogurín, el bailarín Casper Smart. Lo del vestido lo digo porque le quedaba tan sumamente ajustado que le podíamos ver su escote a la distancia, sin necesidad de cámaras de rayos x. Sus encantos asomaban a sus anchas, quizás porque tenían frío o como provocación indiscreta hacia sus admirados seguidores. El caso es que ahí los tenemos, protagonizando el desfile de JLo ante las cámaras, pero no dejándose ver del todo, que aquí se insinúa, pero no se enseña. Sus feminidades solo pueden ser disfrutadas por su noviete de 25 años. Y es que a sus 42 años está para mojar pan. Nadie diría que no es una veinteañera como su pareja. Bueno tampoco exageremos. Hay arruguillas, y las curvas no son las de una adolescente (ella ha sido mami, más mérito aún). Pero muchos dirían que es más sexy aún si cabe ella que una modelo jovencita de Victorias Secret. Lo del vestido ajustado estoy segura de que lo hizo queriendo. Ella sabía que se le marcaba todo y que en el fondo no le quedaba como un guante, pero a la cantante le gusta provocar y sacar a relucir su curvilínea figura. Sino no me explico que se pusiera semejante modelito naranja de un par de tallas menos de las que necesita. Mirad cómo se le marca tripilla (no de gordita eh, sino del normal abdomen que tenemos todas las que no somos tablas de planchar). Y lo que me sorprende es que no se le marcase la ropa interior. Con lo ajustada que iba, o tiene una faja enorme debajo (bastante probable) o iba en plan comando, como Miley Cyrus o Rihanna estos días. Últimamente a las celebrities les da por llevar sus partes al aire fresco, así que estoy en duda ¿vosotros qué creéis? Fuente
